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A pesar de que el verano se resiste a abandonar la provincia y de que hace más tiempo de bañarse en la playa que de encender la chimenea, la venta de leña se ha disparado en la provincia. El aumento del precio de la electricidad ... y el gas de los últimos meses ha provocado que la demanda se adelante y aumente un 50 por ciento respecto a años anteriores.
La temporada de leña en la provincia suele comenzar con la llegada del frío o de las primeras lluvias, pero este año no ha sido necesario esperar a ese momento, ya que durante la semana de Feria ya había malagueños haciendo acopio en sus hogares. «Primero fue el papel higiénico, luego hielo y ahora nos ha tocado a nosotros», resume de forma gráfica David Rico, un profesional del sector que lleva más de tres décadas surtiendo de madera por toda la provincia.
Al aumento del coste de la energía se le ha sumado la incertidumbre económica e incluso el temor al desabastecimiento. Un cóctel perfecto para lograr que la situación se vuelva casi explosiva. Este profesional, responsable de la empresa Leñas y Carbón David Rico, reconoce que la situación actual «es de locos» y que en sus 32 años de carrera profesional «nunca había visto nada igual».
Ellos suelen comenzar la campaña a finales de octubre, pero este año llevan atendiendo pedidos desde mediados del mes de agosto. «Empezamos a repartir la semana de feria; es una verdadera locura», insiste. A su juicio, la proliferación de noticias negativas en televisión han podido meter el miedo en el cuerpo de los clientes y acelerar la demanda. Por poner un ejemplo gráfico: por estas fechas del año pasado realizaban tres o cuatro portes a la semana y ahora están haciendo 15 y porque no tienen más camiones para cargar.
Detrás de este repunte en el consumo también se esconde el temor a un posible aumento de los precios de la leña, algo que ya se ha producido porque los costes han aumentado para ellos. Rico cobra 110 euros por un porte de 800 kilos, cuando el año pasado lo tenía en 100. En favor de los ciudadanos hay que recordad que el Gobierno ha bajado el IVA del gas, de la leña y de los pellets del 21 al 5 por ciento hasta final de año.
El otro motivo argumentado por los clientes es el temor al desabastecimiento, algo que los profesionales consideran bastante improbable, ya que madera siempre habrá y los clientes son más o menos los mismos. «Las personas que tienen chimenea suelen ser las mismas; otra cosa es que ahora la vayan a utilizar más».
Los profesionales explican que el único caso en el que podría faltar leña es si la campaña se prolonga mucho en el tiempo, ya que entonces todo el producto que se encontraría estaría fresco y no sería tan efectivo para el uso que ellos necesitan.
El aumento de la demanda de productos de calefacción económicos para hacer frente al aumento del coste de la electricidad y el gas también está provocando un encarecimiento del precio de los pellets, uno de los biocombustibles más económicos del mercado y que se suele utilizar en estufas en numerosos hogares de la provincia. Los profesionales del sector, como es el caso del almacén Leroy Merlín, reconocen que el precio puede haber aumentado en los últimos meses «debido al contexto geopolítico e inflacionista que vivimos», aunque ellos están haciendo todo lo posible para no repercutir el precio a los clientes.
Aunque los grandes almacenes prefieren no hablar de precios concretos, en otros establecimientos reconocen que un saco de pellet de 15 kilos, que es el tamaño estándar, ha subido de los cuatro a los diez euros. «Y eso sin contar con que una estufa de pellets también debe estar enchufada a la electricidad, por lo que el aumento para los consumidores es doble».
Algo similar reseña Alejandro Infantes, gerente de la empresa Leñas Infante en la capital. Ellos, que cuentan con una experiencia de 50 años en el sector, también han detectado que los clientes se están anticipando a la hora de comprar, aunque no por ello están llegando clientes nuevos. «Han empezado antes por la incertidumbre que tenemos todos», detalla.
Aunque los clientes suelen ser los mismos de todos los años, sí que han empezado a comprar bastante antes. «La temporada empieza cuando hace frío o llueve, pero este año no se han esperado a eso y ya estamos realizando muchas entregas».
También ha detectado un aumento de la demanda Antonio Romero, de Forestal de Madera y Corcho en Churriana. «Se está comprando algo más porque los clientes piensan que va a haber escasez, pero no creo que eso ocurra porque hay muchos olivos que ya no sirven, los eucaliptos se secan y las encinas hay que podarlas para limpiarlas». En su caso ya se ha visto obligado a subir el precio un céntimo el kilo, que multiplicado por un porte medio de 800 kilos es un dinero considerable.
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