Alba Tenza
Viernes, 8 de diciembre 2023, 23:37
Pasillos de colores y clases comunicadas entre sí conforman el recorrido hacia el nuevo espacio. Se ha convertido en una cita muy especial para los ... más pequeños del cole. Las luces ultravioletas que se reflejan en las cuatro paredes del aula convierten el espacio en un lugar mágico donde hay sitio y tiempo para los cinco sentidos. Así es el Aula Nupa, que ha llegado al Colegio Sagrada Familia El Monte FESD para quedarse. El recorrido comienza en un escondite secreto donde un pequeño arco les da la bienvenida a un mundo lleno de fantasía. «Este nuevo espacio está dedicado a la relajación y a la estimulación sensorial para favorecer el desarrollo global del niño», cuenta a SUR la directora de Primaria e Infantil del centro, Eva Jiménez, quien observa a los pequeños que están a punto de empezar su ruta galáctica por el aula.
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La Fundación Educativa Santo Domingo lleva a cabo un Programa de Estimulación Temprana llamado 'Brotes', el cual se ha encargado de formar al personal del colegio para procurar un proceso de neurodesarrollo que sea acorde a las necesidades de cada niño, respetando sus características, inquietudes, ritmo de maduración y estilo de aprendizaje. Esta vez es un grupo de cinco niños, de tres a cinco años, los que conocen por primera vez este espacio y en sus expresiones se nota. «Mira, mira, ¡este espejo es infinito, seño!», exclama uno de los pequeños a su maestra, Almudena Rivas, quien también es coordinadora de pastoral del centro y una de las impulsoras del Aula Nupa.
Mientras los pequeños comienzan el recorrido saltando sobre las teclas de una alfombra con forma de piano, sonidos de diferentes instrumentos van alternándose. Los rostros de los pequeños representan su asombro y se dirigen a conocer el siguiente punto: unos cojines con dos espejos esquineros que se unen en una columna con burbujas en agua que suben y bajan. «Este proyecto interviene en campos muy importantes, nos centramos en la lingüística, el área cognitiva, el área socio-afectiva y el área sensoriomotriz de los niños», explica Rivas, mientras ve cómo sus pequeños dedican este tiempo a satisfacer su curiosidad.
Los pequeños entran al Aula Nupa en grupos reducidos –de 8 a 10 niños–, una vez por semana, en periodos de 20 minutos, cada día. Entran descalzos para sentir a la perfección cualquier estímulo, descubriendo libremente los diferentes materiales, lo que favorece la estimulación de los sentidos, que tan importante es en esa edad. Por ello, la misión del docente en el recorrido es la de acompañar y apoyar. Hay paneles con diferentes texturas, construcciones, cajones, cubos y alfombras, al mismo tiempo que proyecciones con luces de colores en las paredes ambientan la sala y favorecen la relajación.
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Los rincones del aula se diferencian según los sentidos. Justo al entrar, a la derecha, hay una estantería blanca que presenta la vista y el olfato. La aromaterapia está presente con un difusor de aromas y diversos saquitos con especias que invitan a los pequeños a conocer de cerca los diferentes olores. Asimismo, la multifuncionalidad está presente, tanto en mesas auxiliares con sillones, como en materiales manipulables para encajar o caminos de textura para el tacto de los pies.
Desde la parte de arriba de un cubo de madera hueco, hecho con madera y a través de un gran pañuelo de organza, se observa a dos de los niños tumbados sobre cojines, en lo que es un espacio dedicado, concretamente, a la relajación del niño. «El resultado, a pesar de su reciente implantación, es positivo, los niños están motivados, ya que se adentran en un aula a su medida para atajar problemas que pueden entorpecer su aprendizaje, como la dificultad de concentración o la falta de atención», cuenta Jiménez. Desde el centro aseguran que quieren que este aula se convierta en un referente para los alumnos de primer ciclo de infantil que quieran ver cómo funciona, por lo que sus puertas están abiertas a los responsables de escuelas infantiles que quieran visitarla y conocerla en primera persona.
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El nombre del aula no es casualidad. Desde que entran en el cole, los más pequeños conviven con Fesdi, la mascota asociada a los proyectos de comprensión de educación infantil en FESD, con quien aprenden algo tan básico como a diferenciar las emociones. Así lo evidencian las diferentes imágenes de la mascota que hay en las paredes de todas las clases de infantil. Esta realidad de aprendizaje que les acompaña desde su primer paso en el centro, ha tomado ahora forma con el Aula Nupa, ya que es así como se llama el planeta donde Fesdi vive. «Llevamos con este proyecto varios años y por fin ha visto la luz, todo ha sido gracias a la colaboración del AMPA», añade la coordinadora de pastoral del centro educativo.
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