Las alarmas se encendieron en la noche del pasado domingo en la mayoría de las alcaldías de las grandes ciudades de la provincia cuando se conocieron los resultados de las elecciones generales. Unos datos que han llevado el temor a los alcaldes de las localidades de más de 20.000 habitantes, especialmente los del PP, a cuatro semanas de tener que someterse al veredicto de las urnas en los comicios locales del 26 de mayo. Partiendo de la base de que en las municipales concurren factores diferentes a las generales como son el valor que aporta la figura del candidato entre los electores, la concurrencia de partidos de índole local que no se presentan a los comicios nacionales y el porcentaje de participación, sin embargo los datos de estas últimas elecciones así como los de las andaluzas del pasado diciembre apuntan a una tendencia de escenarios muy abiertos, con ayuntamientos con plenos multipartidistas y sin mayorías absolutas que harán necesarios los pactos para garantizar la gobernabilidad.
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Un primer dato que sobresale del análisis de los resultados electorales del pasado 28 de abril es que en diez de las dieciséis ciudades más pobladas (la capital, Marbella, Estepona, Fuengirola, Rincón de la Victoria, Antequera, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Coín –todas ellas gobernadas por el PP– y Mijas, en manos de Ciudadanos) ganó un partido diferente al que actualmente ostenta la Alcaldía , mientras que en las seis restantes, gobernadas por el PSOE, los regidores mantuvieron el tipo: Torremolinos, Ronda, Benalmádena, Cártama, Vélez-Málaga y Nerja.
El segundo elemento que se desprende de la extrapolación de los datos –se ha hecho aplicando la ley D'Hondt al resultado de las generales del pasado domingo, teniendo en cuenta que no aparecen los partidos de carácter local, que sólo se presentan a las municipales– es que en estas grandes ciudades se abre un abanico de pactos a la derecha y la izquierda ideológica que en ambos casos pasan irremediablemente por la concurrencia de Ciudadanos, que vuelve a erigirse en llave de la gobernabilidad municipal.
Un tercer elemento a tener en cuenta es que hay grandes ciudades como Marbella, Estepona, Mijas, Fuengirola, Benalmádena, Ronda, Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga donde Podemos e IU se presentan por separado y no en confluencia como han hecho en las generales bajo la marca Unidas Podemos, por lo que el voto situado a la izquierda del PSOE se disgregará en un mayor número de formaciones, con lo que ello comporta de la necesidad de más apoyos en las urnas para poder obtener representación en las corporaciones locales.
En el caso de la capital, la extrapolación de los datos dibuja un escenario en el que pueden darse dos opciones de gobierno: una del PSOE con Ciudadanos y otra de la formación liberal con el PPy Vox. Los socialistas, cuyo candidato a la Alcaldía es Daniel Pérez, fueron el partido más votado el pasado domingo en la capital con casi 93.000 votos y una holgada diferencia respecto a la formación naranja y a los populares, a quienes sacó 40.000 papeletas.
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De repetirse los resultados el próximo 26 de mayo, el PSOE obtendría diez concejales y podría tener opciones de lograr la Alcaldía de la principal ciudad de la provincia –lo que no sucede desde 1995– si llega a un acuerdo con Ciudadanos, que obtendría siete ediles. Ambos sumarían diecisiete actas, una más que la mayoría absoluta. Una unión de los socialistas con Unidos Podemos sería insuficiente según la extrapolación ya que no obtendrían los 16 escaños necesarios para gobernar. A ello hay que añadir el hecho de que al presentarse a las municipales formaciones situadas a la izquierda del PSOE como Málaga Ahora o Podemos Cambiar Málaga, que pescan en el mismo caladero que la confluencia de Podemos e IU, ese voto se fragmenta.
La otra opción es una alianza de los partidos de la derecha ya que la suma de Ciudadanos, PPy Vox daría dieciséis escaños, la mayoría absoluta. En este sentido, Juan Cassá (que en 2015 ya expresó su intención de ser alcalde con sólo tres concejales) podría hacer valer su posición de fuerza más votada y con más concejales, según la extrapolación de los datos, para reclamar la Alcaldía de la capital, ahora en manos del popular Francisco de la Torre.
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En el caso de Marbella, una extrapolación de los resultados electorales del domingo arrojaría un reparto de concejales que obligaría a pactos, con el PSOE con nueve ediles; Ciudadanos, con 6; el PP, con cinco; Vox, con cuatro y Unidas Podemos, con tres. Se trata de una situación que en ningún caso se podrá producir, ya que en las elecciones del domingo no participó Opción Sampedreña, partido que cuenta con dos ediles y que probablemente volverá a conseguir representación, y que las dos formaciones que integran Unidas Podemos, Podemos e Izquierda Unida, acudirán por separado a las urnas el 26 de mayo. Hay también otras fuerzas políticas de ámbito local que se presentan a las elecciones municipales y cuya participación también puede alterar el mapa político de Marbella.
