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Arrabal: «Nadie le ha regalado nada a Málaga como sede del Mundial; la hemos ganado a pulso»La FIFA ha reconocido a La Rosaleda, en Málaga, entre las once sedes candidatas, dentro de la propuesta española, para albergar partidos del Mundial de 2030, en un proceso largo y con muchos intereses políticos implicados. Las obras de ampliación, con un proyecto final pendiente ... de determinar (más o menos ambicioso) pueden empezar en enero y se compatibilizarán con el uso del recinto por el Málaga. El secretario para el Deporte de la Junta, el malagueño José María Arrabal, exresponsable de marketing en el club de Martiricos, analiza la larga gestión, en la que ha tenido mucho que ver en el resultado final.
–Al final Andalucía dispone de dos sedes, Málaga y Sevilla. El proceso ha sido largo y complejo. ¿Cómo lo ha vivido?
-Con mucha responsabilidad. Lo que había en juego era una oportunidad absolutamente transformadora de impulsar dos ciudades andaluzas hacia el futuro. Este Mundial de fútbol no es solo un grandísimo acontecimiento deportivo. Ha sido un periplo de cuatro años, junto a todas las administraciones e instituciones que han formado parte de él. Es justo reseñar el liderazgo del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, la participación del alcalde y el presidente de Diputación. El propio Málaga Club de Fútbol también ha colaborado en la medida de sus posibilidades. Y hemos contado con el reconocimiento y el apoyo de los entes federativos. De personas que tienen un especial aprecio por Málaga, como por ejemplo, Fernando Sanz, que siempre ha querido asegurarse de que tuviera las mismas oportunidades que el resto.
-¿Cómo y cuándo arranca esta historia para buscar que La Cartuja y La Rosaleda sean sedes del Mundial?
-En 2020 mantuvimos algunas reuniones con las administraciones, en las que intuíamos que esta oportunidad podía propiciarse y tener la anticipación necesaria podía marcar la diferencia. Hablamos de dos infraestructuras, tanto en el caso de Sevilla como el de Málaga, que tienen titularidad pública y, por lo tanto, a las administraciones y a quienes las representamos nos otorga la responsabilidad de ir más allá y visualizar cómo tiene que ser en el futuro. Esta oportunidad del Mundial es algo que no se podía dejar escapar porque, en cualquier caso, seguramente hubiera habido que acometerlas mejoras y la renovación que cualquier infraestructura demanda después de veinte años de su última remodelación. Por lo tanto, una oportunidad magnífica. No ha sido nada sencillo. A Málaga no le han regalado nada, desde luego tampoco a Sevilla. La anticipación ha sido una clave fundamental. La convicción, la visión y ese alineamiento institucional ejemplar.
-En Sevilla parece como más fácil para ahora acometer la obra el ajuste que se necesita. Sin embargo, en Málaga va a ser mucho más complejo y con un margen de tiempo también muy justo.
-No cabe duda que comienza otro ciclo. Absolutamente todas las sedes van a tener sus desafíos porque el proceso de otorgamiento de esta Copa del Mundo de fútbol ha sido atípico en muchos aspectos y desde luego eso obliga a no perder ni un solo día y, desde luego, los desafíos y los retos van a estar ahí hasta el último día, pero lo que va a marcar la diferencia es la forma de afrontarlos. Málaga tiene toda la capacidad desde el alineamiento institucional hasta las ideas, la visión y el músculo para poder llevar a cabo este proyecto. Además Málaga tiene una gran capacidad y un gran atractivo para posibles inversores privados que yo creo que van a ocupar un lugar importante porque es probablemente la fórmula que marca el éxito de este tipo de proyectos. Solamente hay que pensar de qué estaríamos hablando si Málaga no estuviera dentro de ese club de ciudades sedes. Esta infraestructura se convertirá en un polo de regeneración de la ciudad. Va a marcar diferencias y, desde luego, va a contribuir de una manera decisiva a que la parte norte de Málaga y toda la ciudad, la provincia en su conjunto tengan un nuevo polo de atracción de valor para todos los ciudadanos que la componen.
-En Málaga el proceso burocrático está ya en marcha, pero ¿podemos centrar un poco más los plazos?
