Poca brillantez tienen los arbitrajes del navarro Prieto Iglesias, aunque es enormemente cumplidor y de garantía y saca adelante los partidos para los que se le designan. Esta condición le ha permitido en sus 11 temporadas en el fútbol profesional haber transitado en Primera División ( ... cinco años en dos partidos) y otras en Segunda (es su sexta campaña). Pero ayer supo gestionar el partido, por cierto muy competido y donde se requería un colegiado veterano que imprimiera pausa y serenidad en la toma de decisiones. Muchas dudas tengo de la segunda amarilla al visitante Loiodice.
Lo positivo: La expulsión del centrocampista grancanario fue su lunar más notable, ya que, por lo visto en las imágenes de televisión, queda claro que no parece que haga nada a Paulino. Creo que ni falta. Pese a esto, Prieto completó un trabajo en líneas generales correcto. Utilizó el diálogo con frecuencia, lo que apaciguó en gran medida la tensión de los profesionales. Intentó aplicar la ventaja en diferentes fases del partido, consiguiendo algunas decisiones de gran nivel, pero por contra erró en otras claras.
Lo negativo: Sin duda, determinar la expulsión de Loiodice estando tan cerca de la jugada es un gran error por la incidencia en el devenir del partido al dejar en inferioridad al equipo grancanario. Sigo sin entender la tardanza en indicar las posiciones claras de fuera de juego, las dos en el segundo tiempo en el ataque malaguista, primero con Paulino y más tarde con Sekou. Si la posición es clara, ¿por qué se ha esperar a finalizar la jugada? En caso de producirse alguna lesión, ¿quién sería el responsable? Y, además, la confusión que genera a los aficionados.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.