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La tarde de expectación, con un espectacular recibimiento al autobús del equipo y un mayor estímulo desde las gradas, se cerró con cierta decepción. Con un punto agridulce, porque por momentos pudo ser hasta peor el desenlace para el Málaga, cuya solidez defensiva no termina ... de darle los frutos necesarios para marcar distancia de sus rivales en la lucha por el ascenso. En el igualado grupo de cinco aspirantes en cabeza cualquier tropiezo se paga caro, de manera que ahora el cuadro de La Rosaleda se ha situado cuarto, aunque en realidad sólo está a dos puntos de la cabeza y pendiente de sumar los tres del duelo ante el Reus de la segunda vuelta, cosa que ya tienen en el zurrón el Albacete y el Granada.
Pero sucede que a este nuevo Málaga del 4-1-4-1, ya sin los dos puntas, todo lo que le sobra de firmeza defensiva le falta de capacidad ofensiva. En otro duelo cerrado de la categoría, aunque con algunas ocasiones claras y ciertas jugadas para la polémica (en especial las manos reclamadas a David Simón en el final del primer tiempo), lo que quedó clara es que el Málaga compra pocas papeletas para ganar los partidos generando tan pocas llegadas de peligro real en el área contraria. La tuvo Blanco, después de una buena presión de Iván Alejo a Dani Giménez, pero el argentino parece haber perdido la confianza en el gol, y lo probó cerca del final Harper con un chupinazo cruzado que repelió con apuros el guardameta del Deportivo. Al final, otro 0-0, como en Oviedo o como contra el Tenerife. El resultado se repite de forma peligrosa.
Si bien pudo ser determinante el posible penalti al filo del intermedio, al Málaga le sigue pasando factura su escasa frescura de ideas en ataque, en un dibujo que ha levantado un búnker en el centro del campo, donde Keidi y N'Diaye (este ayer de 'pivote') son dos barreras importantes en la presión, pero en el que hay poco atrevimiento y fantasía con el balón. Prima el sacrificio y el orden. Así se entiende la escasa presencia en el área rival de los cuatro volantes situados detrás de Blanco y la soledad con la que ha de moverse en el campo este, cada vez más desesperado. Muñiz, incluso, le sustituyó ayer a la hora de partido, en una decisión poco habitual hasta ahora, tras malograr una buena ocasión.
No cambió el panorama con Seleznov, de nuevo desasistido, aunque peleó lo que pudo en los balones que le llegaron para tratar de sacar alguna ventaja, y fue patente la falta de chispa de Iván Alejo y Dani Pacheco a medida que pasaban los minutos. El hombre con más gol en las últimas semanas, Adrián (cuatro dianas en lo que va de 2019) padeció la sensación pobre que dejan sus actuaciones cuando no las decora con buenas definiciones.
El Málaga sigue haciendo la goma. Pierde dos puestos en la tabla tras su tropiezo y ahora es cuarto, con 49 puntos. Lidera la tabla Osasuna, con 51, uno más que el Granada (que no jugó pero sumó ante el Reus) y el Albacete. Con 48 se queda el Deportivo, y con 43 el Cádiz, el último en la zona de promoción de ascenso. Fuera de ella el más cercano es el Oviedo, con 42.
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