-Si hablamos del proceso de carácter arquitectónico seguramente lo ideal sería preguntar a técnicos en la materia. El pasado lunes se entregó el manual de la candidatura de lo que se llama el 'big book' a la FIFA en París por parte de las tres federaciones anfitrionas. A partir de ahí comienza un proceso en el que se refrenda oficialmente la concesión del Mundial a estos tres países en una asamblea general de la FIFA antes del final de año, lo cual da pistoletazo de salida de manera oficial ese proceso que culminará con la celebración del Mundial en 2030. Creo que es un buen ejercicio que todos entendamos el nivel de esfuerzo que esto va a conllevar y sobre todo la altísima recompensa para la ciudad por lo tanto humildemente a mí me encantaría hacer un llamamiento a la unidad alrededor de este proyecto no solo por parte de las administraciones que han participado y del propio Málaga Club de Fútbol, que ya lo han demostrado, sino de todos los agentes de la ciudad. Deben sentirse partícipes de un proceso y una oportunidad que no sólo ofrece esa posibilidad de que Málaga albergue un gran evento, sino que además ofrece la posibilidad de que Málaga sea lanzada al futuro en un proyecto que va a dejar un legado de décadas. Un mundial de fútbol es de esos acontecimientos alrededor de los cuales nos podemos imaginar desde nuevas terminales aeroportuarias, ferroviarias, marítimas y es como creo que este proyecto debe ser entendido como una oportunidad, no un fin en sí mismo, para que la ciudad de Málaga que ha sufrido y ha experimentado una enorme transformación para bien se agarre a otra percha de la cual se pueda colgar para seguir impulsando mejoras que vayan mucho más allá de 2030. No podemos incurrir en la autocomplacencia de pensar que ya hemos terminado. Hay que seguir, para que Málaga no quede descolgada ni en lo económico, ni en lo deportivo.
-La Rosaleda queda abierta todavía a dos posibilidades para esa remodelación, la básica y una un poco más ambiciosa que contemplaría el techado. ¿Esto cuándo se va a decidir?
-Hay que hacer compatible el corto plazo con el medio plazo. No cabe duda de que la máxima prioridad es garantizar que el estadio reúna las mejores condiciones o las condiciones básicas necesarias para la celebración del Mundial y en paralelo ir nutriendo esa reflexión que se está haciendo sobre las formas de dotar al proyecto de mayor músculo. Hay que diferenciar eso de la urgencia, la necesidad inmediata de que muy pronto ya haya carretillas, por así decirlo y empecemos a ver grúas por aquí cerca, pero yo creo que algo que está distinguiendo y pienso que positivamente este proceso es la ambición, la altura de miras y el considerar el proyecto como una verdadera fuente de prosperidad para la ciudad.
-Se ha hablado desde el principio de unas cifras para la remodelación. El punto de partida fue de 130 millones aproximadamente. Se puede llegar a los 300 millones. Confírmeme si es correcto y es una inversión que podría ser rentable.
-Pues sin ninguna duda seguramente tenemos que hacer el esfuerzo de explicarlo mejor pero para que la gente nos entienda. Existe la fase que podríamos llamar el chasis del estadio para reunir todos esos requisitos que son necesarios, un escenario básico, y luego existe la posibilidad de dotar de más músculo de carácter comercial y regenerador que llevaría hasta la horquilla que también está indicando y que se ha mencionado, pero ese salto obviamente está condicionado. Hay que hacerlo en el plano abstracto para entender cuál es el máximo potencial del proyecto. Se haría con la premisa de que existiera la inversión privada que lo permitiese. En segundo lugar la gente tiene que entender que a mayor potencialidad del proyecto y mayor inversión privada menor aportación pública, con lo que, en este caso más podría ser menos. Es decir, se puede dar el caso de que si las administraciones afrontan el proyecto en su chasis costase más dinero para ellas que si el proyecto se dota de un equipamiento de carácter comercial que atrajese inversión privada y eso provocaría menor la necesidad de invertir menos por parte de las administraciones.
-Concretando, hablaríamos también de un proyecto con un mayor beneficio para la ciudad, que podría atraer otro tipo de eventos. Una inversión privada mayor se podría ir amortizando así con el paso de los años.
