Los atascos vuelven a ser habituales en los principales accesos a Málaga capital. salvador salas

El uso del coche crece en Málaga por la pandemia a costa de un transporte público sin remontar

Las autovías de la provincia ya soportan incluso más tráfico que antes del Covid mientras los autobuses urbanos e interurbanos, el metro y el Cercanías aún están en torno al 80%

Domingo, 24 de octubre 2021, 01:57

La pandemia ha cambiado muchos hábitos de la vida cotidiana, pero también ha provocado un paso atrás en materia de movilidad sostenible. Si la tendencia ... antes era menos coche y más transporte público, la realidad actual avanza hacia el camino contrario. Con el fin de las restricciones y la recuperación de la actividad se ha acelerado la vuelta al vehículo privado por parte de muchas personas que todavía tienen recelos a subirse a un autobús o juntarse con otros usuarios en un vagón de metro o de tren pese a los continuos mensajes de que el transporte público es seguro.

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La consecuencia directa en Málaga es que mientras el uso del automóvil coge velocidad por mucho que el precio de la gasolina esté disparado, el de los buses (urbanos e interurbanos), el metro o el Cercanías sigue con el freno echado. Pese a que poco a poco van ganando viajeros, la demanda aún está en torno al 80% respecto a los niveles previos al coronavirus. ¿Dónde está ese 20% que falta? El teletrabajo y el desempleo tienen su cuota de responsabilidad, pero las miras apuntan fundamentalmente al vehículo particular.

La situación en las carreteras no deja lugar a dudas con el regreso de los tradicionales atascos en los principales accesos a las ciudades en las horas punta y el mayor movimiento de vehículos que registran las autovías, pero más allá de las sensaciones que pueda ofrecer el asfalto, también lo constatan las cifras oficiales. Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico reflejan no sólo que la recuperación es total en las principales arterias que vertebran la provincia, sino que hay varios puntos que ya registran más coches que antes de la pandemia.

Más coches en las autovías

Así ocurre en el tramo de la autovía del Mediterráneo (A-7) comprendido entre Rincón de la Victoria y la capital, que ya soporta un 4% más al cerrar septiembre con una intensidad media diaria de 76.427 vehículos en ambos sentidos frente a los 73.588 del mismo mes en 2019; y especialmente en la A-92, donde el medidor de aforos situado a la altura de Antequera ya dio un vuelco en agosto con un incremento del 59%, seguido de otro del 29% en septiembre con 23.850 desplazamientos diarios.

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En cuanto al resto de vías de la red estatal, la evolución desde comienzos de año muestra un incremento progresivo directamente proporcional al levantamiento de las restricciones hasta equipararse al escenario de hace dos años, a pesar de que los trayectos por carretera ligados al turismo aún están bastante por debajo. «En la red estatal de la provincia ya se ha vuelto prácticamente a la normalidad prepandémica, fruto de la mayor movilidad que genera la reactivación económica», apuntan desde la Jefatura Provincial de Tráfico.

Vías con mayor densidad de vehículos en la provincia (2021)

Datos de enero a septiembre de cada año

En los accesos a Málaga desde Las Pedrizas, la autovía de la Costa del Sol y la ronda Este, que son los puntos con mayor actividad de la provincia y, por tanto, uno de los mejores termómetros para medir el tráfico, el balance de septiembre arroja una intensidad media diaria de 244.669 vehículos, apenas un 0,8% menos que en 2019 (246.451). Para hacerse una idea del impacto de la pandemia, en abril de 2020 eran 42.220. Similar es el panorama en la carretera de Las Pedrizas (A-45) con un saldo negativo de sólo el 1,2% (48.528 frente a los 49.116) y en el trazado malagueño de la A-92 que enlaza con Granada con 28.367, apenas 440 menos (-1,5%) que hace dos años.

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«Los atascos clásicos ya se están volviendo a ver como consecuencia de la recuperación de la movilidad y la vuelta mayoritaria al trabajo presencial» afirma el presidente de la Asociación Malagueña de Automoción, Carlos Oliva, quien resalta que los intervalos de mantenimiento en los talleres ya van normalizando porque los coches ya están haciendo prácticamente los mismos kilómetros que antes.

