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Las dos áreas deciden todo en el fútbol, que se dirime en el espacio entre ellas. Es en la proximidad de las porterías donde se cuece todo, las victorias y las derrotas, los éxitos y los fracasos, los goles y los errores que los desencadenan. ... Una de las claves del ascenso rubricado por el Málaga anoche en el Nou Estadi de Tarragona ha sido el excelente rendimiento de los jugadores titulares en las dos demarcaciones que mejor definen la importancia de las áreas: el portero y el delantero centro.
El Málaga puso énfasis en reforzar bien estas dos posiciones cara a la empresa de tratar de regresar a Segunda por la vía rápida, y contrató a un guardameta asentado en la división de plata como Alfonso Herrero (ex del Oviedo, el Mirandés y el Burgos), veterano y contrastado, y a un especialista del gol en Segunda B, luego en la recién creada Primera Federación, además malagueño para más señas, Dioni.
25
goles encajados en 38 jornadas por Alfonso Herrero en la campaña regular, un promedio de un tanto cada 137 minutos.
Aunque este ha acabado convirtiéndose en el máximo artillero en el tercer escalón del fútbol nacional, a la postre fue Roberto el que asumió la misión de ejercer como 'nueve' del equipo, una decisión a la que llegó Sergio Pellicer después de todo el trabajo de la pretemporada. Un canterano de regreso de una cesión (en el Barcelona B, en Primera RFEF), antes que otro delantero más que consagrado, al que situó como segundo punta, justo lo que era el cordobés en las categorías inferiores del Málaga.
Pero la apuesta de Pellicer ha resultado todo un éxito. Roberto ha explotado cara al gol (veinte dianas frente a las ocho de hace un año) y como un 'nueve' muy a tener en cuenta cara al futuro. A sus 21 años (cumplirá los 22 el 3 de julio) se ha convertido en un jugador muy cotizado en el mercado por su juventud, capacidad de sacrificio y proyección, porque no ha dejado de crecer futbolísticamente.
Sus veinte dianas en todo el curso, en 3.034 minutos, garantizan un tanto cada 151, menos de dos partidos. En esta campaña las lesiones le han respetado mucho y ha podido participar en todos los partidos menos en cuatro y el calendario benigno en la categoría, sin jornadas entresemana, le ha permitido completar encuentros con una gran labor de desgaste.
Al final Roberto le ha dado mucho al Málaga y ha sido un pilar del ascenso. Marcó el primer gol en nueve partidos, distribuyó bien sus tantos, totalizó cinco en los 'play-off', en el momento de más exigencia, y ha completado una labor encomiable en la primera línea de presión. Todas estas virtudes han de sumarse al extraordinario comportamiento de Dioni, que ha asumido su rol más secundario (incluso en los partidos decisivos) sin polemizar y poniendo toda su experiencia competitiva al servicio de un compañero más joven.
20
goles marcados por Roberto en toda la campaña (entre fase regular y 'play-off'), mucho más del doble que hace un año (ocho).
El Málaga ha tenido una aparición hasta cierto punto inesperada en el ataque, pero además se ha encomendado a un santo en la portería, de nombre 'Alfonso' y apellido 'Herrero'. Toledano, para más señas, y con pasado en el Marbella, de ahí que le sedujera un proyecto en la Costa del Sol y de un club histórico con perspectivas de ascenso.
No ha habido tiempo para que se generaran dudas acerca del rendimiento de Herrero, que ha jugado absolutamente todos los minutos de la temporada, salvo los de la Copa del Rey, en los que le ha suplido con un excelente rendimiento Carlos López, un canterano que apunta grandes maneras, pero que no ha podido encontrar opciones de jugar ante el nivel del titular, salvador en numerosos mano a mano y en paradas de reflejos toda la temporada. También en los 'play-off'. Si en un portero los errores no tienen margen de compensación, por ser la última barrera hacia el gol casi siempre, los aciertos se valoran, pero muchas veces no en su medida, como goles que no anota el rival de turno.
Alfonso Herrero ha encajado 25 goles en los 38 partidos de la fase regular, uno cada 137 minutos. El Málaga fue el menos batido del grupo 2 de Primera RFEF, pero no sólo ha sido una responsabilidad suya, sino de todo el entramado defensivo, en un equipo trabajado desde atrás y que en la mayoría de encuentros ha concedido pocos goles a sus rivales. El equipo ha totalizado la friolera de diecisiete puertas a cero en los 38 choques de fase regular, casi la mitad. Por más que fuese la categoría de bronce, es una estadística demoledora.
Herrero, un portero que no destaca por su altura imponente, ha mostrado reflejos felinos y mucho aplomo, algo ideal para calmar a compañeros y dirigir al equipo desde donde mejor se interpreta lo que sucede en el rectángulo de juego, desde la zona trasera de la portería.
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