-Las administraciones manejamos previsiones del rendimiento económico que puede suponer para la ciudad ese escenario ampliado respecto al proyecto básico. Los números son extraordinariamente prometedores para la ciudad, para la instalación y para quien la opere. En su momento se proveerán esos datos. No es sólo un estadio de fútbol, sino que es un gran contenedor de valor que va a completar la oferta de la ciudad de Málaga en el aspecto turístico, corporativo o empresarial. Es la diferencia entre un planteamiento digamos, de los años 80 o un planteamiento de ya bien entrado en el siglo XXI. A diferencia de la mentalidad de hace 40, 50 años, cuando se pensaba en la actividad estrictamente deportiva durante 20 días al año, ahora lo que tenemos que pensar es en actividades que tienen valor los 365 días del año que completen la oferta de esta ciudad, poder atraer a eventos de carácter cultural, musical corporativos o empresariales de primer nivel. Es la guinda del gran trabajo que se viene haciendo desde hace casi 30 años en esta ciudad. Se requiere la determinación de las grandes oportunidades
-¿Serán compatibles los trabajos con la práctica del fútbol?
-Creo que hay que hablar de ocupación más que de preocupación. La compatibilidad del estadio con la actividad del Málaga ha sido una premisa a lo largo de todo este proceso acomodada además técnicamente por el estudio de arquitectura que ha elaborado los documentos de referencia. Eso también encarece el proyecto, pero tenemos que intentar que este tránsito sea lo más fluido posible. Hay que ser justos y honestos, y hay que explicar que este ejercicio va a requerir esfuerzo, no cabe duda. No vamos a estar en un chasquido de dedos en un Mundial de fútbol. Hemos luchado mucho y, desde luego, nadie le ha regalado nada a Málaga en este proceso. Nos lo hemos ganado a pulso.
-En los últimos días de junio hubo una cita clave con los tres países anfitriones en Marruecos. ¿Hasta qué punto ha habido tensión política? Tenía que haber una criba entre ciudades españolas en la candidatura. Quizás el caso más claro ha sido el de Valencia. ¿En algún momento ha llegado a temer por un cambio de última hora?
-Miedo nunca, tensión siempre, porque todos quieren este evento. Nadie quiere quedarse fuera en nuestro país y en los dos países vecinos. Lo que sí que puedo decir es que dudo de que nadie haya vivido con tanta intensidad a diario este proceso y con tanta ilusión como lo han hecho las dos sedes andaluzas, porque le hemos puesto el alma al asunto. La FIFA lo sabe, las federaciones organizadoras lo saben, las otras ciudades lo saben, pero desde luego, no ha sido un proceso fácil. Quizás uno de los atributos que ha marcado una diferencia a la hora de presentar las dos sedes andaluzas, y particularmente el caso de Málaga, fue el componente cosmopolita. Creemos que Andalucía es ese crisol de cultura, de historia, donde realmente se plasma la filosofía de un acontecimiento que por primera vez va a unir a tres continentes, nada menos. Y, además, vaticino que las dos sedes andaluzas van a ser las dos mejores sedes del mundial. Desde luego, esa tiene que ser nuestra visión y nuestra mentalidad, con todo el respeto.
-En el horizonte de 2030, ¿cómo ve al Málaga, el club anfitrión del estadio? ¿Lo ve en Segunda División? Cabe una crítica por parte del ciudadano que no es muy aficionado al fútbol, que puede plantear si se le puede quedar grande el estadio a la ciudad.
-Es una pregunta muy legítima, desde luego. Para empezar, no cabe duda de que la situación actual del Málaga es una anomalía. Su sitio no es la Segunda División. Y, desde luego, la situación que vive desde el punto de vista societario tampoco es la que ansiamos todos los malaguistas. La historia nos enseña que, generalmente, las instituciones de este tipo se parecen mucho a la casa donde habitan. En este caso, al estadio donde celebran sus partidos. Entonces, precisamente, la pregunta que habría que hacerse es cómo tendría que ser La Rosaleda para que en 2030 el Málaga sea lo que soñamos y yo creo que la respuesta nos la da este proyecto. El Málaga tiene que ser un equipo de Primera División, un 'top 5' o 'top 10' de la Liga. Dicho esto, este proyecto no se plantea exclusivamente como una actividad de veinte días al año. Es decir, dándole la importancia que tiene al principal club de fútbol de la ciudad, no es la única actividad. Está pensada para los 365 días del año, lo que quiere decir que no depende, al menos bajo mi modesto punto de vista, no depende exclusivamente de dónde esté el Málaga de fútbol, ni muchísimo menos, porque esta ciudad es una ciudad de Champions y tiene que desarrollar actividades de Champions en el ámbito deportivo, cultural, empresarial... Donde esté el club de fútbol de la ciudad deportivamente en cada momento histórico debe ser una cuestión transitoria. En cualquier caso, me remito a la situación de la campaña de abonados en Segunda y a las asistencias el año pasado en Primera RFEF. Creo que la inercia de esta ciudad y esta provincia es muy evidente. Si no hacemos nada, si este estadio se queda antiguo y descatalogado y no se engancha a las nuevas oportunidades de uso que nos da la tecnología, reflejará una realidad de la ciudad muy por debajo de sus potencialidades.
