Buen arbitraje

Lo positivo: Pulido supo controlar la tensión del partido, interviniendo cuando este se conducía por derrotas nada recomendables. Lo mostró suficientemente en la fase final del partido, en la que debió esforzarse para que el encuentro terminara sin grandes sobresaltos. A partir del minuto 85 se vio obligado a amonestar a Heber, por abrir el codo al saltar en disputa del balón con Jozabed (esto, a instancias del cuarto árbitro); expulsó al técnico local, Antonio Hidalgo -debió de mediar algo más que una correcta protesta-, y mostró la amarilla a Capó por dura entrada a Benkhemassa.

Lo negativo: Nada destacable y de importancia en esta parcela. Completó un trabajo a buen nivel. La serenidad que lo acompaña se confunde con la impresión de cierta displicencia en el control del juego, pero nada de esto se produjo. Los asistentes tuvieron algún que otro despiste en el control de los saques de esquina y de banda, pero sin ninguna relevancia. Consultó adecuadamente con la sala VOR la legalidad de los dos primeros goles, por la posición de Calero y, tres minutos después (en el empate del Sabadell), la de Stoichkov en el inicio de la jugada.