Andrés Caro, dosis de aplomo para una zaga en cuadro

«A nadie le extrañó su nivel, porque todo el mundo en el club sabe que lo tiene», se pronuncia el exmalaguista Juanito, que hace dos temporadas le tuvo en el juvenil de Liga Nacional, aunque en realidad participase en casi todos los partidos con el División de Honor a las órdenes de Nacho. «Conmigo sólo jugó dos encuentros, y uno fue de centrocampista y fue una locura. Le dije a Duda (responsable de La Academia) después que lo mejor que le pudo pasar es que fuese a puerta cerrada», recuerda Juanito de un choque en una etapa más grave de la pandemia.

Lo cierto es que la alternativa a Andrés ha llegado por necesidad, pese a que el Málaga ha estado corto de efectivos en el eje de la zaga todo el curso y no se recompuso en el mercado invernal ni estando lesionado de larga duración Genaro, que puede actuar ahí. El canterano ya fue convocado siete veces en la Liga el pasado curso, y en este lleva doce, con una racha de continuidad ya desde finales de noviembre (sólo se ausentó en tres partidos del banquillo, ente Amorebieta, en La Rosaleda, Almería y Cartagena), coincidiendo ya con la sucesión de problemas musculares de Juande y la lesión de Genaro.

«Andrés es un jugador claro desde pequeño, de nivel del primer equipo. Es listo, técnicamente bueno, pero le queda ser un hombre, potenciar su fisico», añade en su análisis Juanito, que precisamente actuaba en las mismas demarcaciones (central y 'pivote') y que también sabe lo que es debutar en el fútbol profesional como canterano malaguista, aunque siendo más mayor.

Es precisamente la precocidad otro de los valores de Andrés, que se perfila como titular de nuevo el sábado en Fuenlabrada si no llega a tiempo Peybernes. «Para un entrenador poner medios punta, extremos o delanteros siendo tan jóvenes cuesta menos, porque en el juego defensivo no te van a quitar, pero de centrales no recuerdo muchos casos con un debut tan joven», se pronuncia también Juanito. No le falta razón. En este siglo sólo otros cinco malaguistas debutaron en la Liga (en Primera o Segunda) siendo menores de edad: Fabrice (16 años y tres meses, además con un gol en Balaídos que dio la victoria), Juanmi (16 años y siete meses), Mastour (17 años y cinco meses), Edu Ramos (17 años y siete meses) y Ador (17 años y nueve meses), pero con la excepción de Juanmi, a la postre internacional absoluto y ahora en su mejor temporada de profesional, en el Betis, ninguno progresó como se esperaba.

En su puesto quizás haya otro precedente que destacaba por su polivalencia, Alexis Ruano, que debutó en Primera con 18 años y seis meses, y otros casos cercanos en el tiempo y en otras demarcaciones son los de Ismael Casas (estreno con 18 años y cinco meses),Juan Cruz (18 años y 24 días), Loren (18 años y un mes), Ontiveros (18 años y dos meses), Ramón (18 años y tres meses), Larrubia (18 años y cuatro meses), Hugo (18 años y diez meses), Quintana (19 años y un mes) o En-Nesyri (19 años y dos meses).

Andrés, además, no deja de lado los estudios, a diferencia de otros canteranos, y puede presumir de excelentes notas. «Sólo necesitas decirle las cosas una vez, porque ya a la siguiente lo hace bien, y eso es difícil en un chico de la cantera», reconoce Juanito, que en el plano técnico destaca su «buena cabeza», que le da para una óptima lectura del juego y la anticipación, y su buen desplazamiento de balón. «Maneja la zurda muy bien y suele jugar en el perfil izquierdo del eje central, a pesar de que es diestro», concluye, aunque el sábado actuara por la derecha, al lado del veterano Lombán, que casi le dobla en edad.