La tasa de supervivencia del cáncer alcanza el 60% en Málaga, el doble que hace 30 años

El otro punto relevante en esta elevada tasa de supervivencia es el de la detección precoz. El cáncer sigue siendo en Málaga la primera causa de mortalidad en hombres y la segunda en mujeres -así como la primera en ambos sexos por debajo de los 65 años- pero en el último año y medio la situación que provocó la pandemia se ha podido corregir y ya se diagnostica sin los retrasos que provocó la crisis del Covid.

Hay que recordar que las consecuencias de la pandemia afectaron a prácticamente todos los planos de la medicina, pero esta detección tardía de al menos el 20 por ciento de los casos fue especialmente dañina, tal como se desprendía del balance de 2021, en el que prácticamente dos de cada diez enfermos no habían sido detectados. En un informe publicado entonces, el Ministerio de Sanidad reconocía «una reducción de los diagnósticos» que achacaba a varias causas derivadas de la pandemia: la suspensión de los programas de cribado, las dificultades de acceso a la atención primaria y hospitalaria, el retraso en las citas para pruebas médicas y el miedo al contagio.

Aunque hay que lamentar cada nuevo caso, el oncólogo Emilio Alba recuerda que la tasa de supervivencia de esta enfermedad se ha duplicado en apenas 30 años. Las causas de estas buenas cifras dependen del tipo de tumor, pero Alba recalca la relevancia de la mejora de los métodos de detección precoz, que son cada vez más sensibles. «Pero lo más importante es que los tratamientos han mejorado mucho», sostiene, y recuerda además que los tumores que más se curan como los de mama, los de próstata o los infantiles tienen tasas de supervivencia por encima del 85 por ciento. En el lado más negativo se coloca el ligero crecimiento de la mortalidad en algunos tumores porque ha aumentado la incidencia y el tratamiento «no es muy bueno». «Pero son casos muy excepcionales», matiza.

En cuanto a las cifras de nuevos casos, el oncólogo admite que están aumentando «bastante»; en el caso de Málaga, de hecho, superando por primera vez en la historia los 10.000 diagnósticos en doce meses. «El principal motivo es que nos hacemos cada vez más viejos. En una sociedad envejecida, hay más cáncer», explica. La otra razón es el incremento del cáncer en menores de 50 años. «No se sabe exactamente cuáles son los motivos, ocurre sobre todo en el cáncer colorrectal y parece que tienen que ver con la dieta. Cada vez comemos peor, se cocina menos, consumimos alimentos más ultraprocesados, con menos fibra…», enumera; razón por la que asegura que ya se está poniendo mucho el foco en este tipo de diagnósticos, los llamados cánceres de aparición temprana.

Las cifras de 2023

Hace unos días, la Asociación Española contra el Cáncer hizo públicos los datos referentes a 2023, incluidos los de Málaga. La provincia sumó en este último año 9.842 nuevos casos (unos 250 más que en 2022), continuando así con una tendencia más o menos estable en los últimos años.

Los cánceres colorrectales siguen siendo los que más se diagnostican con 1.433 casos, seguidos de los de próstata (1.279), mama (1.244), pulmón (1.071) y los de piel, que acumularon 711 diagnósticos durante los pasados doce meses. La tasa de supervivencia media es del 60 por ciento, aunque es un poco más alta en mujeres que en hombres.

El informe de la AECC también se elabora sobre los marcos de edad, donde queda perfectamente claro que el aumento está relacionado con el envejecimiento. De los más de 10.000 casos diagnosticados en 2023, 3.254 están relacionados con personas de más de 75 años; 1.414 entre 70 y 74 años; y 1.361 entre los 65 y 69 años.

El cáncer en 2050

La previsión de cara al futuro parece seguir una tendencia similar a la actual; esto quiere decir un escenario con más casos, pero a su vez con más porcentaje de supervivencia. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), prevé más de 35 millones de nuevos casos en 2050, lo que supone un aumento del 77 por ciento respecto a los 20 millones de casos estimados en 2022.

