Todo se da por bueno cuando se gana

En el último suspiro, el Málaga se dio una alegría y consiguió tres puntos de oro para romper la peligrosísima dinámica en la que nos ... habíamos instalado en los últimos tiempos. Decía Helenio Herrera (en una memorable conferencia en vísperas de un Costa del Sol de los históricos) que el peligro máximo para un equipo era el descontrol que conllevaba volcarse en el área contraria en la ejecución de un saque de esquina en los últimos compases de un partido. Que se lo pregunten a Anquela. Era el minuto 92 del soporífero, horroroso y desesperante partido que nos habían ofrecido el Alcorcón y el Málaga. Los madrileños, apremiados por su clasificación, achuchaban a los malaguistas en los instantes finales en busca de tres puntos que los necesitaban (los dos equipos, pero los locales más) como el comer. Hubo un saque de esquina, y los madrileños, era su última oportunidad, sólo tuvieron ojos para Soriano... Mala ejecución, rechace largo, Chavarría pone la directa y gol... Una victoria maravillosa, balsámica, pero que no nos puede hacer olvidar el martirio al que los dos equipos sometieron a este noble juego. Es verdad que el fortísimo viento perjudicó el desarrollo del partido, pero no es menos cierto que unos y otros no son precisamente un dechado de virtudes peloteras.