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Las soluciones no acaban de llegar para La Academia del Málaga y todo sigue casi igual después de que se anunciara un cambio de rumbo en un asunto sensible y que acumula ya nada menos que una década desde que comenzara a gestarse este proyecto en una parcela de Arraijanal. Según las fuentes consultadas, la reanudación de estas importantes obras se encuentra ahora sin fecha cuando se cumplen los dos años desde que se paralizaran los trabajos por falta de financiación por parte del club.
Con la llegada del administrador judicial, José María Muñoz, parecía que esta ciudad deportiva seguiría su construcción de una forma inmediata. Pero los problemas económicos siguen siendo una barrera muy destacada. Desde el club ajustaron al máximo los costes, rebajando los elementos de la primera fase, y también intentaron establecer una especie de concurso privado nuevo para ver si alguna constructora podía proseguir con los trabajos por menos dinero del que solicitaba Bilba, que fue la empresa que realizó las abandonadas obras de Arraijanal.
De ahí que después de un primer retraso, la adjudicación de los trabajos era el único factor a tener en cuenta para reanudar este proyecto al final del verano. Pero apenas se han producido cambios, según las consultas realizadas. El club dispone de dinero para acometer estos trabajos, aunque la cuantía será inferior a los 4,4 millones inicialmente previstos y depositados en un banco por la venta de la parcela permutada de los terrenos de la ciudad deportiva de El Viso, único patrimonio, además de los futbolistas, que disponía el Málaga.
Reducción de la disponibilidad
La cifra disponible, de esta forma, quedó reducida al aplicar algunos préstamos del club a la Fundación, propietaria de ese dinero y también adjudicataria de los terrenos cedidos por el Ayuntamiento para levantar esta instalación para los canteranos del Málaga. De esta manera, el coste de la parte que se pretende construir de La Academia oscila alrededor de los tres millones.
La construcción de la ciudad deportiva quedó dividida en tres fases para facilitar la financiación de las obras, algo que se complicó de una forma sustancial con el descenso del equipo a Segunda y la culminación de una gestión que acabó en febrero con la intervención judicial del club de Martiricos. La primera era la más simple y barata en principio, aunque lleva consigo también la complejidad de la urbanización de la zona, algo que eleva los costes más de lo previsto.
De ahí que se hiciera un recorte de los elementos de la primera fase, que finalmente, cuando se completen estos trabajos, estarán formados sólo por dos campos de césped artificial, los vestuarios y algunos otras construcciones imprescindibles para la apertura de la instalación. Luego quedaría la mayor parte del proyecto por desarrollar...
La clave ahora está en conseguir los ajustes necesarios para que el Málaga disponga de liquidez para acometer la reanudación de unos trabajos que permitirían que algunos de los equipos de categorías inferiores se entrenaran allí y no en diversos campos de la capital. Los canteranos se encuentran ahora dispersos por los terrenos de juego que les prestan otros clubes, mientras que el primer equipo ha prescindido también del estadio de atletismo para reducir los gastos.
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