AGENCIA LOF

El Málaga se pierde en el descontrol en su estreno

Cae en Burgos por sus concesiones al rival en un partido que nunca manejó y en el que el meta local, Caro, frenó a Rubén Castro

Lunes, 15 de agosto 2022, 00:10

La lectura fácil pasa por ensalzar la figura del guardameta del Burgos, Caro, que evitó con dos manos salvadoras sendos tantos de Rubén Castro (la segunda, en el penúltimo minuto). Pero la realidad es que el Málaga decepcionó en El Plantío. Nunca tuvo el control ... del juego, generó poco peligro para la calidad que se le supone (sólo brillò Febas y con intermitencias) y, lo que es peor, alfombró el camino a su rival precisamente en aquellos aspectos del juego que este domina a la perfección.

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Guede se decidió, como Julián Calero en el Burgos, por un planteamiento con tres centrales. Bien es cierto que el técnico blanquiazul lo hizo por convicción a tenor de las características de sus jugadores mientras que para el burgalés probablemente fue un recurso ante la escasez de efectivos. Sobre el papel parecían dibujos similares, pero en realidad ambos apostaron de forma distancia por la eficacia del juego interior. El Málaga lo hizo con la presencia de Jozabed y Febas como enlaces con la pareja Rubén Castro-Fran Sol mientras Escassi quedaba anclado, en solitario, por delante del trío de zagueros. En cambio, el cuadro local optó por emplear tres atacantes porque Pablo Valcarce y Bermejo escoltaban a Artola, pero no como extremos sino en la media punta, cerca del radio de acción del ariete.

El Burgos tenía bien aprendida la lección y supo impedir de salida que la pelota llegara a Jozabed o Febas para que se movieran entre líneas. De este modo, el juego del Málaga fue demasiado previsible durante la primera hora. Con escasa presencia de los 'carrileros' Juanfran y Javi Jiménez –lucieron más los locales–, las posesiones eran desesperadamente lentas y, sobre todo, las pérdidas facilitaban las rápidas transiciones del adversario. Además, la presencia por dentro de Bermejo y Pablo Valcarce, más la movilidad de Artola, provocaron cierta zozobra en la zaga porque ambos buscaban un pasillo entre el lateral y el central o trataban de aprovechar que Bustinza o Ramalho estuvieran algo separados de Burgos.

Guede buscó la solución de situar a Escassi cerca de Burgos en la salida de la pelota y de abrir a Bustinza y Ramalho casi como laterales. De este modo, superada la media hora el Málaga ya tuvo más referencias por delante del balón y al fin Jozabed y, sobre todo, Febas comenzaron a intervenir. Como en el amistoso en Granada, donde un chispazo bastó para refrendar el peligro de este equipo, una pared entre Rubén Castro y Febas propició la mejor oportunidad en toda la primera parte. No obstante, Caro se agrandó todo lo que pudo para evitar in extremis el gol del ariete blanquiazul. Ya antes se produjo otro mano a mano entre ambos, con resolución similar del guardameta, aunque el canario había partido en fuera de juego.

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La reanudación arrancó con un cambio relevante. Las molestias de tobillo de Fran Sol obligaron a deshacer la pareja de ataque y con la entrada de Álex Gallar la distribución en el campo varió. Jozabed se retrasó para situarse junto a Escassi y por delante el recién entrado y Febas ejercían de escoltas de Rubén Castro. Es decir, ahora sí con un dibujo idéntico al elegido por los locales. Sin embargo, no tuvo la más mínima eficacia y fue engullido por el contrario.

Las dudas comenzaron a aflorar porque el conjunto malaguista dio demasiadas concesiones en las facetas del juego que domina el Burgos. Naufragó en la estrategia defensiva (muy frágil en los córners), regaló un par de faltas en la frontal (en la primera Andy estrelló la pelota en la cruceta) y, para colmo, se durmió en un centro lejano y encajó un gol beneficiado también por la complacencia de Juanfran y la deficiente salida de Manolo.

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Guede cambió de pareja en la medular (Luis Muñoz-Ramón por Escassi-Jozabed) y también introdujo a Juande para reubicar a Ramalho como lateral. El Burgos, muy asentado, aguantó casi hasta el final sin pasar apuros, aunque en el último instante, en una gran acción de Febas, de nuevo Caro apareció con una mano salvadora para evitar el gol de Rubén Castro. El Málaga sí puede tener pegada esta temporada, pero con eso no basta en Segunda. Hay que controlar mejor los partidos o los rivales te ganan con menos.

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