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Aquí un movimiento rápido para esconder una bandeja de jamón ibérico, allí una botella de aceite de oliva virgen extra que se introduce en una mochila y que acaba saliendo sin pasar por la caja. Todos los días se suceden robos y hurtos en los ... supermercados de Málaga. Un hecho que nadie desea, pero que existe desde que el hombre es hombre. Las superficies cuentan con una partida para robos cuando confeccionan los presupuestos. El problema está en que esos robos han ido a más desde que la inflación aprieta en los bolsillos y ha forzado a las grandes superficies a reforzar las medidas de seguridad para evitar que se sigan produciendo más pérdidas por productos que salen, pero sin pasar por la caja.
En un recorrido por distintos supermercados de la capital y hablando con sus responsables, este periódico ha comprobado que se han generalizado medidas que antes se consideraban una excepción, como el vigilante de seguridad o las vallas de acceso para entrar y salir del supermercado. Herramientas que no son nuevas, pero que existían en supermercados concretos, ubicados en zonas que se consideraban más propensas a que ocurran estos hechos indeseados.
También se ha ampliado el catálogo de productos que ahora tienen alarma. Si antes era habitual ver estos dispositivos en botellas de alcohol y en productos de perfumería, se han extendido al aceite o a mercancía de temporada, como los bronceadores.
A nivel nacional, los ladrones provocan daños económicos a los supermercados por un valor superior a los 2.200 millones de euros al año. Así se desprende del barómetro del Hurto en la Distribución Comercial de NIQ, una consultora especializada en el comercio de la distribución.
La tendencia es ascendente, como confirma a SUR el presidente de Maskom, Sergio Cuberos. «Los robos han ido claramente a más en los últimos tiempos. En valores porcentuales, casi podría decir que se han duplicado. A nosotros no nos gusta incrementar las medidas de seguridad, queremos que nuestros supermercados sean espacios cómodos y abiertos. Pero con el aumentos de los robos nos hemos visto obligados a implantar nuevas medidas», lamenta y enumera la figura del vigilante de seguridad y la implantación de vallas en la entrada y salida a las superficies. Éstas evitan que puedan salir carritos enteros.
Dime qué robas y te diré de dónde eres. Una afirmación que es posible gracias a un estudio realizado por STC Neda, en el se establece un ranking del 'top' de productos afanados por cada comunidad autonómico. En Andalucía, los primeros cinco productos más robados son el aceite, los productos ibéricos, las bebidas alcohólicas, los productos para el afeitado y las latas de atún o bonito.
Cuberos confirma que la escalada del aceite de oliva al primer puesto es reciente. La explosión en el precio de un producto considerado como básico por gran parte de la población también ha provocado la colocación de alarmas en las botellas y garrafas de aceite, en las que el litro se mueve en los diez euros.
Entre los formatos que más 'desaparecen', los representantes del sector de la distribución en Málaga resaltan los loncheados, sobre todo embutido como jamón ibérico, los perfumes y las bebidas alcohólicas. Tienen en común que se pueden esconder con cierta facilidad. Especialmente, en los meses de invierno, cuando se colocan por debajo del abrigo.
El presidente de Costasol de Hipermercados, Aurelio Martín, está al frente de varios Carrefour en la provincia. «El tema de los robos se ha incrementado bastante. Hay productos que hemos tenido que 'alarmar' porque vuelan, como los bronceadores», describe. Preguntado por la figura del vigilante, asegura que se ha vuelto imprescindible. «O tienes a un vigilante o cuentas con personal propio que vigila lo que sucede dentro de tu supermercado», añade.
¿Cómo es el perfil del ladrón al que se le va la mano en el supermercado? Según el estudio de STC Neda, se trata de alguien «reincidente» y con afán de revender lo robado. «Los ladrones están organizados en bandas, no se trata de robos por necesidad», resalta el presidente de Maskom, Sergio Cuberos, que apunta a que estas bandas tratan de colocar lo sustraído en bares y restaurantes de la provincia.
La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) pide que se elimine la cuantía mínima de 400 euros para poder penar la multirreincidencia en hurtos leves, porque «el 90% de los que se producen son de un valor inferior a 90 euros» y este tipo de delitos se ha incrementado un 12% en el primer trimestre del año.
La tendencia, según Aecoc, se mantiene al alza. La asociación entiende que situar un valor de 400 euros para elevar la pena de la multirreincidencia en los hurtos permite realizar diversos actos delictivos de menor cuantía, «lo que supone un grave problema para el comercio». En este sentido, se recuerda que en el momento de su aprobación ya se advirtió de que este límite dejaba fuera a «una buena parte de la multirreincidencia, ya que el 90% de los hurtos comerciales que se producen son de un valor inferior a 90 euros».
Aecoc entiende que, para cumplir con el objetivo de reducir la incidencia de los hurtos comerciales, la regulación debe priorizar el castigo de la multirreincidencia, «con independencia de cuál sea el valor económico de los robos cometidos».
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