De Ronda, al resto de España

Medel se puso al frente del timón de una entidad que terminaría dirigiendo durante 25 años, cuando fue sustituido por quien ha sido uno de sus más estrechos colaboradores, Manuel Azuaga. Previamente, en 1987, este doctor en Económicas y Empresariales y catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal de la Universidad de Málaga sustituyó a Juan de la Rosa al frente de la Caja de Ahorros de Ronda, que en el momento de la fusión era la entidad más fuerte de las cinco en el mercado financiero y que desde su posición lideró el proceso de integración para fundar Unicaja no sin fuertes reticencias; incluidas no pocas internas en esa caja matriz, así como en Caja de Antequera o Caja de Almería, controlada por la Iglesia. Allí la votación de la fusión necesitó una segunda vuelta. En Ronda, un grupo de empresarios y comerciantes se movilizaron en una plataforma contra la fusión o más exactamente contra la pérdida de la sede

Ahora, camino de cumplir sus tres décadas de historia –la efeméride se cumplirá el próximo 18 de marzo–, Unicaja se ha consolidado como una entidad solvente, que ha ido ganando cuota de mercado y dimensión con su expansión territorial y su política de fusiones, aunque en su trayectoria también ha habido proyectos de unión que no cuajaron.

La primera de las fusiones protagonizadas por Unicaja llegó en mayo de 2010. En plena crisis económica y financiera internacional que zarandeó el mercado de entidades provocando movimientos en el sector, la entidad malagueña se unió a Caja Jaén el día 11 de mayo cuando Braulio Medel y José Antonio Arcos, presidente de la caja jiennense, firmaron un acuerdo que reforzaba el liderazgo de Unicaja en Andalucía.

Tres años después y tras dos de negociaciones, Unicaja crecía con la absorción de CEISS y la entidad malagueña se expandía por la comunidad de Castilla y León, donde tenía una fuerte implantación el banco nacido de la fusión de Caja España y Caja Duero. Ahora, Unicaja protagoniza su cuarta fusión –contando la suya propia– al unirse a Liberbank, una entidad fruto, a su vez, de la integración que se produjo en 2011 entre Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria.

Un movimiento que convierte a Unicaja en el quinto mayor banco del país –su activo es de 108.826 millones de euros– tras Caixabank, que recientemente se fusionó con Bankia, el Santander, el BBVA y el Sabadell (precisamente estas dos últimas entidades rompieron el pasado noviembre el proceso para su unión).

En el camino de expansión y desarrollo de Unicaja también quedaron operaciones de fusión fallidas. La más sonada fue el intento de crear una caja única en Andalucía. Una propuesta espoleada por el gobierno de la Junta de Andalucía presidido por Manuel Chaves con Magdalena Álvarez como consejera de Economía y Hacienda a finales del pasado siglo y principios del actual, pero que nunca fructificó por los recelos financieros y territoriales entre las provincias de la región.

Antes de que llegara a buen puerto la fusión con Caja Jaén, Unicaja estuvo en negociaciones con Cajasur, pero la integración fracasó en el último momento. La entidad cordobesa, controlada entonces por la Iglesia católica, había sido intervenida por el Banco de España y rechazó la oferta de la caja malagueña en la subasta que se produjo tras la intervención. Finalmente terminó siendo absorbida por la vasca Kutxabank.

En ese año 2010 también hubo reuniones y tanteos entre Unicaja y Cajasol (entidad radicada en Sevilla y fruto de la unión, en 2007, de El Monte y Caja San Fernando) para buscar una fusión e intentar crear una gran caja andaluza. Sin embargo, las discrepancias por el liderato en la nueva entidad, por la ubicación de la sede –que llevó a enfrentamientos políticos entre Málaga y Sevilla– y el peso de cada una de ellas en la operación resultante dieron al traste con la operación.

Como tampoco llegó a cuajar el intento de fusión con Caja Castilla La Mancha (CCM). Esta operación se puso en marcha antes de que se llevara a cabo la unión con Caja Jaén. Las negociaciones estaban muy avanzadas e incluso en febrero de 2009, los entonces presidente andaluz y castellano-manchego, los socialistas Manuel Chaves y José María Barreda respectivamente, apoyaron públicamente la fusión de ambas entidades. Además, el Gobierno de España presidido por José Luis Rodríguez Zapatero avalaba la operación.

Sin embargo, la alianza se truncó cuando Medel conoció de manos del Banco de España los datos reales de la entidad manchega, que arrojaban un escenario mucho peor del que se tenía referencia cuando se planteó la unión. Por ello no se aceptó la fusión al ser incompatible con la defensa de los intereses generales de la entidad, sus impositores, trabajadores y de la propia estabilidad de la entidad radicada en la provincia. Finalmente CCM fue intervenida por el Banco de España.

La crisis económica internacional originada en 2008 en Estados Unidos provocó numerosos cambios en el ámbito financiero. En el caso español supuso una reordenación del sector con la desaparición de numerosas entidades (terminaron fusionándose o siendo absorbidas por otras) y cambios en la normativa

En ese sentido, el 31 de octubre de 2014, la asamblea general extraordinaria de Unicaja aprobó la transformación de caja de ahorros en fundación bancaria, un trámite para adquirir una nueva naturaleza jurídica que la entidad estaba obligada a cumplir antes de final de ese año.

Otro de los grandes hitos de la entidad se vivió el 30 de junio de 2017 cuando Unicaja, ya bajo la presidencia de Azuaga, se estrenó en la Bolsa de Madrid en una jornada histórica para una entidad que hunde sus raíces en más de 136 años de historia financiera desde que a finales del siglo XIX y principios del XX se alumbraran aquellas cajas y montes de piedad que nacieron para atender a sus territorios más cercanos, que luego fundaron Unicaja y cuyo nombre hoy se extiende por el resto de España compitiendo en la primera división del sector financiero.