Borrar
Nour y Lujain (por videoconferencia), reunidas con personal de la UMA (María José Berlanga, vicerrectora de Igualdad y Política Social, a la izquierda; Inmaculada Crespillo, jefa del servicio de Acceso y Admisión de la UMA; y Manuel Ladoux, trabajador social) y, a la derecha de la imagen, Aisling Devlin, participante de la acampada que el curso pasado desarrollaron algunos estudiantes en apoyo de Palestina. Migue Fernández
«Sólo queremos la vida universitaria que en Palestina no podemos tener»

«Sólo queremos la vida universitaria que en Palestina no podemos tener»

SUR asiste a la primera toma de contacto de Nour, recién llegada a Málaga, y Lujain, aún en Nablus, con la UMA: la Universidad tiene un programa de acogida a refugiados desde el año 2015

Sábado, 12 de octubre 2024, 00:19

Nour y Lujain tienen 22 años son amigas y palestinas de Nablus (Cisjordania). Quieren estudiar en la Universidad de Málaga (UMA). Hace unos días mantuvieron una reunión –Nour, presencialmente, Lujain, por videoconferencia y desde Palestina– con María José Berlanga, vicerrectora de Igualdad y Política Social; Inmaculada Crespillo, jefa del servicio de Acceso y Admisión de la UMA; Manuel Ladoux, trabajador social de la Universidad; así como Aisling Devlin, participante de la acampada que el curso pasado desarrollaron algunos estudiantes para reivindicar el apoyo del centro al pueblo palestino y el fin de sus relaciones con Israel.

A Nour apenas le falta completar unas prácticas que está haciendo en Málaga en el sector turístico para graduarse en Traducción, y Lujain ya tiene su título en Relaciones Públicas y Comunicación. Pero, como lamenta Lujain desde Nablus, si bien han terminado sus estudios universitarios en la An-Najah National University, o están a punto de hacerlo, no han tenido una vida universitaria normal. Como consecuencia de la guerra o a causa de los ataques periódicos que sufren las ciudades palestinas, no han podido ir a clase normalmente; han tenido que estudiar online. Así que quieren recuperar el tiempo y la experiencia universitaria –esa época de la vida tan vibrante– arrebatados por el conflicto que se ha recrudecido en los últimos doce meses, pero que dura ya demasiadas décadas.

Además, quieren estudiar en un sistema educativo que consideran mejor que el de su tierra, porque afirman que difícilmente la educación puede ser de calidad cuando se desarrolla en una situación tan tensa. Aunque su zona no sea la Gaza bajo permanente asedio, en su Cisjordania natal hay sobresaltos continuos. Lujain cuenta que justo el día anterior a su reunión con la UMA de la que es testigo un equipo de SUR vio como irrumpieron militares israelíes en una zona en la que ella estaba tomándose un café, que los trabajadores cerraron el establecimiento a cal y canto para proteger a su clientela y cuando salió del bar se enteró de que de esa actuación habían resultado personas muertas. Así no se puede estudiar. A día de hoy, explica Lujain, las clases siguen siendo online. A causa de los controles, de los check points, ni siquiera los profesores pueden llegar a las aulas para dar clase.

Nour vive en Málaga con su hermano Amr. Migue Fernández

En la UMA Nour y Lujain buscan cursar un máster, bien en Administración de Empresas, bien en Relaciones Internacionales. Pero no porque se quieran quedar en Málaga o en España. Lo que anhelan es volverse a Palestina, abrir una academia y contribuir a mejorar la formación de su pueblo. También relatan que en los últimos años han visto que mucha gente de otros países ha viajado a los territorios palestinos interesados en conocerlos y sobre todo a su gente. Con ese emprendimiento que planean, dicen, van a tratar de fortalecer esos lazos de Palestina con otras zonas del mundo.

Conocer el idioma

Querrían haberse matriculado en la UMA ya en este año. Pero no va a ser posible. En la reunión que mantuvieron con las autoridades universitarias se concluyó que necesitan mejorar su nivel de español y acreditar que tienen el suficiente como para seguir el curso. Así que este año lectivo empezarán por las clases de idiomas que da la Fundación de la UMA a extranjeros. Y muy seguramente con beca. Luego habrán de hacer un examen de Cambridge. Lujain, antes de que se recrudeciera el conflicto de Oriente Próximo hace justo un año, ya quería venir a España a completar su formación, así que tiene algunas nociones de español y confía en que el idioma no le sea ningún problema.

