«El ruido que se ha montado no me afecta», afirma el árbitro del Gimnástic-Málaga

Mallo Fernández ha sido denunciado por la justicia ordinaria por el Gimnástic por una presunta negligencia en su arbitraje. «Debido a que la investigación sigue su curso no puedo pronunciarme sobre ese tema», comentó. Sin entrar demasiado a analizar el partido en cuestión, sí critica en sus palabras el circo montado en torno al arbitraje en el fútbol actual en nuestro país: «No es solo contra los árbitros, sino contra todo. Mucha gente va a despotricar a los estadios de fútbol y es cierto que eso no ocurre en otros deportes. Creo que es un tema de base y de educación. Se me cae el alma a los pies cuando en partidos de chavales el padre se pone a insultar al árbitro. Piensa que los niños son esponjas y después hacen lo que ven».

Además, se refirió a la medida introducida por la UEFA en la Eurocopa de que los capitanes de los equipos sean los únicos interlocutores de los árbitros: «Lo veo una medida muy interesante, aunque creo que a la hora de trasladarlo a los clubes va a ser complicado educar a los jugadores, porque el primer impulso es protestar. De todas maneras ojalá cuaje porque no es lo mismo que vengan cinco jugadores a protestarte que lo haga solo uno».

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Ya ascendido a Segunda División, habló del VAR, herramienta de la que ya se podrá beneficiar en jugadas dudosas: «Bien usado es bueno. La tecnología ayuda mucho. Ahora se utiliza mucho mejor que hace unos años cuando se implantó por primera vez».

Para terminar se manifestó sobre lo que supone para él su ascenso a Segunda División, a punto de cumplir 31 años, tras su excelente campaña en Primera RFEF: «Cuando empecé con 13 o 14 años no tenía esa meta, pero ya con 18, en León, empecé a tener de ídolo a Valdés y a soñar con seguir sus pasos. Poco a poco fui ascendiendo y ahora que ha llegado veo el esfuerzo y sacrificio que hay detrás. Confieso que aún no lo he asimilado del todo. Creo que es más difícil subir a Segunda porque somos muchos más colegiados y suben muy pocos«.