El árbitro del Gimnástic-Málaga, ante el reto de su carrera

Nacido en Bilbao, Éder Mallo Fernández cumplirá 31 años el próximo mes y está a punto de cerrar su quinta temporada arbitrando en la tercera categoría del fútbol español (la segunda en la actual Primera RFEF). Se encuentra en el momento de dar un paso más en su trayectoria y es uno de los candidatos a subir a la división de plata la próxima campaña. Por eso mismo el CTA le ha encomendado la dura batalla que se espera entre el Gimnástic y el Málaga. En resumen, para Mallo Fernández también es una final, uno de los encuentros más importantes de su vida.

Será la primera vez que arbitre al Málaga, en cambio ya conoce muy bien al Gimnástic de Tarragona y sus 'jugarretas', las que le salieron mal en La Rosaleda el pasado sábado. Mallo Fernández ha dirigido en dos ocasiones al equipo grana y la última fue en un enfrentamiento contra el Deportivo de la Coruña en Riazor, con victoria para los gallegos por 1-0. Tras aquel encuentro, Mallo Fernández fue muy criticado por el entorno del Gimnástic, que protestó por un gol anulado y por la expulsión de David Concha.

Por eso en Tarragona han vuelto a quejarse ahora de que el CTA le haya designado el partido contra el Málaga, también como una medida de presión sin duda. Es decir, que Éder Mallo tendrá que hacer frente a un ambiente infernal. Pero también es una gran prueba de fuego para él de cara a conseguir promocionar. Por su estilo a la hora de arbitrar, se puede considerar como un colegiado riguroso y que no permite demasiadas faltas duras. Tiene una media de casi cinco amarillas por partido.

En el Gimnástic-Málaga tendrá que estar muy pendiente también de lo que ocurra desde la grada para aplicar los diferentes protocolos. Por ejemplo, si se producen lanzamientos de objetos desde la grada, tiene el cometido de ordenar a la megafonía para que lance un primer aviso antes de reanudar el juego. También deberá vigilar que el Málaga no se vea agraviado por cuestiones extradeportivas, más aún después de que en el último partido del Gimnástic en casa, algunos aficionados locales lanzaron piedras al autobús del Ceuta causando graves desperfectos.

El Gimnástic protestará desde el minuto uno, aunque no tenga razón. Su objetivo es hacer ruido e intentar beneficiarse de una situación de confusión. Ya lo demostró en La Rosaleda. Todos los integrantes que hablaron para los medios de comunicación se hicieron las víctimas y denunciaron un arbitraje en contra, cuando en realidad los que más argumentos tenían para quejarse eran los malaguistas. Sobre todo por el penalti no pitado sobre Roberto en la primera parte.

En esta compleja empresa, Mallo Fernández estará asistido por Eduardo De la Hoya Rocandio y Jesús Rodrigo Gonzalo. El cuarto árbitro será Alejandro Ojaos Valera, conocido en el Málaga porque no señaló un penalti clarísimo sobre Avilés ante el Sanluqueño en Liga. Todos tendrán un papel fundamental para evitar que el partido se dirija hacia el terreno que le interesa al Gimnástic, que buscará desquiciar al Málaga con todas sus artimañas posibles y calentar el encuentro para intentar distorsionar el criterio del colegiado. De hecho, en las últimas horas ya han empezado a jugar en este terreno con críticas a la designación arbitral.