El sueldo de los trabajadores del campo sube un 44% en cinco años

Con este comportamiento de los salarios en el campo ha sido posible que se haya reducido algo la brecha aún muy importante que los separa de la media de la provincia contando con todas las actividades económicas. De esta forma, en 2017 la retribución de los trabajadores del campo –los 5.220 euros– suponía un 35% de la media, que se situaba cerca de los 15.000 euros anuales, mientras que en 2022 había subido hasta los 7.555 euros, que representan más del 41% de los 18.280 euros en que se había colocado el salario bruto anual promedio en la economía provincial.

Estas cifras siguen todavía más lejos de los trabajadores mejor retribuidos de la provincia, los del sector servicios, que cobraban una media anual de más de 27.000 euros en 2022, un 70% más que las personas del sector agrario.

Tal y como explica Andrés González, de Comisiones Obreras, el comportamiento de las retribuciones del trabajo del campo replica el registrado por el salario mínimo interprofesional (SMI). Ello, porque ahora mismo hay dos categorías profesionales, la del obrero no cualificado, cuya retribución corresponde al SMI, y el trabajador cualificado, que cobra 16.000 euros anuales –ahora mismo, tras la última subida aprobada hace pocas semanas, el SMI se sitúa en los 15.876 euros–.

Pero si las cifras de la estadística oficial de la Junta de Andalucía no llegan a esos números del SMI es porque los agricultores no trabajan todo el año. En gran medida, la fuerza laboral del campo está formada por trabajadores fijos discontinuos o por eventuales. De hecho, ahí reside la razón que explica las diferencias retributivas de los trabajadores del campo entre los distintos territorios de la comunidad autónoma andaluza.

Porque la del salario bruto anual medio del sector agrario malagueño es una cifra algo superior a la media de la región, que se situaba en 2022 en los 7.314 euros. Pero el dato de Málaga también se ubica sustancialmente por debajo del que perciben como promedio los trabajadores agrícolas almerienses, que alcanzan los 9.673 euros, ya que el grueso están ocupados en los invernaderos, que cuentan con campañas más largas.

En el lugar opuesto se encuentran los empleados jienenses, con un salario anual de 5.678 euros brutos. Ello obedece, interpreta Andrés González, a que en un 90% el trabajo del campo en esa provincia depende la recogida de la aceituna, cuyas campañas son cada vez más cortas. De hecho, el salario bruto de los asalariados agrarios de Jaén ha subido un 30%, menos que el malagueño (45%) y menos también que la media andaluza (38%).

A partir de los datos oficiales también se puede ver cuál es la desigualdad retributiva existente dentro del propio colectivo de los trabajadores del campo. De esta manera, el 20% peor retribuido cobra apenas 1.720 euros brutos al año, por debajo en este caso de la media andaluza, que se sitúa, para este colectivo, en los 2.183 euros. Mientras que el colectivo mejor retribuido puede llegar a superar los 12.500 euros brutos al año en la provincia.

En todo caso, como señala David Conde, de UGT, las reivindicaciones salariales no forman parte de las últimas protestas del campo, lo que es indicativo, a su juicio, de que no participan de ellas los trabajadores, sino los empresarios para los que, concede, el aumento salarial de los últimos años ha resultado un coste relevante.