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La estrategia de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para apuntalar a las empresas españolas durante la pandemia se ha levantado sobre dos pilares ... básicos: una línea de respaldo para dar liquidez y así mantener las constantes vitales del tejido productivo y otra línea de «inversión y actividad», encaminada a acompañar a las pymes y los autónomos en su lucha por retomar e incluso acelerar el pulso de sus negocios en medio de la crisis sanitaria.
Las estadísticas del ICO en esta segunda vertiente de ayuda comienzan a mediados del año pasado y dan cuenta del afán de las empresas malagueñas por salir adelante de la mano de estos avales. No en vano, de las 2.139 empresas de la provincia que se acogieron a estos avales en junio se pasó en diciembre a 3.239 sociedades.
Estas compañías plantean una inversión conjunta de casi 340 millones de euros (339,7 millones, para ser exactos), de los que 268,4 millones de euros serían los avales solicitados al ICO. «Esta línea de avales –detallan desde la entidad estatal– se focaliza en la cobertura a financiación para gastos corrientes y de capital relacionados con las nuevas inversiones o con el proceso productivo y de servicio, la ampliación, adaptación o renovación de los equipos, instalaciones y capacidades, así como los gastos asociados al reinicio de la actividad».
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