«Como palestinos, siempre tenemos la esperanza de que un día volverá todo a la normalidad. Todo el mundo en la región tiene el derecho a vivir en paz»

¿Se plantean volver a Palestina incluso aunque la guerra no sólo no termina sino que se recrudece y extiende al Líbano o Irán? «Como palestinos, siempre tenemos la esperanza de que un día volverá todo a la normalidad. Todo el mundo en la región tiene el derecho a vivir en paz», contesta Lujain.

Migue Fernández

Nour lleva en España más de un mes. Se quedará, en principio, hasta diciembre. Aunque ahora que va a iniciar sus estudios de español, se podrá quedar más tiempo. En Málaga está junto a su hermano, Amr, que lleva dos años instalado en la ciudad. Es un nómada digital: trabaja desde aquí para la empresa de márketing médico que tiene en Palestina. Amr vino a España para escapar del conflicto y también porque la cultura española le gusta mucho por su apertura y porque su perfil mediterráneo la hermana con la suya. Confiesa que ahora que su hermana también está aquí, su familia tiene sentimientos encontrados: por un lado piensan que aquí están más seguros pero, por otro, los echan de menos y temen que jamás regresen a Nablus. Pero su apego por su pueblo les lleva a descartar quedarse para siempre en España, al igual que su familia lo hace con la posibilidad de sumarse a ellos y refugiarse en Málaga: «No quieren irse, quieren vivir», expresa Amr, haciendo un juego de palabras –la conversación se desarrolla en inglés–: «They don't want to leave, they want to live».

La acogida de estudiantes palestinos no se ciñe a estos dos casos. Hay otro, el de Leena Siyam, que ya está viviendo en la residencia universitaria de la UMA. Y a ella podría sumarse al menos otra chica que ahora está refugiada en Egipto con sus padres. Además, el personal docente que participó en las movilizaciones de la UMA por Palestina junto con los de otras universidades europeas está elaborando un listado de jóvenes para que puedan estudiar en el Viejo Continente y así evitar que el pueblo palestino siga perdiendo capital humano como resultado de esta guerra interminable.

Nour, con su hermano Amr, a su llegada al nuevo pabellón de la UMA, con Manuel Ladoux e Inmaculada Crespillo. Migue Fernández

Programa UMA Refugia

La UMA no sólo acoge a estudiantes palestinos y no lo hace sólo desde este último año. Tal y como cuenta Manuel Ladoux, este programa, UMA Refugia, data de 2015, coincidiendo con la guerra de Siria, cuando se buscaron recursos para acoger estudiantes y cubrirles la matrícula, su alojamiento y manutención, el aprendizaje de español y apoyo psicológico. La Universidad, para desarrollar esta labor, normalmente se apoya en CEAR, Cruz Roja, Málaga Acoge y Accem, organizaciones reconocidas para el trabajo con refugiados en la provincia y que los derivan a la UMA. Ya son 68 las personas que han pasado por las aulas de Teatinos o de El Ejido, 17 de las cuales ya han terminado un grado o un máster. Al principio, la mayoría venían de Siria, de Afganistán o de África, pero a partir de 2019 proceden sobre todo de Venezuela y de Colombia. Y ahora se suman ucranianos y palestinos. El programa está abierto además a investigadores, docentes y a todo el personal universitario.

Para participar, han de acreditar que tienen las titulaciones que les abren la puerta la Universidad. Así que, como enfatiza Crespillo, si bien la UMA es flexible y se hace cargo de que a veces a quienes llegan de zonas de conflicto les es difícil reunir la documentación, al final exige que los papeles estén en regla. Así que las protagonistas de este reportaje tendrán que remitir las titulaciones de su universidad palestina para cursar su máster. Pero tienen la determinación de estudiar aquí y volver a su país para hacerlo crecer y prosperar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur «Sólo queremos la vida universitaria que en Palestina no podemos tener»