A sus 61 años, José Luis Centella es uno de los históricos del comunismo en Málaga. Retirado de la vida institucional desde que dejó el Congreso de los Diputados en 2015, sigue al pie del cañón de la política ahora desde su puesto como presidente ... del Partido Comunista de España (PCE), coordinador del comité federal de IU e integrante del partido de la Izquierda Europea, lo que le obliga a constantes viajes por el continente. Además forma parte de un centro de estudios impulsado por el Gobierno de China para aportar ideas en torno al nuevo proyecto de la Ruta de la Seda. Su actividad política se circunscribe a asesorar a las nuevas generaciones que dirigen el PCE e IU –mantiene una buena relación con Alberto Garzón, nuevo ministro de Consumo– y a promover foros de debates ideológicos en el seno de la izquierda para plantear un modelo alternativo al «pensamiento conservador». «La izquierda tiene que buscar una síntesis entre el hilo rojo de la historia, el hilo verde del ecologismo, el morado del feminismo y la defensa de la paz», sostiene. Ahora se muestra ilusionado con la entrada de ministros comunistas por primera vez en un Gobierno en ochenta años y en tiempos de paz.
–Usted entró en el PCE en 1975. ¿Qué sensaciones tiene ante la entrada de ministros comunistas en el Gobierno de la nación?
–En primer lugar un cierto vértigo. En España es verdad que ha habido ministros comunistas, pero lo fueron en momentos de guerra, por lo que ahora es la primera vez en la historia que en una situación de normalidad va a haber ministros comunistas. En segundo lugar siento ilusión al abrirse una etapa donde podemos demostrar que podemos mejorar la vida de la gente. Y en tercer lugar, responsabilidad porque nos jugamos mucho ya que la experiencia puede salir bien pero también mal.
–¿Qué pueden aportar ministros comunistas como el malagueño Alberto Garzón y Yolanda Díaz al Gobierno?
–Una sensibilidad social y una perspectiva de futuro; ver que el Gobierno no es un fin en sí mismo sino un instrumento para mejorar la vida de la gente y cambiar elementos importantes de esta sociedad que consideramos injustos. No podemos ser ilusos ni aventureros, no se va a construir el comunismo desde el Gobierno ni se puede pretender. Además sería un error histórico pretender que con el PCE en el Gobierno vayamos a hacer la revolución.
–¿En qué medidas se debe incidir por parte de este Gobierno de coalición?
–Primero hay que decir que esto es un Gobierno en conjunto. Por eso, la labor de los ministros de Unidas Podemos y el PCE tiene que ser no sólo hacer su labor sino que su acción debe contaminar a todo el Gobierno porque el Gobierno no debe ser un espacio estanco. Nuestro reto es demostrar que tenemos capacidad de gestión y que nuestras ideas y propuestas se reflejan en el BOE. Este es un Gobierno que más que grandes cambios hacia el futuro, que los podrá hacer, tiene que tomar medidas para recuperar derechos perdidos durante la crisis, apostar por leyes en materia medioambiental y de igualdad y cerrar heridas del pasado reparando las injusticias.
–¿Teme que se creen dos gobiernos en uno?
–No debería. Lo que va a haber no lo sé porque es una experiencia nueva en España. No debe haber grandes contradicciones en los temas que están acordados, donde en el caso de que surjan diferencias se ha firmado un documento que se ha hecho público para solucionarlas, y luego hay temas fuera del acuerdo donde el PSOE y Unidas Podemos son diferentes y esa diferencia se mantendrá.
–¿En este nuevo Gobierno se debe empezar a abordar el asunto de la República?
–Nosotros somos un partido republicano y tenemos que seguir siéndolo. Creo que en España más pronto que tarde va a haber una consulta donde se pueda decidir libremente entre Monarquía y República. Pero ese asunto no es una labor de este Gobierno; esa labor la deben hacer los republicanos haciendo pedagogía para que cada vez haya más republicanos. Sería un error que desde dentro del Gobierno se quisiera hacer esa labor. En este Gobierno lo prioritario es arreglar los problemas de la gente y que la gente entienda que un Gobierno de izquierdas con comunistas dentro puede mejorarles la vida
-¿Cómo valora el pacto de gobierno de PSOE y Unidas Podemos?
–Me esperaba un acuerdo con menos avances sociales. Es un acuerdo muy positivo y si se aplican todas las medidas recogidas en el mismo sería un cambio importante para el país. De hecho la crispación de la derecha viene no sólo por haber perdido las elecciones, sino porque son conscientes de lo que supondrá la aplicación de esas medidas sociales.
«Sería un error histórico pretender que con el PCE en el Gobierno vayamos a hacer la revolución»
–PSOE y Unidas llegan al acuerdo tras meses de recelos y ataques. ¿Pueden esos recelos lastrar la acción de gobierno?
–Es evidente que es un matrimonio de conveniencia formado por la matemática electoral. Pero sea cual sea el proceso que ha llevado a conformar este Gobierno la cuestión fundamental es que es una realidad y, por ello, tanto a unos como a otros nos interesa que funcione. Hay un programa firmado que nos obliga y hay otros asuntos que no están firmados y donde con naturalidad tenemos que acostumbrarnos a que en el Parlamento alguna vez vote el PSOE con el PP frente a algo que planteamos nosotros y viceversa sobre estos asuntos que no estén en el programa. Hay que normalizar la discrepancia. Uno de los elementos que más me ha preocupado de la derecha en estos días ha sido que no asume la discrepancia.
–Si se lo proponen, ¿estaría dispuesto a asumir algún cargo en el nuevo Gobierno?
–No. A estas alturas cada uno tiene que jugar donde le corresponde y a día de hoy mi papel no es estar en el Gobierno. Si estoy a disposición para ayudar desde fuera.
«Los ministros de Unidas Podemos no sólo deben hacer su labor sino que su acción deben contaminar a todo el Gobierno»
–Desde diversos sectores políticos y mediáticos se utiliza el término comunista con tono peyorativo
–No es nuevo en nuestra historia. Parecía que la época en la que se presentaba a los comunistas con cuernos y rabos había pasado pero no ha sido así. Ante esas críticas, la única respuesta es que salga bien el Gobierno. Ante los ataques a los comunistas, el único antídoto es demostrar, como hicimos en la Junta de Andalucía, que nuestras propuestas son sensatas; que demuestren que no le vamos a expropiar el negocio al tendero de la esquina ni vamos a acabar con el comercio, sino que vamos a intentar que funcione mejor y además más socialmente. Más que las críticas por ser comunistas sí me preocupa que nos acusen de ser un Gobierno ilegítimo cuando es un Gobierno que tiene todas las garantías no sólo legítimas sino legales.
–Se vaticina que va a ser un Gobierno inestable y de corta duración.
–Eso dijeron de Felipe González en 1982, que no iba a durar dos meses en el Gobierno. Este nuevo Gobierno puede durar dos meses o cuatro años, va a depender de nosotros. Este Gobierno no lo va a echar la derecha porque no tiene mayoría parlamentaria, ni la caverna mediática, pero lo puede echar su propio fracaso. El futuro de este Gobierno no va a depender ni de la derecha ni de la presión de fuera, sino de su capacidad de gestión. Tenemos mucha responsabilidad porque no lo tenemos fácil. Por eso hay que utilizar la técnica de Simeone de ir partido a partido y ganando espacio día a día. La situación en Cataluña va a marcar mucho lo que pueda pasar en el nuevo Gobierno. Por ello todas las partes deben entender que hay que hablar, negociar y que no hay vías unilaterales para resolver la actual situación.