Álex Calvo: descaro y competitividad

«Lo que hizo en Las Palmas es lo que hace en cada entrenamiento. Normalmente hay muchos jugadores de mucho talento y desborde, pero no tantos que tengan una ambición tan grande», comenta seguramente la persona que mejor conoce el fútbol de Álex Calvo. Hablamos de Luis Bueno, su entrenador en el juvenil de División de Honor esta temporada. Y es que la nueva gran esperanza de la cantera malaguista quiere ganar a todo lo que se propone. Por eso «pierde el balón y se muerde la lengua», como reconocen sus más cercanos, porque «tiene una ambición muy grande, le encanta competir».

Esto es lo que ha llevado a Álex Calvo a rendir al mejor nivel en los partidos de más exigencia. En la Copa del Rey de juveniles fue al autor del gol ante el Barcelona, de penalti; también fue el que marcó ante el Real Madrid el tanto del honor, y vio puerta en su debut con la selección española sub-19 hace unas semanas. Así las cosas, ¿a quién podría extrañarle que marcara en su estreno en el fútbol profesional? Más aún si lo hacía sin lastre en la mochila, no como sus compañeros profesionales.

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«Estaba Rubén Castro en una buena línea de pase, pero él define mejor de forma individual, que de forma asociativa en la jugada», se pronuncia Luis Bueno, que reconoce que él se maneja mejor con la zurda y que, si bien suele jugar más en la banda derecha, su mejor puesto puede ser en la izquierda, aunque «en el futuro quizás pueda actuar por dentro». Además, tiene un gran golpeo a balon parado y va entendiendo mejor el juego de asociaciones.

Álex Calvo vive en la residencia de futbolistas y comparte habitación con el portero Rafa, también cordobés. Llegado al Málaga siendo infantil (en la 2016-17), es el segundo jugador de 2004 que debuta con el primer equipo después del central Andrés Caro, que es 18 días más mayor.

Muy malaguista, su primer gol en el fútbol profesional lo dedicó al cielo a un ser muy querido, y uno de sus principales apoyos es su hermano, militar. Antes de debutar en Segunda, también jugó este curso en el Malagueño en Tercera RFEF (solamente ante el Torre del Mar) y en el juvenil de División de Honor, donde llevaba siete goles en 1.688 minutos (en 21 choques).

Atrevido en el campo... y fuera de él. Lo demostró en sus primeras palabras públicas, en el micrófono de Movistar, al término del partido ante Las Palmas y después de haber desbancado al líder con su gol. «En nuestro diccionario no está la palabra rendirse», sostuvo con osadía. Más en el plano personal, admitió que «la verdad es que estoy contento por el debut, más que nada por haber ayudado al equipo, pero seguimos en zona de descenso, aunque el punto este nos viene bastante bien. Al final es ante los primeros clasificados y no es lo mismo venirte a casa con cero puntos, que con uno». Respecto a lo que puede aportar a este Málaga tan acuciado ahora, comentó que «el míster (Pellicer) me lleva recordando toda la semana que sea valiente, que hiciera lo que venía haciendo en el juvenil y en el filial». A fe que lo hizo.

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