

Secciones
Servicios
Destacamos
Mira uno la clasificación y ve al Málaga séptimo. Pero al mismo tiempo, no muy lejos de la cifra de 23 puntos, sorprende otro dato: ... 15 goles marcados. A estas alturas del campeonato, con sólo cinco jornadas por delante para llegar al ecuador, únicamente supera al Burgos (con 14) y a dos de los cuatro equipos situados en zona de descenso (Fuenlabrada y Alcorcón). La conclusión es obvia: el gol no lo es todo. La realidad es que la plantilla parece superior a la que tuvo que manejar Sergio Pellicer la pasada temporada, pero el equipo lleva un tanto menos que hace un año.
Sí, un tanto menos. Porque entonces el entrenador disponía arriba de Chavarría, Caye Quintana y el recurso de Julio –Orlando Sá nunca contó debido a sus continuos problemas físicos– y ahora José Alberto tiene de momento a Sekou (casi como un clon del delantero portugués en participación y aportación), a Chavarría (empeñado en volver a recuperar su mejor nivel cuanto antes, aunque la previsión de los técnicos sea para mediados de la segunda vuelta) y al meritorio Roberto (cuyo papel está muy por encima de lo que pudiera imaginarse cuando se estrenó el campeonato). Como ha quedado constatado conforme ha avanzado la temporada, ni Brandon ni Antoñín pueden ser presentados como delanteros centro. Las mejores actuaciones de ambos (en el caso del malagueño, en singular) se han producido arrancando desde la banda.
La falta de un rematador de garantías es un lastre que vuelve a pasarle factura al Málaga por cuarta temporada consecutiva. Porque en la primera el referente era el argentino Blanco, que acabó con nueve goles y, conviene no olvidarlo, estuvo una vuelta completa sin marcar. En la segunda parte de la Liga logró tres dianas. En la siguiente el club sólo pudo recurrir a Sadiku, cedido por el Levante, y si bien el albanés firmó 13 tantos, cinco de ellos fueron de penalti y en demasiadas situaciones su principal recurso era el lanzamiento desde fuera del área porque en la zona de castigo sufría para superar a los centrales.
No cabe duda de que los problemas físicos de Sekou, que llegó tras un año sin competir, han condicionado el peso ofensivo del equipo cuando ya se conocía de antemano la inactividad de Chavarría por la rotura del ligamento cruzado. Visto desde ese prisma, se antoja hasta normal que el equipo lleve un gol menos que la pasada temporada y que ni siquiera promedie uno por partido. Y a ello hay que sumar la baja por lesión de gravedad del mejor llegador desde la segunda línea, Luis Muñoz ('pichichi' del equipo la pasada temporada junto a Rahmani, ambos con cinco).
Es evidente que esta carencia pasa factura. En casa y a domicilio. El gol no lo es todo para el Málaga este curso, pero, para bien (en La Rosaleda) o para mal (a domicilio), en su rendimiento influyen otros factores. Es digno de reseñar el 'milagro de los panes y los peces' de José Alberto en casa, igual que es obligado incidir en que las virtudes desaparecen por completo cuando toca comparecer en otros recintos y se observa un equipo apático, justo de energía, mermado en iniciativa e incapaz de blindar la portería.
Después de seis victorias, dos empates en casa y sólo un triunfo por más de un gol de diferencia (frente al Girona y con el segundo tanto en el minuto 94), el Málaga de La Rosaleda compensa sus manifiestas carencias para ver puerta con tenacidad, compromiso y capacidad para contener. El esfuerzo de los jugadores es enorme para sobreponerse a las adversidades, ya sean un gol en contra, la fortaleza del contrario o la pérdida de la posesión. El aficionado no los despide con aplausos y cánticos por el resultado obtenido, sino por la actitud y el compromiso que muestran partido tras partido en el feudo de Martiricos.
Pero además el Málaga se ha reforzado en un aspecto del juego crucial en esta categoría tan igualada, máxime cuando el equipo está limitado de armas para cerrar los partidos. La capacidad para contener al contrario se ha convertido ya en una seña de identidad de este grupo liderado por José Alberto. El gol no lo es todo en este Málaga. Ahora queda demostrarlo también fuera...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.