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El temporal de levante que azota a Málaga no solamente no amaina sino que se extiende, con avisos de nivel naranja que Aemet ha ampliado hasta el domingo. Con todo, lo peor se espera que pueda llegar durante la jornada de hoy, cuando los vientos del este serán de 60 a 70 km/h (fuerza 8) y vendrán acompañados por olas que en su mayoría estarán entre los cuatro y cinco metros, si bien en algún caso pueden alcanzar entre ocho y 10 metros, según la predicción del Centro Meteorológico de Aemet.
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Esta circunstancia mantiene en alerta a los servicios de emergencias y de Protección Civil de todos los municipios del litoral, que han tomado medidas como el cierre de parques públicos y la restricción de paso por determinadas zonas y a algunas playas, ante el riesgo de la caída de ramas o de verse arrastrado por el oleaje. De hecho, en la capital malagueña el Ayuntamiento mantiene cerrados los parques infantiles por seguridad hasta que amaine el vendaval.
La boya del Puerto de Málaga alcanzó a última hora de la tarde de ayer una altura de ola de 5,4 metros (3,3 metros de altura significante), y con un periodo de retorno de 6 segundos (tiempo que trascurre entre ola y ola), según la información disponible en la web de Puertos del Estado. Durante la noche se esperaba que esta cifra fuera en aumento, hasta llegar al máximo a primeras horas de la mañana del sábado.
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Peor fue el viento, con rachas máximas de hasta 76 km/h y una velocidad de 54 km/h en el aeropuerto, según los datos de Aemet. En Estepona se superaron los 80 km/h. Así, no extraña que, si bien las playas resultaron ayer menos dañadas de lo que cabía esperar, sí se produjeron hasta última hora de la tarde más de 60 incidencias, según Emergencias 112, sobre todo en la capital malagueña y, en menor medida, en algunos puntos de la Costa del Sol.
La incidencia más destacada se registró en la avenida Juan Sebastián Elcano en Málaga capital poco antes de las 12.00 horas, cuando el 112 recibió un aviso por la caída de un árbol sobre un turismo en marcha cuyo conductor resultó herido leve, y finalmente no requirió asistencia sanitaria. Esta situación provocó complicaciones para el tráfico, que se unieron al derribo de otro ejemplar de gran porte en la bajada del Camino Nuevo hacia el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, por lo que la Policía Local tuvo que intervenir para reordenar la circulación en buena parte de la zona este de la capital.
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En la avenida Ortega y Gasset, también en la capital malagueña, otro árbol se desprendió sobre la cancela de una urbanización, sin heridos; mientras que en El Cónsul también se cayó un tronco en la puerta de un colegio, afortunadamente sin daños personales. Algo parecido pasó pasadas las 21.00 horas en Teatinos, en la Avenida Pepita Durán, con un árbol que dañó varios vehículos estacionados.
Málaga capital concentró el mayor volumen de sucesos en la provincia, donde se gestionaron más de una treintena, aunque también se recibieron avisos desde Fuengirola, donde la marea se llevó la terraza y parte de la terraza del chiringuito Botavara, en el paseo marítimo. Así como Estepona, Mijas, Vélez-Málaga, Benalmádena y Torremolinos. Mientras, el Caminito del Rey tuvo que ser cerrado a los visitantes por el riesgo de desprendimientos. El enclave natural suspende las visitas previstas para el 10 y 11 de febrero por las inclemencias meteorológicas.
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Uno de los puntos negros habituales en estos casos, el balneario de los Baños del Carmen, sufrió la anegación de su terraza, aunque con menor intensidad que en episodios similares anteriores. La paradoja es que este espacio emblemático se enfrenta estos días a su primer gran temporal desde que se aprobó el expediente para su próxima declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que, de facto, ya supone el deber de su protección, según la Ley de Patrimonio Histórico.
En cambio, los espigones todavía no están previstos y los responsables del restaurante tuvieron que habilitar tarimas de madera para que los clientes pudieran acceder al salón, que siguió abierto al público a pesar de la fuerza del oleaje, según explica su director, el conocido cocinero Adolfo Jaime.
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