MARCOS ÁLVAREZ/SUR

Ese aumento de coches también es evidente en las vías urbanas. En el caso de Málaga capital se repiten día tras día los momentos de congestión en accesos a la ciudad como las avenidas de Andalucía, Valle-Inclán, Juan Sebastián Elcano o Velázquez. Las últimas estadísticas del Área de Movilidad agrupan el periodo comprendido entre mayo y agosto, por lo que esa foto fija aún arrastra los últimos coletazos de las restricciones y no contempla la recuperación plena de la actividad en septiembre, pero incluso así las principales arterias de la ciudad completaron el segundo cuatrimestre con un descenso medio del 10% respecto a 2019. Buenos testigos de esta realidad son los taxistas.

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Vías con mayor densidad de vehículos en la ciudad de Málaga (2021)

Datos de mayo a agosto de cada año

«Claro que hay mucho más tráfico. Cada día nos resulta más complicado circular, especialmente por los accesos a las ciudades», destaca el presidente de la Confederación del Taxi de la Costa del Sol, Guillermo Díaz, quien en lo que respecta a la actividad del gremio reconoce que la demanda va a más tras la flexibilización de las restricciones, la vuelta del ocio nocturno y el mayor movimiento de turistas aunque sin llegar aún a las cotas previas a esta crisis. Los que sí que están actualizados son los datos de ocupación de los 'parkings' municipales, que ya han tapado el agujero provocado por la pandemia hasta el punto de que los estacionamientos del entorno del Centro cerraron el mes pasado incluso con mejores cifras que hace dos años.

Autobuses y metro

Donde todavía siguen esperando esa normalidad es en el transporte público colectivo, que sigue lejos de alcanzar sus registros previos a la pandemia. Está ocurriendo en todo el país, y Málaga no es una excepción. Los autobuses urbanos de la EMT van ganando viajeros cada mes y cerraron septiembre con 2,8 millones de usuarios. Es la mejor cifra desde que estalló la pandemia (510.000 viajeros de abril de 2020 en pleno confinamiento) y, si continúa la tendencia alcista de la primera mitad de octubre empujada por la vuelta a las clases presenciales en la Universidad, en este mes se podrían alcanzar los 3 millones. Pero ese 25% menos que hace dos años le deja aún muy por debajo de los 4 millones de usuarios que cada mes se subían al bus. «Es un fenómeno nacional. Durante la pandemia ha habido mucha gente que ha comprado coches de segunda mano y ahora están rodando más que antes. El transporte colectivo se está recuperando un poco más lento que el tráfico privado», explica el gerente de la EMT, Miguel Ruiz.

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Más pausado está siendo el repunte de los autobuses interurbanos. Aunque hay líneas de interior que han tenido que ser reforzadas por el incremento de la demanda, en cómputos generales la red del Consorcio de Transporte Metropolitano de Málaga movió el pasado mes 557.045 usuarios, un tercio menos que los 866.572 de septiembre de 2019. «El motivo por el que nuestra demanda se está recuperando menos que la urbana está en el turismo internacional, que avanza a una velocidad inferior. En cualquier caso, esperamos que siga la progresión creciente que venimos experimentando mes tras mes», argumenta el director gerente del Consorcio, Javier Berlanga.

De las ruedas y el asfalto, a las vías. El metro de Málaga registró en septiembre 428.566 viajeros, lo que supone no sólo un 85% de los contabilizados en 2019 sino también el mejor dato desde el hundimiento causado por el Covid-19. En cuanto a los trenes del Cercanías, la última información facilitada por Renfe indica que hasta agosto el descenso de viajeros en 2021 era del 56% respecto a los primeros ocho meses de 2019. Los motivos en este caso son varios. Al generalizado por el mayor uso del coche privado hay que unir la menor presencia de turistas extranjeros que utilizan la línea Málaga-Fuengirola y la conexión con el aeropuerto. Y también las continuas suspensiones de trenes que se vienen sucediendo en los últimos meses por la falta de maquinistas, que acaban invitando a más de uno a volver a ponerse al volante.

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