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Burgueña (derecha) escucha en el vestuario al entonces presidente, Antonio Pérez-Gascón, con Nacho como testigo tras el ascenso a Primera en 1982. SUR
Cuando Ben Barek recurrió a Burgueña como... delantero centro

Cuando Ben Barek recurrió a Burgueña como... delantero centro

El Málaga se jugaba el ascenso en Burgos en 1981, perdía por 1-0 y el portero pasó a ser el ariete tras la expulsión de Nieto

Domingo, 26 de abril 2020, 12:40

El 24 de abril de 1996 se vivió una situación insólita en la selección española absoluta. En el minuto 75, en un amistoso en el Ullevaal Stadion de Oslo, el responsable del equipo nacional, Javier Clemente, recurrió al portero suplente, Molina, para que jugara como extremo izquierdo. Aquella decisión generó no poco debate al entenderse como una frivolidad del técnico baracaldés. Pero en la historia del Málaga ya existía un precedente. Casi quince años antes, en Burgos, Abdallah ben Barek había recurrido al guardameta Burgueña para que en la recta final de un encuentro decisivo actuara como delantero centro. La diferencia se centra en que el cancerbero del Atlético de Madrid fue utilizado por obligación (al no quedar jugadores de campo en el banquillo) mientras que el blanquiazul fue una opción táctica en el antepenúltimo encuentro de Liga.

«Estaba sólo él. Encima de ser un gran portero, jugaba muy bien al fútbol», ha explicado alguna vez Clemente sobre la decisión de situar a Molina, hoy director deportivo de la Federación Española de Fútbol, como jugador de campo. Se trataba de un amistoso en Noruega, preparatorio para la Eurocopa 1996, y la selección estaba en plena racha de partidos sin perder. Previamente ya se habían lesionado Sergi y Fernando Hierro cuando en el minuto 75 también sufrió problemas físicos el central López, compañero en el Atlético de Madrid del entonces guardameta suplente. El seleccionador ni se lo pensó, llamó a Molina y le preguntó si se veía capacitado para jugar como extremo izquierdo. La respuesta fue positiva. Salió y no desentonó. Es más, tuvo la mejor oportunidad de variar el que luego sería 0-0 definitivo: en un centro raso desde la derecha apareció en zona de remate y su disparo se marcó cerca del palo.

Aquella decisión de Clemente generó debate y no faltaron los que hablaron de «frivolidad» del seleccionador, cuya gestión tenía muy dividida a la afición. «¿Comorrrr...?», fue el llamativo titular de 'Marca', en alusión a una de las expresiones ya famosas del genial humorista malagueño Chiquito de la Calzada (en su barrio de la Trinidad era 'Chiquito de la Calzá). Pero esa anómala situación ya se había vivido en el Málaga el 10 de mayo de 1981 y también estuvo a punto de dar ftutos.

Conviene contextualizar aquella decisión de Ben Barek con Burgueña como protagonista. Se disputaba la antepenúltima jornada de Liga en Segunda División y la cabeza de la clasificación estaba en un puño: Rayo Vallecano, Castellón, Elche y Racing contaban con 41 puntos; Sabadell y Málaga, con 40; Cádiz, con 39, y Levante, con 38. Ocho equipos con sólo tres puntos de margen para optar a los tres puestos de ascenso a Primera. Más reñido, imposible. Cualquier fallo en los tres últimos partidos suponía quedarse sin opciones. Y desgraciadamente así le sucedió al conjunto blanquiazul, que por otra parte no tenía de salida el objetivo de retornar a la máxima categoría. Más bien se trataba de formar un grupo sólido para el futuro tras la apuesta por la malagueñización impulsada por Ben Barek y su segundo, Antonio Benítez.

El Málaga acudió a Burgos, a El Plantío, con Fernando como titular y Burgueña como suplente. El cancerbero vasco, que había llegado en la temporada 1978-79 -vivió así el noveno ascenso del equipo a Primera-, había comenzado bajo los palos hasta que en la tercera jornada de la segunda vuelta Ben Barek optó por el relevo para apostar por aquel joven portero rondeño que había asomado a la primera pantilla. La derrota en Getafe (3-0) y el empate a tres en casa ante el Castilla llevaron al hoy consejero consultivo al cambio. El triunfo días después por 0-1 (con gol de Serrano) en el histórico campo La Balastera, en Palencia, supuso la consolidación del canterano bajo los palos en su primera campaña con los 'mayores'.

