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Comentario del Evangelio

Tiempo para descansar

Francisco Castro Pérez

Domingo, 21 de julio 2024, 02:00

Los discípulos aprendían de Jesús constantemente. No solo cuando escuchaban sus palabras, también de sus acciones y actitudes tomaban continuas lecciones. Ir en la barca con Jesús fue la primera escuela en la que se formó la Iglesia. Yendo con él de una a otra orilla, al encuentro de quienes necesitaban su presencia, la Iglesia naciente aprendió los trabajos de la misión. Pronto descubrieron que estos trabajos no eran menos exigentes y fatigosos que los de la pesca ordinaria. Hasta el punto de que experimentaron eso que en nuestra cultura frenética decimos tanto, con más razón o menos: «No tenemos tiempo...».

Poco a poco, los discípulos aprendieron a entregarse, aceptando las implicaciones concretas de su llamada. Efectivamente, su tiempo, sus energías, sus bienes... ya no les pertenecían en exclusiva. Esa forma de vida apostólica tenía por modelo al mismo Jesús: movido de compasión por la gente, los atendía sin horarios ni calendarios, sin reservas. En estos días muchos disfrutan de unas merecidas vacaciones. El Señor nos enseña a descansar como necesario reparo de la fatiga. Pero su lección principal nos advierte contra toda indolencia y contra la idolatría del ocio, que nos hace inservibles para el Reino. Yendo en la barca con Jesús y contemplando su compasión, es imposible pensar que nuestro tiempo sea solo nuestro.

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