AFÁN DE NOTORIEDAD

Además de muy deficiente, el trabajo del asturiano Areces Franco, se distinguió por el excesivo protagonismo que tuvo a lo largo del partido con esa actitud de diálogo con los jugadores, que no es malo si este se lleva a cabo sin romper el ritmo del juego. Pero reclamar la presencia de estos para advertirles es una forma de parar demasiado el partido, lo que provocaba la desesperación más absoluta en jugadores y aficionados. No es un colegiado que en cuatro encuentros con el Málaga haya demostrado algo más que su condición física.

Lo único quizás, el acierto que tuvo en las jugadas que dieron origen a los goles conseguidos, si bien es cierto que lo protege la presencia del VAR, pero es así. En el tanto de Escassi, el malagueño del Numancia, está en posición legal. En el penalti que permitió el empate malaguista no hay duda de que la zancadilla de Moa sobre Juan Carlos es meridianamente clara. En el tanto de la victoria del Málaga, el conseguido por Adrián, no hay fuera de juego ya que, aunque existía posición adelantada, el balón venía de rebotar en un contrario.

Debe mejorar mucho más en el control de las infracciones. Se deja llevar con excesiva frecuencia de las caídas que se producen en la disputa del balón sin que medie infracción alguna. Esto no lo interpreta adecuadamente, lo que le lleva a equivocarse con asiduidad. La ventaja tampoco es su fuerte. Se le escapó alguna meridianamente clara por la obsesión que mantiene de aparecer en cada una de las acciones y demostrar un protagonismo que llega a ser desesperante. La prolongación del segundo periodo de dos minutos debió de ser mayor.