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A las 7.20 horas de esta mañana, un trueno ha despertado a los malagueños que aún dormían, y ha sobresaltado a los que ya estaban con sus tareas cotidianas en la calle. El estruendo se ha escuchado en casi toda la capital (al menos ... desde el Centro y El Limonar hasta la zona oeste) y también en municipios de la Gran Málaga, como Torremolinos.
Testigos sitúan la caída del rayo en el entorno de la Comisaría provincial de la Policía Nacional (plaza Manuel Azaña), el camino de San Rafael o alrededores. Y al fogonazo de luz ha seguido inmediatamente el cañonazo, que ha hecho saltar las alarmas de muchos coches aparcados en las calles y ha hecho vibrar los cristales de las ventanas, aunque no hay constancia de daños materiales ni personales (por la caída del relámpago).
«He visto una luz impresionante, y en menos de una milésima ha sonado como una bomba; ha caído muy cerca y ha sonado en casi toda Málaga», explica José Luis Escudero, que ha sido testigo directo porque vive muy cerca del punto donde al parecer ha tocado tierra, y le ha pillado en la calle. «Los vecinos y comerciantes de la zona, que me conocen y saben de mi afición por la meteorología, no paran de preguntarme qué ha ocurrido, todo el mundo está hablando de esto», sonríe el autor del blog Tormentas y Rayos. Escudero recuerda la regla que se enseña a los niños: «Cuentas por cada segundo un kilómetro de distancia, pero este se ha escuchado al instante, casi se ha visto y escuchado el rayo y el trueno a la vez».
Desde una perspectiva más científica, el director del Centro Meteorológico de Aemet, Jesús Riesco, explica que este fenómeno ha sonado tanto por dos factores: la estratificación del ambiente, con unas condiciones muy favorables para la propagación del sonido; por su ubicación geográfica y por la intensidad del rayo, que contenía una descarga eléctrica potente.
«Ha sido una combinación de la propagación apropiada del sonido, debido a la estratificación de la atmósfera; y ha debido ser una descarga con una intensidad eléctrica importante, medida en kiloamperios; de ahí que el ruido haya sido tan intenso, aunque es un fenómeno habitual», explica el meteorólogo.
Este fenómeno se enmarca en la tormenta eléctrica que se ha vivido a primera hora de esta mañana, consecuencia de la borrasca Irene, que está barriendo buena parte de la península y donde el frente ya ha abandonado la capital y ahora está dejando precipitaciones por la Axarquía.
A su paso por la provincia (de oeste a este) los mayores acumulados se han registrado, como es habitual, en Ronda y en Estepona, con 19 litros por metro cuadrado en el entorno de Los Reales, 14 en Alpandeire, y en torno a 9 en Antequera y Fuente de Piedra, medidos en 24 horas por la Red Hidrosur de la Junta y Aemet. En el entorno de la capital ha dejado 8 en El Cónsul (sede de Aemet) y en Fuengurola; 7 en el aeropuerto (que es el pluviómetro que se toma como referencia a efectos estadísticos); 5 en el puerto de Málaga y otros tantos en Rincón de la Victoria.
La mala noticia es que las reservas de los embalses todavía no han anotado una mejoría sustancial, ni por este episodio ni por los anteriores en lo que va del mes de enero; aunque los modelos aventuran que las descargas del próximo viernes dejarán más agua en la comarca de la Axarquía, que es donde más falta hace.
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