-Siempre pensamos que el Málaga debería llevar mucho más lejos en lo que es su relación con el estadio. ¿De qué manera cree que puede participar o incluso llegar a disponer de parte de la propiedad?
-Ese sería un escenario lógico y natural. Es un escenario que se ha comentado y discutido de manera muy abierta entre las administraciones y con el propio club. Dicho lo cual, tienen que darse unas condiciones de mínima estabilidad que permitan poner las bases de un desarrollo sostenible. Es un modelo que existe en otras ciudades, en otros países y funciona con éxito. Es un modelo en el cual las administraciones son copropietarias y el principal contenido deportivo de la ciudad tiene su participación en esa sociedad. Pero, claro, la situación actual no permite ni hacer planteamientos de largo plazo mientras no se den unas mínimas condiciones de estabilidad y de equilibrio societario ni dar por sentado que va a haber esa participación a la hora de plantear las inversiones. Tampoco se puede excluir en el futuro, pero desde luego el modelo se tiene que plantear sobre una base realista. Yo creo que todos esperamos un escenario en el cual el Málaga recobre el equilibrio societario y eso le permita acometer nuevas inversiones. La responsabilidad en este momento es de las administraciones para dar sentido a esta infraestructura y sacar adelante un proyecto que suponga una fuente de prosperidad para todos los ciudadanos de esta ciudad.
-¿Qué nivel de satisfacción personal tiene después del trabajo, que ha sido bastante largo?
-Estoy muy emocionado. El 7 de julio del 2022 comenzó el proceso oficialmente. Recuerdo que nueve personas estuvimos en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas representando a Málaga y a Sevilla de las diferentes administraciones, ayuntamientos, diputaciones, del Málaga Club de Fútbol, y en aquel momento me tocó la responsabilidad de hablar por las dos ciudades. En aquel momento convivían administraciones de diferentes signos políticos, y aún así nos confirieron esa responsabilidad. Ha habido mucha gente que ha participado de forma decisiva, y desde luego no hubiera sido posible sin que un grupo de personas se sintiesen concernidos, empezando por las personas que encabezan estas administraciones. Todos tenemos que dar lo mejor de nosotros, sin ningún tipo de reparos.
-Quizás es el momento de mayor esplendor en cuanto a la organización de eventos deportivos en Andalucía, ¿verdad?
-Creo que es una realidad objetiva, no solo en la realización de grandes eventos deportivos. Andalucía vive la edad de oro de su deporte. Ha pasado de ocho eventos deportivos de 2018 a 286 en 2023. Si hablamos de número de licencias federativas, ha pasado de algo más de 400.000 a cerca de 650.000; si hablamos de tasa de práctica deportiva, ha pasado de un 42% en 2018 a un 56%, con una reducción de la brecha de género de un 4%; el número de deportistas andaluces de alto nivel ha crecido un 75% en los últimos cinco años, y en estos momentos Andalucía tiene 43 olímpicos, récord histórico: en Tokio 2021 fueron 39, en Barcelona 1992, 38. Creo que Andalucía tiene ese potencial, es cierto que esta administración, con su presidente a la cabeza, ha apostado por el deporte y siempre nos ha pedido que soñemos fuerte, pero el potencial está ahí. Todavía hay mucho margen de mejora y por encima de datos, el deporte es una locomotora con innumerables vagones y que tiene un servicio que ofrecer a nuestra sociedad inestimable. Es el reflejo de la pujanza de una sociedad, porque un deporte pujante refleja una sociedad sana en todos los aspectos, y potencia valores como la salud, educación, estimula industrias como la turística, como la audiovisual, y debo decir que la nueva consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, es una mujer enamorada del deporte que tiene mucha ilusión por que sigamos creciendo.
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