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Pasadas las cuatro y media de la tarde, la expedición del Málaga ha partido con destino a Tenerife en un vuelo chárter. No ha sido en un avión de unas 50 plazas (el que se suele emplear en Primera División en los desplazamientos para los partidos a domicilio), sino en otro que supera con creces ese número de asientos con el fin de que todos los viajeros puedan guardar la preceptiva distancia de seguridad para evitar riesgos de contagio.
El grupo, que ha partido desde La Rosaleda (donde todos han almorzado) a las 15.30 horas, ha llegado al aeropuerto de Málaga en dos vehículos. Los jugadores lo han hecho en el autobús oficial del equipo mientras que el resto ha realizado el trayecto en un microbús. De este modo, se siguen las consignas establecidas en el estricto protocolo de seguridad estipulado por LaLiga y aprobado por el Consejo de Superior de Deportes. Precisamente la patronal de clubes es la encargada de correr con todos los gastos del viaje, incluida la estancia en el hotel elegido, en el que durante este tramo final del campeonato cada viajero se alojará excepcionalmente en habitaciones individuales.
Al frente de la expedición, junto al consejero consultivo Francisco Martín Aguilar (fijo en los desplazamientos del equipo), destaca la presencia de dos personas. De un lado, el administrador judicial, José María Muñoz, que rige los destinos del club por designación de la jueza María de los Ángeles Ruiz González y que quiere acompañar en un partido tan importante; por otro, el inspector elegido por LaLiga para supervisar el cumplimiento de todas las normas desde que comenzó todo el proceso para reanudar los entrenamientos con vistas a la disputa del final del campeonato, Daniel Bendodo. Este último lleva varios años como informador de partidos de la patronal de clubes, aunque por su condición de malagueño nunca era el elegido para supervisar los encuentros del conjunto blanquiazul en La Rosaleda.
Ahora, en cambio, Daniel Bendodo formará parte de la expedición en todos los partidos del Málaga como visitante, por lo que su misión no sólo consiste en velar por el cumplimiento de las normas fijadas por LaLiga en el día a día para evitar contagios por el COVID-19, sino que además va a supervisar todas las cuestiones relacionadas con el equipo en sus cinco viajes (desplazamientos, estancia en el hotel, medidas de seguridad en el estadio de turno o, incluso, impedir el contacto de cualquiera de los viajeros con personas externas al grupo).
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