Nelson, cabizbajo mientras los jugadores del Albacete festejan la victoria del sábado. AGENCIA LOF

El Málaga se ha caído y sigue sin reaccionar

Tras una primera vuelta de 30 puntos, no está claro ni que sume en la segunda los 20 de la permanencia, con una preocupante bajada de nivel de la que pocos se salvan

Lunes, 17 de marzo 2025, 00:33

Una primera vuelta de 30 puntos y una segunda en la que no va a ser nada fácil llegar a los 20, los que servirían ... para asegurar la permanencia en Segunda con casi total seguridad. El Málaga se mueve en números de descenso en este 2025, desde el paso por el ecuador liguero, no hay reacción y las excusas empiezan a agotarse. Puede que el equipo rindiera por encima de sus posibilidades en ese primer tramo de campeonato, sobresaliente, pero el bajón es generalizado ahora. No siempre hay que hacer una lectura resultadista. En las tres derrotas consecutivas en enero ante Mirandés (3-2), Zaragoza (1-2) y Racing (2-1) e, incluso en el 1-1 posterior ante el Levante, las sensaciones no fueron malas, todo lo contrario que en el primer partido del año (1-1 ante el Deportivo) o en todas las últimas citas.

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Porque el Málaga se ha terminado de caer desde la victoria en Cartagena (0-1), lograda en una flojísima actuación, en un ambiente sin presión y superado el añadido. No es que fuera muy brillante tampoco el triunfo ante el Tenerife (1-0) y desde entonces el equipo sólo pareció competir de verdad en el segundo tiempo en Almería, cuando se repuso de un partido que parecía perdido ante un rival, no olvidemos, que pasaba por un mal momento, pero vapuleó a los blanquiazules en el primer tiempo. Las dos últimas citas han sido un completo desastre. Han abundado incluso alguna excusa peregrina, como la lluvia ante el Cádiz o el hecho de perder de forma tardía, cuando el equipo apenas jugó para más que un 0-0 exponiéndose a un fallo puntual.

El equipo se ha partido por el centro con las bajas de Luismi y Manu Molina, pero casi todos los jugadores parecen en baja forma

No es baladí que Sergio Pellicer esté removiendo medio once en cada partido. No da con la tecla porque el momento de forma de una mayoría de jugadores es muy bajo. El equipo se ha partido por el centro, con bajas de cierta duración de Luismi y de Manu Molina, que no olvidemos que es fundamental en este equipo, y se ha sumado la de gravedad de Ramón. El Málaga apenas está hilvanando pases con criterio, que se suman a los problemas de calidad de sus delanteros y, ahora, una mayor debilidad defensiva. Porque las cifras atrás no tienen nada que ver con las de la primera vuelta. El equipo sólo lleva dos puertas a cero (once antes del ecuador) y ha encajado quince tantos, casi lo mismo que en las veintiuna primeras jornadas (diecinueve), y hasta Alfonso Herrero ofrece síntomas distintos.

No es de recibo cómo empezó el partido el Málaga en Albacete este sábado. En el tercer minuto Agus Medina centró sin un defensa a menos de cuatro metros, y Kofane remató sin necesidad de potencia en la definición ni un marcaje cercano. Es improbable creer que la plantilla no presintiera la importancia del duelo ante un rival directo. Es imperdonable también que en el escaso periodo con dos jugadores más en el campo, se incurriera en el riesgo de ofrecer al colegiado, Moreno Aragón, la oportunidad de ceder a la tentación de la compensación. Puede que la acción de Izan Merino fuera algo fortuita, pero el pie tan levantado, la brusquedad, podía haberse evitado. Mantener esa ventaja habría podido ser decisivo (casi por inercia) para redimirse del pésimo arranque. Además, la gestión de Pellicer para aprovechar la superioridad le deja en mal lugar. El Málaga nunca ofreció argumentos para que se confiara en la reacción, incapaz de mover el balón rápido ni de poner buenos centros. Miedo, a la hora de la verdad, lo metió Morcillo una y otra vez como llanero solitario en el ataque. Resultó increíble que entre los tres sacrificados en el descanso estuviera Antoñito, quizás el más capacitado para hacer daño en el área, por lo visto en el primer tiempo y en lo que va de temporada. Una más de las extrañas idas y venidas del jugador más decisivo en ataque (en cifras y sensaciones).

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Kevin, colgado de la red el sábado en un lance del segundo tiempo. AGENCIA LOF

A esta hora es estéril excusarse con el empate del Eldense este domingo, el derrumbe actual del Zaragoza, ya los dos únicos por debajo para no caer en la zona de descenso. Las dinámicas negativas suelen atraer sólo malos resultados. La autoestima de los jugadores se viene abajo con ellas. Quedan once finales y miga a miga hay que sumar como sea otros tantos puntos. El Málaga sólo ha ganado esta segunda vuelta a dos rivales desahuciados (Cartagena y Tenerife) y recibe a otro este sábado (18.30 horas), el Racing de Ferrol. Ahí no cabe el empate ni que queden asientos libres en La Rosaleda. Toca remar entre todos de nuevo. Sin que llegue la ansiada estabilidad institucional (ni se la espera en breve), el Málaga lleva cerca de dos años en un proyecto deportivo muy sensato y serio (tanto que la cultura futbolística local, acostumbrada a tantos vaivenes y palos de ciego, tarda en entender), basado en la cantera, con una ciudad deportiva en uso y la perspectiva de hacer crecer un 50% el aforo del estadio. Sería una auténtica pena echarlo a perder con un descenso después de haber sumado 30 puntos en la primera vuelta.

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