Uno de los predecesores de Manolo Gaspar en la dirección deportiva malaguista, Mario Husillos, suele repetir a modo de axioma futbolístico que «los dos puestos clave de cualquier equipo son la portería y el delantero goleador». En el rompecabezas de cualquier planificación, un ... sudoku de dificultad máxima en el caso del Málaga, la asignatura más complicada de aprobar estribará en eso precisamente: cómo recomponer las dos demarcaciones más sensibles tras la marcha de Sadiku y la posibilidad cada vez más real de que Munir deje el equipo.
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Horas después de que se abriera de manera oficial la ventana de fichajes del mercado de verano –que esta temporada se cierra de manera extraordinaria el 5 de octubre–, de todos es sabido que el Málaga arranca con unos condicionantes especiales. Deberá liberarse de un superávit importante (de cerca de 15 millones de euros) en el tope salarial, lo que limita claramente sus aspiraciones para reforzar el equipo.
Al menos el club, como todos los demás del fútbol profesional, contará con una mayor comprensión de LaLiga ante el escenario generado por la pandemia y quedó suspendida en este periodo la exigencia para la inscripción de los equipos sin tener superado el tope salarial en más de un 30 por ciento a 31 de julio. Pero el Málaga no puede dormirse en los laureles. Su principal problema es resolver caso a caso la situación de las fichas elevadas de la plantilla, la práctica totalidad de los jugadores que llevan más tiempo en el vestuario, con sueldos que ya no se adecuan a la nueva realidad de la entidad: Juan Carlos, Adrián, Rolón, Juanpi (todos, con contrato hasta 2021), Cecchini (2022) y Luis Hernández (2024), e incluso un caso más reciente como el de Dani Pacheco (un año más de compromiso).
Las ventas –pese a que ningún jugador parece asegurar a día de hoy una fuerte suma–, la inscripción de canteranos, la llegada de jugadores a préstamo, y apuntar a un mercado de jugadores destacados de Segunda B o con oficio en Segunda –entre ellos, futbolistas nacidos en la provincia– son las principales bazas que le quedan a la dirección deportiva, pero el reto de hacer un equipo lo más competitivo posible, que no se aboque a las dificultades para la permanencia de este último curso o al condicionantes de disponer de pocas fichas profesionales, pasa por resolver el expediente de la portería y del 'nueve' goleador'.
El Málaga podría quedarse sin especialistas con ficha profesional en ambos puestos si saliera Munir, con muchas novias en el mercado. No es para menos, después de su periplo mundialista en Rusia 2018 y de ganar el último Trofeo Zamora de Segunda, al defender el marco también del equipo menos goleado (con 33) de la categoría.
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Sin embargo, Munir no tuvo la regularidad de su primera campaña de malaguista (la 2018-19). Con todo, sí fue determinante en varios encuentros con sus intervenciones, pero otros errores puntuales parecieron dar sentido al argumento de que se vio perjudicado por la ausencia de competencia en su puesto, con dos canteranos sin ficha profesional, Kellyan y Gonzalo, rotando en las convocatorias para ejercer la suplencia.
Ahora el Málaga deberá decidir si, en el caso de que se marchara Munir, incorpora dos porteros (ha sonado Cristian Rivero, que milita en el Mestalla) o sólo uno con la subida definitiva al primer equipo de Kellyan o de Gonzalo, que a la postre ha sido el que ha parecido tener más confianza del entrenador, Sergio Pellicer.
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El problema de la portería se reproduce con más crudeza en el ataque. Sadiku acabó su cesión por el Levante y no parece que pudiera darse el milagro de que repitiera experiencia en el Málaga, debido a su ficha y aspiraciones. Sus trece goles en Segunda (aunque media docena fueran desde el punto de penalti, en donde nunca falló) le han convertido en otra pieza apetecible. Hace unos días su mensaje en las redes sociales pareció una evidentes despedida de tierras costasoleñas: «Desde el primer día que pisé La Rosaleda sentí algo especial. También agradezco a mis compañeros que me han ayudado a conseguir 13 goles y sentirme de nuevo feliz jugando al fútbol después de meses difíciles. Agradezco a toda la gente del club que siempre me ha apoyado desde el primer día que llegué«.
El Málaga no cuenta con más delanteros puros. Buenacasa, con un compromiso indiscutible, pero con poco gol, finaliza también su periodo de cesión, y el filial Julio es el único 'nueve' claro que ha gozado también de minutos en la última Liga. El mercado nunca es fácil para reclutar especialistas del gol y es donde la dirección deportiva habrá de hilar más fino. La losa ya fue clara en la Liga recién acabada: con 35 dianas (en 42 partidos), el cuadro blanquiazul fue el menos realizador, y de ahí sus apuros.
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