Álex Pastor: un defensor joven, polivalente y dominador del juego aéreo

Natural de la localidad barcelonesa de Cornellá, se trata de un jugador con mucha tradición de las canteras catalanas. De su etapa de formación destaca su paso por las categorías inferiores del Espanyol, equipo del que salió con sólo 15 años rumbo a la Sampdoria. Fue a probar a Italia a través de un compañero del colegio, que también estaba vinculado al fútbol, como experiencia y por pasarlo bien, según contó en un podcast andorrano hace cosa de un año. El equipo de la ciudad de Génova se interesó por sus servicios y quiso contar con él por dos temporadas, que al final resultaron ser cuatro. El Espanyol recibió entonces la friolera de 76.000 euros por el traspaso de un jugador que aún era cadete. Casi nada.

Puso fin a su etapa en Italia en septiembre de 2020, a un mes de cumplir los 21. El central, que forma parte de esa atípica estirpe de jugadores que salen de su país a una edad precoz para seguir madurando como futbolistas, jugó una campaña (la 2018-19) en el centenario Vis Pesaro, de la Serie C, a préstamo por el club genovés, en una experiencia que le ayudó a seguir madurando como futbolista y también como persona. El defensa comparte agencia de representación con cracks como Lautaro Martínez o Achraf Hakimi y también con el malaguista Kevin.

Al Andorra llegó con la carta de libertad bajo el brazo, hace cuatro años, para convertirse en una de las primeras piezas del ambicioso proyecto que ideó y puso en marcha Gerard Piqué. El Andorra compró la plaza que dejó libre el Reus en el curso 2019-20 y Álex Pastor se incorporó al proyecto una temporada más tarde, en la segunda campaña consecutiva del equipo del Principado en la extinta Segunda B. En el total de su etapa en el cuadro andorrano, el central ha disputado 94 partidos, anotando cuatro goles y ofreciendo dos asistencias.

Es joven y en Andorra hablan de él como un jugador con mucho techo y una curva de aprendizaje grande. Un futbolista que ha sido importante en un proyecto de Segunda División y un central mejorado respecto al que llegó hace cuatro años. Todas las fuentes consultadas por este periódico para conocer un poco mejor al futbolista coinciden en que ha sido uno de los tres mejores del cuadro del Principado este último curso. Una de las pocas buenas noticias que dejó el amargo final de temporada que tuvieron a causa del descenso. Destaca por su altura (en torno al 1,87) y su juego aéreo, su velocidad, su capacidad de corte e intercepción y su polivalencia, con capacidad para ejercer también de lateral derecho, aportando así un extra de competencia a Gabilondo y Puga.

La pasada temporada fue relegado al banquillo durante el primer tramo de la temporada porque, en un primer momento, su perfil de juego no terminó de encajar con la idea y el estilo que el técnico, Éder Sarabia (que fue segundo de Quique Setién antes de emprender su primera aventura como primer entrenador en el Andorra) quiso implementar en el equipo: juego de posesión, saliendo desde atrás con la pelota en los pies.

No obstante, a sus órdenes mejoró sus prestaciones con la pelota. De hecho, este pasado curso protagonizó una jugada en la que se recorrió el campo entero con el balón en los pies para acabar asistiendo a su compañero. El peligroso devenir del equipo en la tabla clasificatoria obligó a Sarabia a reajustar piezas, y fue entonces cuando el de Cornellá se hizo con la titularidad en la segunda parte de la Liga. En total jugó 25 partidos, anotando un gol y dando una asistencia.