Llega un 'hueso' a La Rosaleda

El Albacete ha sido un equipo tobogán si se valora con perspectiva su comportamiento en su actual ciclo en Segunda, en el que encara su tercera temporada. En la 2022-23, con Luis Miguel Ramis al frente, llegó a ser líder en la vuelta y disputó la fase de ascenso, cediendo con claridad en semifinales ante el Levante (1-3 en el Carlos Belmonte y 3-0 en Valencia), pero en la 2023-24 se movió todo el curso en la mitad inferior de la tabla y logró la permanencia matemática en la antepenúltima jornada (2-2 en la visita al Villarreal B), después de que tras la jornada trigésima segunda, a diez del final, Alberto González tomara al equipo decimonoveno (en zona de descenso), a un punto del decimoctavo.

El equipo acusó esa campaña los cambios. No se terminó de adaptar al estilo de Rubén Albés, al que le fue muy bien antes en el Lugo, y notó también las salidas de Boyomo, Maikel Mesa y Dubasin. Sin embargo, este verano la plantilla se ha reforzado de forma abundante para evitar los mismos problemas, y todo apunta a que quizás pelee en la mitad superior de la tabla.

Y es que si se repasa el bloque manchego, hay muchas opciones por puesto y llama la atención que casi todos los efectivos tienen sobrada experiencia en Segunda e, incluso en Primera. Este verano han llegado los porteros Lizoain (Cartagena) y Cristian Rivero (Valencia), los laterales Javi Rueda (Celta B), Jaume Costa (Mallorca) y Alcedo (Mirandés), los centrales Jon García (Ferrol), Diego González (Elche) y Lalo Aguilar (Leganés), los medios centro Javi Villar (Castilla) y Ale Meléndez (Ceuta); los extremos Morcillo (Athletic) y Lazo (Espanyol), y el delantero Nabil Touaizi (Atlético de Madrid B).

En total, trece caras nuevas, entre las que destaca la de Javi Rueda, el lateral de Alozaina forjado entre las canteras del Málaga, del Real Madrid (donde llegó hasta juveniles) y el Celta, equipo en el que ha brillado en su filial, lo que le permitió debutar en Primera División en la última jornada liguera de la 2023-24. Ahora Alberto González, sin depender de un once tipo, reajusta su alineación en función del rival y de las exigencias del partido.

De hecho, hizo dos cambios respecto al equipo que ganó en Granada para medirse al Elche (entraron Rai y Juanma en lugar de Agus Medina y de Higinio). Los nueve que han repetido son Lizoain; los cuatro zagueros, con Álvaro Rodríguez, Jon García, Ros y Jaume Costa; el 'pivote' Riki, con Quiles y Morcillo en las bandas, y Fidel, por dentro, como segundo punta, lo que constituye una novedad en su carrera, casi toda cerca de la cal.

«Un equipo que funciona como equipo, su rendimiento se multiplica sobre un equipo que no funciona como tal, por mucho nivel que tenga de manera individual». La frase es de Alberto González y, de alguna manera, resume su filosofía. Todo pasa por el bloque y el compromiso de los once en el campo, Cuentan que, en su etapa en El Ejido, colocó en el vestuario un cartel que ponía 'anticipación, solidaridad, trabajo en equipo'. Tácticamente, el Albacete es un equipo versátil, muy peligroso en transiciones, con jugadores que atacan de maravilla los espacios (Quiles, Juanma, Fidel o Morcillo), que se asocian bien, con una buena presión adelantada y paciente si ha de defender cerca del área agrupado.

No le importó tener una posesión mínima (22%) ante el Elche de Eder Sarabia, fiel al estilo de sobar la pelota y progresar con pases seguros hasta el área. El Albacete, casi sin ocasiones en el primer tiempo, aprovechó un error en la salida del balón, con un pase del portero a un compañeros de espaldas y presionado, para lograr así el único gol del partido hace una semana.

Riki es el hombre orquesta, pero a su lado ha emergido el liderazgo de Rai Marchán, un jugador semidesconocido en categorías profesionales en España y que se tuvo que ir a Australia (como Castel). Además, ha fichado a uno de los mejores centrales del pasado curso en Segunda, Jon García, y tiene un centrocampista que puede hacer de todo como Agus Medina y jóvenes en proyección como el citado Rueda, Lalo Aguilar, Ale Meléndez, Javi Villar (hermano de Gonzalo), Nabil Touaizi o Pacheco.

Alberto González (Tolox, 1979) se ha confirmado como el entrenador malagueño del momento. A sus 45 años su impacto ha sido inmediato en su aterrizaje en el fútbol profesional. Manteado por sus jugadores en El Madrigal hace meses por la continuidad en Segunda del equipo, su varita mágica sigue maravillando. Se lo ha tenido que trabajar mucho. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Alberto González comenzó su andadura como preparador en categorías inferiores de equipos de su tierra hasta ingresar en la disciplina del Málaga en 2011, y logró el hito de quedar subcampeón de España en categoría juvenil. También pasó por la cantera del Betis y se quedó cerca de un ascenso a Segunda con el Linares, en la temporada 2020-21 (se jugaron 'play-off' y se cruzó en el camino el Amorebieta), y en la 2021-22 terminó de cincelar al campeón de Europa y oro olímpico Fermín.

Paisano de otro toloxeño célebre en los banquillos, un Rafa Gil que llegó a dirigir ante el Espanyol un partido del Málaga en Primera, era más conocido por haber sido el entrenador del teletrabajo, situación en la que estuvo en algunos partidos de fuera de casa del Linares en la 2022-23 en Primera RFEF, con permiso del club y por una situación familiar. Formador también de entrenadores, como profesor del CEDIFA (Centro de Estudios, Desarrollo e Investigación de la Real Federación Andaluza de Fútbol), ha escrito libros como el titulado 'Dinámica del juego desde la perspectiva de las transiciones'.