El rápido crecimiento de la carga mundial de cáncer refleja tanto el envejecimiento como el crecimiento de la población, así como los cambios en la exposición de las personas a los factores de riesgo. «El tabaco, el alcohol y la obesidad son factores clave del aumento de la incidencia del cáncer mientras que la contaminación atmosférica sigue siendo uno de los principales factores de riesgo medioambientales», señalan en un informe hecho público estos días.

En términos de carga absoluta, se espera que los países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto experimenten el mayor aumento absoluto de la incidencia, con una previsión de 4,8 millones de nuevos casos adicionales en 2050 en comparación con las estimaciones de 2022.

Sin embargo, el aumento proporcional de la incidencia es más llamativo en los países de Índice de Desarrollo Humano (IDH) bajo (aumento del 142%) y en los de IDH medio (99%). Asimismo, se prevé que la mortalidad por cáncer en estos países casi se duplique en 2050, aunque porcentualmente las tasas de supervivencia sean mayores. «Los países que dispongan de menos recursos para hacer frente a su carga de cáncer serán los más afectados», afirma el doctor Freddie Bray, jefe de la Subdivisión de Vigilancia del cáncer del CIIC.

Consecuencias laborales

Más allá de las cuestiones meramente médicas, las consecuencias de padecer un cáncer son muchas, ya que es la enfermedad que tiene una mayor prevalencia de pérdida de trabajo porque el riesgo de estar en desempleo aumenta un 34% en supervivientes de cáncer frente a la población general.

Así se desprende de un estudio elaborado por la Asociación Española Contra el Cáncer, que este año ha querido poner ahí el foco en la conmemoración del Día Mundial del Cáncer. Según explica, en España, el 38% de las personas diagnosticadas de cáncer en 2023 se encuentra en edad laboral, lo que se traduce en 110.000 pacientes, según datos del Observatorio del Cáncer. De hecho, un 28,4% de las personas con cáncer afirman haber perdido o dejado el trabajo después de la enfermedad.

Además, la reducción del 25% de la nómina en las incapacidades temporales, unido al largo periodo de las mismas a causa de la enfermedad, hace que muchos pacientes puedan encontrarse en una situación «económicamente vulnerable», recuerdan. El cáncer provoca un coste económico al 41% de las familias superior a 10.000 euros durante la enfermedad. «Esto puede provocar que muchas familias se sitúen en una situación de riesgo de exclusión social», remachan desde la AECC.

Ante esta realidad, la Asociación ha hecho un llamamiento a todos los actores sociales para que se unan con el objetivo de «aliviar o reducir» el impacto laboral en las personas y supervivientes de cáncer. Se calcula que en Europa hay más de 12 millones de supervivientes de cáncer y, en España, se estima que hay más de 2,2 millones de personas a las que se les ha diagnosticado un cáncer a lo largo de su vida.

Los aspectos que impiden la reincorporación inmediata al puesto de trabajo y a las funciones habituales suelen ser el dolor, las dificultades de concentración o movilidad y el cansancio, aspectos que dificultan el desempeño de una jornada laboral. Los largos periodos de inactividad suponen un inconveniente a la hora de retomar la rutina laboral. «En el caso de la incapacidad permanente, los pacientes se enfrentan a diferentes situaciones, como no poder retomar su empleo habitual o no poder trabajar en ningún empleo, debido a grandes secuelas o enfermedad crónica derivada del cáncer», enumeran.

También surge la necesidad de buscar otra profesión, debido a la incapacidad permanente. Las personas que viven esta realidad se enfrentan a «largos procesos» de resolución de las incapacidades, lo que se traduce, afirman, en un conflicto continuo para poder reincorporarse a la vida profesional.

Ante estas necesidades, la Asociación Española Contra el Cáncer cuenta con un servicio gratuito desde el año 2019 que tiene como finalidad cubrir las necesidades de orientación jurídico laboral. Este servicio tiene como objetivo orientar en materia de Seguridad Social y derecho laboral a pacientes y familiares.