Málaga: veinte puntos que son todo un tesoro

Los veinte puntos que suma el equipo a estas alturas son un tesoro. Están por encima del promedio que debe llevar a estas alturas para no apartarse del camino de la permanencia. De hecho lleva un 40% del total necesario, de los 50 puntos. Y ha transcurrido un tercio (un 33%) de competición. Son cuentas bien sencillas, aunque haría mal el Málaga en dejarse vencer por la indolencia y mostrarse un punto conformista a partir de ahora.

De hecho, si algo define a este equipo es su compromiso y su espíritu de sacrificio, que están en el ADN de la plantilla que ha ido armando Sergio Pellicer, en el proyecto más prolongado de su trayectoria en los banquillos. El de Nules y el director deportivo, Loren Juarros, creyeron a pies juntillas en el futuro del bloque tras el agónico ascenso en Tarragona. La realidad parece haberles dado la razón. La plantilla tenía recorrido y muchos de sus jugadores han progresado a nivel individual y, con ellos, el grupo.

No hay más que comprobar que el Málaga está jugando habitualmente con nueve o diez futbolistas titulares que ya estaban la pasada campaña en el equipo. Ante el Cartagena el sábado sólo Luismi y Lobete reforzaron ese once en representación de los nuevos, y pese a que el extremo no es uno de los habituales en ser alineado de salida.

Sólo se aprecian indicios de crecimiento. De un Málaga cada vez más reconocible en el campo por su estilo, su sacrificio y su afán de darlo todo hasta el pitido final. Esto explica que sólo lleve una derrota, en su peor actuación, en el 0-3 ante el Elche, el día en el que casi nada salió bien, un accidente de partido. No ha sido este el devenir más normal. El equipo ha tenido arrestos para competir casi siempre y ha salido airoso de tramos malos de encuentros; ha llegado a derrotar al Albacete jugando en inferioridad numérica; ha dejado la puerta a cero en más de la mitad de encuentros, en siete de trece, y sigue invicto fuera, aunque la mayoría de los puntos proceden de los cuatro triunfos en La Rosaleda en sus útimas seis citas de casa. Así las cosas, sólo la larga lista de empates (ocho) lo ha penalizado en la clasificación, en la que por ahora está más cerca de la zona de los 'play-off' de ascenso que de la de descenso, aunque la cautela invita todavía a seguir mirando hacia abajo y en sumar cuanto antes los 50 puntos necesarios para seguir en Segunda.

Con una plantilla amplia, de 28 jugadores, las lesiones no están haciendo mella, pero en su gestión del grupo a Sergio Pellicer le hubiera gustado seguir en la Copa del Rey. La eliminación ante el Estepona en La Línea en la prórroga ha sido el gran borrón hasta ahora del curso, y puede complicar el manejo de tantos futbolistas deseosos de jugar. La recuperación de Ramón sigue siendo otra asignatura pendiente, como la patata caliente con Antoñito (que no renueva y acaba contrato) cara a los próximos meses, pero en el plano opuesto cabe destacar también que Alfonso Herrero sigue siendo salvador bajo los palos y el crecimiento de nombres como Nelson, Galilea, Dioni, Aarón Ochoa, Izan Merino, Larrubia, Kevin y, sobre todo, el de Manu Molina, en una categoría superior.

El equipo encara ahora un tramo difícil, con tres salidas en las próximas cuatro jornadas (Zaragoza, Levante y Castellón) y recibiendo al líder, el Racing (sábado 23, a las 21.00), pero ha demostrado ser fiable como visitante y que no arrugarse en ninguna cita. Esa es su personalidad, con la que se identifican cada vez más sus aficionados, que asumen que hay limitaciones a nivel técnico, menor potencial respecto a otras plantillas de Segunda, pero en un proyecto de cantera que no es artificio, sino una realidad.