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El Málaga se mide este domingo (12.00 horas) al Atlético Baleares, un rival que llega en una situación muy complicada. Lleva dos meses sin ... ganar un partido, es de los peores ataques de la Liga y sus movimientos en el mercado de fichajes han terminado de deprimir al equipo por la salida de siete compañeros y la llegada de sólo cuatro refuerzos. Esto ha provocado un cruce de declaraciones entre el entrenador y el director deportivo. Dicho todo esto, lo más positivo es que aún se encuentra a cuatro puntos de la permanencia (17º con 18 puntos, 21 menos que los malaguistas), su gran objetivo y que cada vez se ve más difícil.
Sobre todo después de que en la pasada jornada perdiese la oportunidad de recortar distancias con un rival directo como el Atlético Sanluqueño y no fue capaz de pasar del empate sin goles en su estadio. Este encuentro acabó por desquiciar al entrenador del Baleares, Juanma Barrero, que pidió fichajes: «Tiene que venir gente o estamos liquidados; nos falta velocidad, falta potencia, faltan cuerpos para pelear con el rival, y hay que arreglarlo», dijo el técnico extremeño sobre la falta de pólvora en el ataque. Y es que sólo suman 12 goles en 21 partidos, una cifra que sólo igualan los dos últimos, Recreativo Granada y Melilla.
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Aunque esta frustración con el gol se ha agudizado en el último tramo de competición, donde vive la peor sequía anotadora de su historia. No marca un gol desde el 10 de diciembre, lo que significa 454 minutos sin ver puerta, sin celebrar un gol, es decir, más de cinco partidos. Unos números insostenibles si quieren conseguir la permanencia. Igualmente, esperan que esto se quede sólo en una mala racha. Confían en la reaparición de su máximo goleador, el veterano David Rodríguez, que lleva seis goles y vuelve a la competición este fin de semana tras cumplir cuatro partidos de sanción y estará disponible contra el Málaga.
También esperan que empiecen a rendir los dos atacantes que han llegado al equipo durante el pasado mes, Nuha Marong, quien ya tiene un pasado positivo en el Baleares, y Pablo Muñoz, que llega cedido por parte del Deportivo de la Coruña. Los otros dos refuerzos han sido el defensa Edu Campabadal, que ya sabe lo que es ganar en La Rosaleda porque lo hizo con el Alcoyano en la primera vuelta, y el medio centro Miguel Azeez, un inglés de 21 años que procede del filial del Arsenal y cuenta con la experiencia de haber militado medio año el curso pasado en el Ibiza en Segunda. Además de esto, el Baleares asegura que está rastreando el mercado de jugadores sin equipo, pero eso potenciales fichajes ya no llegan para jugar contra el Málaga.
Y es que el plan del Baleares en el mercado invernal era aligerar su masa salarial y concentrar los esfuerzos en jugadores que subiesen en el nivel. Pero futbolistas deseados como el delantero del Badajoz, Carlos Cinta, no han llegado porque se han frustrado las negociaciones. Les ha pasado también intentando incorporar a Álvaro Bustos, que ha preferido ir del Alcorcón al Recreativo de Huelva. O con Pablo Valcarce, del Deportivo. Por eso contrastan mucho más las siete salidas: Jaime Sierra, Miguelete, Loren, Jorge Martínez, Javi Moreno, Óscar Sánchez y Xisco Jiménez (retirado).
Con todo esto, el plan del Baleares para sacar algo contra el Málaga es cerrarse muy bien atrás e intentar sacar alguna ocasión de peligro en acciones a balón parado. Esto queda claro después de rescatar las palabras del entrenador, Juanma Barrero, tras su último partido. «No tenemos potencia para salir a los contraataques, los centrales se comen a nuestros jugadores, no tenemos al delantero que se quede la pelota o que por inteligencia pueda chocar y llevársela y tener situaciones de gol. Ahora mismo no lo tenemos y lo que nos queda es intentar dejar la portería a cero y crecer», expuso con una sorprendente contundencia el preparador del Baleares.
Por desgracia para sus aficionados, no es la primera temporada que el Atlético Baleares está peleando por no descender. De hecho es la tónica general en las últimas temporadas después de que años atrás haya sido un aspirante a jugar en Segunda División participando en varias fases de ascenso. El ahora jugador del Málaga, Dioni Villalba, ha vivido las dos etapas estando en el Baleares. «El Atlético Baleares ha estado peleando por subir, tiene un nombre, un buen campo... El año pasado estuvimos también abajo y al final salimos. Muchos pensábamos que no seríamos capaces, pero echándole lo que le echamos, al final lo conseguimos», comentó Dioni en una entrevista durante esta semana previa al partido del domingo.
El máximo accionista del club, el alemán Ingo Volckmann, fue precisamente el precursor de la mejor época reciente del Baleares en la tercera categoría con una gran inversión inicial, pero también está siendo el mismo que ya se ha quedado sin más que poner sobre la mesa después de una década. Asegura que ya ha gastado más de 20 millones de euros en su etapa en el club, y cansada por no haber logrado el ansiado ascenso al fútbol profesional, deja la apuerta abierta a vender el club. Mientras tanto, lo que todo el mundo pensaba es que al menos tendrían proyecto suficiente para permanecer en Primera RFEF, pero ahora hasta eso también se ve peligrar.
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