De la Torre, a vueltas con la futura Rosaleda

Los trabajos se están desarrollando desde hace años, aunque con más iniciativa de unos que de otros. Y el proceso de selección, como todo el mundo sabe, se encuentra en su fase final, en la decisiva. Pero en algunos momentos se desprenden ciertas dudas que no sólo son inoportunas, sino que aportan desasosiego después de que el proyecto fuese presentado y avalado por las propias administraciones, que llegaron a asegurar que se pondrá en marcha aunque no se celebre el Mundial en Málaga.

Se sabía que el proyecto iba a ser costoso, como muchos de los que se desarrollan en Málaga y en otras ciudades andaluzas y españolas, pero que no se quedaría sólo en contar con un estadio para 45.000 espectadores, sino que dispondría de muchos más elementos para revitalizar una zona que se quiere acercar al Centro. Además, se unió la posibilidad de que el estadio fuera finalmente techado y con un césped retráctil que le permitiría celebrar otros acontecimientos multitudinarios en cualquier momento del año. Y se mantiene este plan, pues eleva el precio de una forma contenida. Podrá irse muy por encima de los 200 millones (dependerá de varios factores).

El último en hablar del nuevo del proyecto fue el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, que mostró su apoyo y también comentó: «Vamos a tratar de hacerlo». De esta manera se expresó el primer edil a la hora de anunciar el encargo de varios informes, con un gasto de hasta 700.000 euros, que pueda ayudarles a disponer de financiación privada para acometer estas obras desde el próximo año. De la Torre siempre apostó por este proyecto y probablemente seguirá haciéndolo, pero las demás aspirantes españolas a sede están muy pendientes de qué rivales comienzan a plantear dudas en esta larga carrera hacia el Mundial.

Las instituciones criticaron, y con razón, el desastre que suponía para todos el descenso del Málaga a la tercera categoría. Y la publicidad pública quedó muy mermada en el club, reducida a lo establecido en los convenios pertinentes, sin más aportaciones extras. Muchas veces se aseguró que una ciudad de la pujanza de la malagueña necesitaba también un equipo fuerte en la élite, y también es cierto. Pero, ¿qué pasa con el estadio? La Rosaleda tendrá que mejorar, albergue o no el Mundial, pero sería muy desilusionante para todos que algún error que pueda aparecer en este momento tan delicado, cuando está todo en juego, dejara el recinto de Martiricos fuera de la carrera mundialista.