La Junta detecta riesgo del Virus del Nilo en ocho municipios de Málaga

La estrategia andaluza contempla dos ejes principales, según indicaron fuentes de la Junta: una desinfección urbana y la redacción de un plan para delimitar las zonas que pueden resultar más propensas. A partir de la estrategia y una vez detectados los núcleos principales, la fumigación y la delimitación es competencia de los ayuntamientos, aunque el Gobierno andaluz, a través de las delegaciones de Salud y de Desarrollo Sostenible mantienen líneas de apoyo y asesoramiento. «Lo importante era anticiparse para prevenir», afirmaron estas fuentes. Según ha podido saber SUR, algunos ayuntamientos pequeños ya han advertido de que no tienen recursos para llevarlo a cabo, por lo que Salud va a contactar con la Diputación para pedirle su apoyo.

En el caso de la capital, fuentes municipales explicaron que la Junta les ha pedido elaborar un plan municipal de prevención, con un plazo de un mes. Para ello, se ha contactado con la empresa Athisa, que lleva el control de los mosquitos en el paraje de la Desembocadura del Guadalhorce, que ya lo han redactado para otras ciudades andaluzas, caso de Huelva. Con todo, indicaron que a pesar de estar clasificada como zona de riesgo alto, solamente se ha detectado un caso. La ciudad, a través del Área de Medio Ambiente trabaja desde hace años en el control del mosquito Culex, principal transmisor de la enfermedad, en dicho entorno. En cuanto al tigre, que también la puede propagar, es sobre todo una responsabilidad individual de los ciudadanos, pues este se reproduce en pequeñas láminas de agua en jardines y terrazas privadas. «No se puede bajar la guardia, como con otras enfermedades que tenemos muy cerca, debemos ser conscientes de los riesgos y haremos el plan».

La enfermedad, conocida en el argot médico como 'West Nile Virus', es una infección vírica que tiene un espectro clínico que varía ampliamente, según explican fuentes sanitarias expertas: desde cursar de manera asintomática hasta la encefalitis fatal. En medio, un abanico que va desde cuadros febriles sin foco aparente con mialgia (dolor muscular), hasta cuadros leves de afección del sistema nervioso central (menigoencefalitis leves), hasta encefalitis severas que pueden conducir a la muerte. No obstante, los pacientes generalmente evolucionan bien.

El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, en un informe de octubre de 2020, indica que el 6 de agosto de 2020 Andalucía identificó un agrupamiento de cinco casos similares en vecinos de La Puebla del Río y Coria del Río, dos municipios colindantes de la provincia de Sevilla. Hasta el 8 de octubre se notificaron al Centro Nacional de Epidemiología 75 casos en humanos de meningoencefalitis por el virus del Nilo Occidental: 71 en Andalucía (57 de Sevilla y 14 de Cádiz) y 4 en Extremadura (Badajoz). Hubo siete fallecidos (el 9,3%). La fecha de inicio de los síntomas fue del 12 de junio hasta el 21 de septiembre. También se detectaron 126 brotes en caballos.

Raimundo Real, catedrático de Zoología de la UMA, está dirigiendo una tesis sobre zoonosis (enfermedades infecciosas que pasan de animales a humanos) que tiene en cuenta especialmente esta enfermedad. También han elaborado un artículo científico –en revisión– que hace un pronóstico sobre la evolución prevista para este año. Según explica, el proceso natural de dispersión del virus va por cuencas hidrográficas. «Es así porque las aves hospedaderas son migradoras», acuáticas y paseriformes, aunque todavía no se conoce con exactitud cuáles están involucradas. «Por eso la fiebre del Nilo Occidental tiene carácter estacional y se produce en verano».

A fines de junio llega a Europa y desaparece en septiembre, mientras que en África es permanente. La transmiten varias especies de mosquito, de los que el más habitual es el común (Culex pipiens), aunque también el Tigre (Aedes albopictus). Básicamente, las aves traen el virus a Europa desde el continente vecino, por dos rutas principales. Una de ellas entra por el Estrecho y el Mar de Alborán. Una vez aquí, el insecto pica a un pájaro infectado y luego a un ser humano o a un caballo, a los que lo puede transmitir.

En todo caso, hay que aclarar que no se contagia del equino al humano ni de una persona a otra. La preocupación sobre el avance de la Fiebre del Nilo Occidental también ha llevado al Colegio de Veterinarios de Málaga a organizar un curso específico sobre esta materia, que tendrá lugar el próximo 13 de mayo en su plataforma de formación Gesforvet.com.