Sexto clasificado y a un punto del ascenso, el Málaga afrontaba en Burgos una cita crucial. Ben Barek eligió un once formado por Fernando; Castro, Rojas, Hierro II, Muñoz Pérez; Juan Carlos, Martín, Bonacic; Bío, Nieto y Santi. El Burgos aparecía en la mitad de la tabla, duodécimo entre los 20 participantes, pero tampoco podía despistarse porque se encontraba sólo dos puntos por encima del descenso (entonces bajaban cuatro equipos). En sus filas contaba con delanteros como el ariete Magdaleno, Juanjo (que había jugado varios años con el Zaragoza en Primera) y un meritorio llamado de 18 años, Cholo, que luego pasaría por el Real Madrid, Zaragoza, Sevilla u Osasuna. Este último, suplente aquella tarde, saltó al campo superada la media hora.

Tras una primera parte igualada, nada más comenzar la segunda el Málaga se vio con el marcador en contra. En una decisión muy discutida, el árbitro balear Pascual Segura pitó penalti a favor del Burgos por un supuesto agarrón de Juan Carlos. Durante toda la segunda parte el equipo blanquiazul se volcó en busca del empate e incluso lo consiguió con un remate de Santi en el minuto 70, pero el colegiado, a instancias del 'linier', lo anuló. En la recta final el panorama se complicó aún más cuando el delantero cento Nieto (al que apodaban 'Chino') vio la segunda amarilla después de una lamentable persecución al defensa Pereda, tras una entrada de este, que acabó en agresión. El argentino ya había sido foco de conflictos durante la temporada puesto que había sido apartado del equipo anteriormente junto a su compatriota Cantarutti tras un grave altercado en el vestuario con el centrocampista yugoslavo Bonacic.

Con 1-0 en contra, en inferioridad numérica y sin Nieto en el campo, Ben Barek recurrió a Burgueña como delantero centro. No era nuevo para él, porque al portero vasco le gustaba jugar como punta en algunos entrenamientos y suponía un incordio para los Merino, Rojas, Nacho, Hierro II o Brescia. En el banquillo sólo quedaban Heredia, Filgueira y Brescia, de características no precisamente ofensivas. Burgueña saltó al campo en el minuto 87 por el lateral derecho, Castro, para ayudar al menos a salvar un punto. Y aunque el objetivo ya se antojó imposible tras el gol de Pereda al minuto y medio de su salida, al menos participó en la jugada del 2-1, un penalti cometido a Santi que transformó Bonacic. Era el minuto 91 y el improvisado 'nueve' se fajó con el guardameta local, Maté, para arrebatarle el balón con el fin de que se sacara pronto de centro. Aún se disputaron tres minutos más, consecuencia del incidente de Nieto y Pereda, pero el Málaga perdió y dijo adiós aquella tarde al ascenso a Primera.

La Liga en Segunda acabó con el Málaga sexto, con 42 puntos. Por delante quedaron cinco equipos con 45. Ascendieron Castellón, Cádiz y Racing al contar con mejor 'goal average' que Elche y Rayo Vallecano. Exactamente diez temporadas después, los caminos de Ben Barek y Burgueña volvieron a unirse. El primero, tras un largo periplo, regresó al banquillo de La Rosaleda para sustituir a Waldo Ramos. El vasco, que había vivido dos ascensos a Primera y había pertenecido seis temporadas al equipo, acababa de estrenarse como segundo entrenador, puesto que posteriormente también ocuparía en los primeros pasos del nuevo Málaga Club de Fútbol junto a Antonio Benítez en 1994. Y ambos de nuevo se quedaron a las puertas del ascenso, en la promoción en Cádiz en 1991. Queda para siempre el recuerdo de aquella curiosa decisión del entrenador con el portero suplente que alguna otra vez provocó bromas entre ambos. «Míster, ¿me pongo yo arriba? Que ahí ya sabe que me defiendo bien...», espetó alguna que otra vez durante los partidillos de los jueves cuando ya eran responsables del equipo...

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