Mejías: el fruto de muchas horas de trabajo para su mejoría táctica

«Ni Josua sabe el potencial que tiene», fue la primera reflexión que hicieron los técnicos del Málaga al ver en acción a Mejías cuando comenzó a ejercitarse con la plantilla. La segunda fue incluso más elocuente: «Con su físico puede hacer lo que quiera en el fútbol...». Es decir, desde el principio eran conscientes de que estaban ante un futbolista que en esta categoría podía ser muy importante, como poco a poco ha comenzado a ser patente.

Mejías  fue reclutado para el fútbol español por el Leganés nada más concluir el Mundial sub-20 disputado en mayo y junio de 2017 en Corea del Sur. En aquel certamen Venezuela llegó a la final (cayó frente a Inglaterra por 0-1) con un plantel en el que una de las estrellas era el entonces malaguista Peñaranda. Y si por algo destacó el equipo dirigido por Rafael Dudamel (también responsable de la absoluta) fue por su contundencia defensiva, con Yangel Herrera (Granada) como 'pivote'). A los centrales (Ferraresi, Velásquez y Mejías) se les echaba en falta salida de la pelota.

Nada más llegar a España, el Leganés apostó por la primera de las cuatro cesiones que ya ha vivido Mejías. Fue precisamente al rival del Málaga este sábado (20.30 horas), el Cartagena. Después se lo prestó al Gimnástic, equipo que dejó en el mercado de invierno, curiosamente el momento en el que Mikel llegó al equipo catalán procedente de La Rosaleda. Posteriormente, el venezolano se marchó al Atlético de Madrid B. Yel pasado verano se incorporó al conjunto blanquiazul.

Precisamente porque a Mejías se le veía desde el primer día un enorme potencial Pellicer no tardó en otorgarle la titularidad. Sin embargo, el central mostraba ciertos vicios futbolísticos, en particular la tendencia a arriesgar más de la cuenta con el balón. Esas frivolidades de jugador 'sobrado' despertaron dudas. Y no sólo en el entorno. Durante estos meses se le ha insistido mucho en que no debe complicarse en la salida de la pelota y ese objetivo se da por logrado. Si se analiza el tramo actual del campeonato, con seis presencias consecutivas del zaguero en la alineación, apenas se ha prodigado en esas acciones que antes suscitaban no pocas críticas.

Quizá lo que más llame la atención de la progresión de Mejías tenga relación con la inevitable comparación que se hizo de salida con su compatriota Mikel. Porque a este se le achacaba precisamente falta de contundencia. «Aprieta, 'flaco' aprieta», era un mensaje habitual de Demichelis, cuando este era asistente en el cuerpo técnico, al ya exjugador. En el caso de Mejías ocurría al contrario: le sobraba contundencia. «Nunca se arruga», recalcan internamente. Y eso desembocaba en diversas faltas  muy espectaculares cuando salía de su zona. De ahí que haya sido otra faceta en la que se ha trabajado mucho con él.

Aun así, durante estos meses el principal reto de los técnicos del Málaga con Mejías ha sido buscar su mejoría táctica. Precisamente esa era la virtud de Mikel, que suplía su falta de contundencia o sus dudas en la salida de la pelota con una óptima interpretación del juego que en ocasiones le permitía hasta desenvolverse como lateral. En el caso del ahora central titular, Pellicer y su equipo han hablado mucho con él y le han mostrado numerosas imágenes de sus actuaciones para que ofrezca una óptima colocación, para que sepa medir cuándo dejar su zona o cómo fijar mejor la marca en la banda. Tantas horas han dado sus frutos para consolidar a Mejías como uno de los centrales hoy por hoy en mejor forma de Segunda.