Los jugadores se saludan en el inicio con la grada malaguista entregada al fondo. Antonio J. Guerrero

Ambiente fraternal entre las aficiones del Málaga y el Antequera

Ambas aficiones vivieron el derbi con una actitud festiva y los seguidores blanquiazules fueron los más ruidosos animados por el signo del partido

Domingo, 29 de octubre 2023, 22:49

El derbi entre el Antequera y el Málaga destacó también por el ambiente fraternal que se vivió. Uno de los temas de conversación durante la ... previa fue la decisión de las autoridades de declarar el partido de alto riesgo para reforzar las medidas de seguridad habituales y controlar la venta de entradas (que fueron nominativas). El objetivo era que este cruce histórico, porque no se celebraba desde hace 29 años, fuera una celebración del fútbol provincial y así se consiguió en líneas generales.

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Se pudo comprobar desde las horas previas al comienzo del choque, en los aledaños del estadio y en la peña malaguista de Antequera, donde hubo un hermanamiento y varios aficionados reconocieron que tenían el corazón dividido. Lo confesaba el aficionado Román Mejías, que vestía las dos camisetas, la de Málaga y la del Antequera, además de lucir sus dos abonos, uno azul y otro verde. «Llevo 40 años de abonado en La Rosaleda y el Antequera es el equipo de mi tierra, así que gane el mejor», resumió.

Este caso es un ejemplo que representa a otros muchos y que entienden que este era un partido anómalo, fruto de un desastre deportivo de los malaguistas y de una gesta competitiva de los antequeranos. Es evidente que la masa social del Málaga es de primer nivel y los cientos de desplazados blanquiazules para El Maulí (más de 600) se hicieron notar conforme llegó la hora del partido.

Recibimiento multitudinario

Ya estaban la mayoría de ellos en el estadio antequerano para recibir al autobús de la plantilla malaguista, que se llevó un chute de motivación en su desembarco. Una vez dentro, la grada blanquiazul se hizo protagonista del ambiente y eclipsó al resto del campo entonando el hinmo del club de Martiricos en la salida de los equipos para el comienzo del partido.

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Los decibelios de los hinchas malaguistas fueron creciendo conforme el partido se fue encarando a favor del equipo de La Rosaleda. A partir de ahí se sucedieron los cánticos y las coreografías de los blanquiazules, que apenas dejaron que se escuchasen a los animadores locales. Por eso había momentos que el sonido creaba la sensación de estar La Rosaleda. Destacó especialmente el final del partido.

En los últimos minutos sonó el himno malaguista con las bufandas al aire para poner el colofón al triunfo y tras el pitido final los jugadores blanquiazules se fueron directos a la grada para saltar y gritar junto con los aficionados, una imagen que se está repitiendo esta temporada, como ya ocurrió en Palma o sobre todo en Linares.

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«Espectacular comportamiento de ambas aficiones», valoró el club verdiblanco tras la conclusión del partido. Los técnicos en sala de prensa también coincidieron en el buen ambiente de deportividad que imperó en todo momento. Más de un antequerano fastidiado por la derrota del equipo de su ciudad se consoló con que los puntos no saliesen de la provincia y puedan servir al Málaga para recuperar su estatus.

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