Secciones
Servicios
Destacamos
El fútbol español vuelve en parte al 'antiguo testamento'. La desastrosa gestión del VAR la pasada temporada, con un excesivo intervencionismo y unos criterios disparatados desde el Comité Técnico de Árbitros, dio paso a una cierta normalidad en la Eurocopa (donde paradójicamente el presidente de ... los colegiados españoles, Velasco Carballo, fue el coordinador del videoarbitraje en los 50 encuentros) y ahora se recuperan las pautas de siempre. Para empezar, sobre el papel, habrá menos manos y menos penaltis. De momento, eso sí, no habrá menos goles anulados, como va a suceder en Inglaterra, donde se ha implantado que las líneas que se superponen para analizar si la posición del atacante es antirreglamentaria son más gruesas.
El VAR nació para entrar en cuestiones no interpretativas (como un penalti fuera o dentro), pero a raíz de un dudoso penalti a Vinicius no pitado –acción avalada por el factótum del arbitraje europeo, el italiano Roberto Rosetti– la presión mediática llevó a Velasco Carballo y a su equipo a tratar de emplear la nueva herramienta con más frecuencia para las situaciones de área. Por esa razón, el intervencionismo desde la sala VOR comenzó a ser exagerado. Si a ello se suma el cambio de criterio respecto a los golpeos del defensor con la mano, más sujeto a la distancia respecto al cuerpo que a la voluntariedad en sí, el caos fue absoluto y el desquiciamiento generalizado llegó a afectar incluso a los propios colegiados.
La experiencia de la Eurocopa ha sido clara: el VAR ha entrado muy poco en escena y sólo en jugadas claras, preferentemente en acciones bruscas que requerían de la tarjeta roja y en penaltis flagrantes. En cambio, dejó a criterio del árbitro principal dos penaltis más que cuestionables, uno de Semedo a Mbappé en el Portugal-Francia que cerraba la primera fase en el grupo F (con Mateu Lahoz como colegiado) y otro a Sterling en Wembley en la semifinal Inglaterra-Dinamarca (pitado por el holandés Makkelie y que dio el triunfo a los locales). Este último fue 'bendecido' por la UEFA; el primero, no.
Esta temporada recién comenzada los árbitros, en sus sesiones telemáticas a comienzos de esta semana, han recibido la consigna de que el contacto para pitar penalti debe ser claro. Es decir, el listón estará más alto y se hará más hincapié en evitar señalar la pena máxima cuando el atacante busque el contacto con el defensor, sobre todo cuando pueda ir en desequilibrio. Obviamente este cambio de postura afecta a los colegiados, que deberán ser más estrictos, pero también a los árbitros en el VAR. Conclusión: va a ser mucho menos habitual la imagen reciente de que el colegiado principal debía acudir al monitor a pie de campo por recomendación del situado en la sala VOR. En este sentido, el jefe de los árbitros en Inglaterra, Mike Riley, habló semanas atrás de erradicar los «penaltis suaves».
En cualquier caso, la polémica no desaparecerá. En el primer partido de Liga, Gil Manzano pitó un penalti de Djené al valencianista Cheryshev por un contacto bastante leve que teóricamente con el nuevo argumentario no es pena máxima. Al tratarse de una cuestión interpretativa, no entraron desde el VAR, donde se produce otra novedad: casi por norma no habrá 'jueces de línea', sino casi siempre un exárbitro y un árbitro en activo. Tampoco lo hicieron en la segunda amarilla al central Cabaco (era clara falta del contrario) porque no se trataba de roja directa. Algo ilógico que no cambia en el protocolo.
Claro que la mayor controversia de los últimos tiempos en el fútbol español ha estado relacionada con las manos. Hasta se dio la paradoja de que en situaciones de la pasada temporada el atacante 'tiraba a dar' para que la pelota golpeara en la mano del defensor y provocar así el penalti. Ahora se reduce todo básicamente a que el defensor ocupe un espacio 'no natural' voluntariamente. La diferencia se centra en que últimamente era penalti si el balón daba en la mano en cualquier circunstancia (aunque fuera en un rebote o con la mano sin tensión) mientras que a partir de ahora se regresa en cierto modo a aquella frase tradicional de que «es penalti si la mano va al balón». Eso sí, en la regla 12 se mantiene la excepción de que un gol será anulado si el balón golpea en la mano o el brazo del atacante, «incluso de manera accidental», y después marca.
Por último, otra novedad relevante esta temporada será el control más férreo de los banquillos, por lo que se prevén más amonestaciones a los entrenadores, sus auxiliares y los futbolistas suplentes. El exmalaguista Míchel ya lo sufrió en sus carnes el viernes en Valencia, en el estreno de su nueva etapa al frente al Getafe.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.