El malaguismo invade Los Cármenes

21 grados marcaba el termómetro en la previa, cuando el reloj marcaba una hora sobre el mediodía. Granada mostró ayer una de las versiones más agradables de la primavera eterna en la que, en ocasiones, se convierte el sur del país. La entidad nazarí habilitó una 'fan zone' para los dos equipos, aunque estuvo prácticamente monopolizada por el cuadro visitante. Entre el campo de Los Cármenes y el Palacio de los Deportes de Granada, en esa misma calle, se puso a disposición de la masa malaguista un DJ para animar la fiesta, una barra y una paella, con el objetivo de que no faltara de nada.

La imagen de la masa blanquiazul dentro del campo resultó más impactante aún: llenaron los tres anillos del sector de Preferencia, confirmándose como el grupo mayoritario este sábado en Los Cármenes y engordando la cifra de desplazados que en un principio se barajó. Los casi 4.000 que se estimaban resultaron ser un millar más.

La afición respondió tal y como se esperaba en el anuncio en el que el estadio principal de la entidad nazarí albergaría este encuentro. Los Cármenes se convirtió en una 'mini Rosaleda' donde incluso resonó el himno del Málaga instantes antes de que los protagonistas saltaran al terreno de juego y también en los compases finales del choque.

Se hicieron notar durante todo el partido, aunque la fiesta terminó de estallar en el segundo tiempo. Tras el gol de Roberto llegó el maratón de cánticos, entre los que destacaron «Una gitana loca me echó las cartas» y «Que bote La Rosaleda». La victoria blanquiazul redondeó una fiesta que, más allá de lo que ocurriera en el campo, ya estaba siendo plena. El alegato compartido de «Málaga es de Primera» y de «Granada, Granada, Granada», por parte de las dos aficiones remató una fiesta en la que también reinó el hermanamiento entre las hinchadas.

El desplazamiento de Linares, el que fue el primer gran desembarco del Málaga en la temporada, dejó el listón alto cara al resto del curso. Este sábado se superaron, con creces, los 2.000 malaguistas cifrados en las gradas de Linarejos. Doblaron efectivos. El jugador número '12' del Málaga verbalizó su amor entonando su particular versión del 'No puedo vivir sin ti', de Los Ronaldos, y lo demostró con una nueva foto para la historia. Una imagen vale más que mil palabras y esta refleja el mayor desplazamiento del nuevo siglo.