No obstante, el 28-A deja algunas señales que pueden ser tomadas en cuenta cara a lo que puede suceder el 26 de mayo. Una es que la diferencia que el PSOE saca a sus adversarios es muy significativa (el 29,74% frente al 19,87% de Ciudadanos). No resulta muy probable que los socialistas, aunque cedan votos en San Pedro a manos de OSP, puedan perder su condición de partido más votado. Sin embargo, los probables aliados a su izquierda no suman, ya que Unidas Podemos apenas consiguió un 12,36% y en las municipales irán por separado, por lo que el PSOE deberá buscar aliados a su derecha para alcanzar los 14 ediles de la mayoría absoluta.
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En ese espectro, la división del voto en tres partidos con resultados muy parejos, y sobre todo el 'sorpasso' de Ciudadanos sobre el PP abren un escenario incierto. La formación naranja, el PP y Vox suman entre los tres el 54, 33% de los votos, lo que equivaldría en conjunto a una amplia mayoría absoluta de 16 ediles frente a ocho del PSOE y tres de Podemos. Sin embargo, el escenario de una sola fuerza hegemónica en la derecha parece formar parte del pasado. Por separado estos tres partidos sumarían 15 ediles, lo que también les daría la mayoría absoluta aunque con la puerta abierta a otras opciones, como un eventual acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, opción que no debe descartarse.
En Mijas, principal Ayuntamiento gobernado por Ciudadanos, la extrapolación de los datos dibuja un escenario donde, al igual que sucede en la capital, se podría producir una alianza entre el PSOE y la formación naranja liderado por los socialistas como partido más votado o bien un acuerdo a la derecha entre los liberales, el PPy Vox. Sin embargo, las malas relaciones entre el actual alcalde Juan Carlos Maldonado y el candidato del PP a la Alcaldía, Ángel Nozal, se presentaría como un obstáculo para este pacto.
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Fuengirola, Estepona, Alhaurín de la Torre y Antequera son a día de hoy cuatro grandes ciudades gobernadas por el PP con mayoría absoluta. En caso de que el 26 de mayo se dé un resultado electoral similar al del pasado domingo en las generales, los populares verían peligrar su hegemonía. En la Villa Blanca, la alcaldesa, Ana Mula, necesitaría del apoyo de Ciudadanos y Vox para poder mantener el poder, mientras que una alianza de socialistas y el partido naranja no sumaría la mayoría absoluta –13 ediles– y necesitaría de la concurrencia, improbable, de los partidos situados a la izquierda del PSOE. José María García Urbano vería peligrar su supremacía en Estepona ya que necesitaría un pacto a tres con la derecha y que Ciudadanos, el más votado, renunciara a la Alcaldía. Por su parte, Manuel Barón en la Ciudad del Torcal y Joaquín Villanova en Alhaurín de la Torre tendrán que llegar a acuerdos con los liberales (los más votados en ambos municipios en el ámbito del centro-derecha) y la formación de Santiago Abascal.
En Coín, Francisco Santos, que debuta como candidato a la Alcaldía deberá aliarse al menos con Ciudadanos (que ha ganado al PPen votos en este municipio) para intentar mantener el gobierno, mientras que en Alhaurín el Grande, la alcaldesa, Antonia Ledesma, necesitaría un tripartito para seguir en el gobierno. Lo mismo le sucede a Francisco Salado en Rincón de la Victoria, aunque con el componente de que la formación naranja es la más votada del centro-derecha y tendría opciones de aliarse, incluso, con los socialistas.
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En los grandes municipios actualmente gobernados por los socialistas el escenario es similar en Benalmádena, Ronda y Vélez-Málaga, donde una alianza de PSOE y Ciudadanos permitiría seguir gobernando al partido de Pedro Sánchez. Aunque, paralelamente, un tripartito del centro derecha les podría hacer perder el poder.
En el caso de Torremolinos, la unión de PSOE y Ciudadanos no sería suficiente para mantener la Alcaldía en manos socialistas y necesitarían el apoyo de Unidas Podemos. Asimismo, la alianza de derechas podría desbancar al alcalde José Ortiz. La misma situación se produce en Nerja, mientras que en Cártama la única alianza que suma mayoría absoluta es la de PSOE con Ciudadanos, ya que un tripartito del centro-derecha se quedaría a un concejal de poder gobernar.
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En esta información ha colaborado : Héctor Barbotta
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