Más de 20 familias han tenido a sus hijos mediante vientre de alquiler en Ucrania. SUR

«Sólo queremos regresar a Málaga con nuestro bebé»

Una pareja malagueña relata «la pesadilla» que vive en Ucrania, donde está atrapada tras tener un hijo mediante un vientre de alquiler

Viernes, 31 de agosto 2018, 00:43

Su mayor ilusión, tener un hijo, les está pasando una factura que jamás imaginaron, y no de tipo económico. Carlos y Mónica, nombres ficticios, permanecen atrapados en Ucrania a la espera de que las autoridades españolas reconozcan la nacionalidad de su bebé, gestado mediante un vientre de alquiler. Esta pareja malagueña llegó a Kiev a finales de julio pensando que los trámites para que su hijo obtuviese pasaporte español no se prolongarían más de un mes. Ahora el Consulado les ha dado cita para noviembre. Como ellos, al menos una veintena de familias españolas viven con incertidumbre esta «pesadilla» tras la que consideran que se esconden «razones políticas» por el desacuerdo mostrado por del PSOE, en el Gobierno desde la moción de censura que invistió presidente a Pedro Sánchez en junio, con la gestación subrogada.

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Hasta hace unas semanas, el procedimiento para regresar a España desde Kiev con un bebé gestado mediante un vientre de alquiler era más o menos sencillo; al menos uno de los padres lo es también a nivel biológico por inseminación o por donación de óvulos, de modo que el Consulado tramitaba la documentación tras comprobar el vínculo genético mediante una prueba de ADN. Esta práctica fue interrumpida el 5 de julio con la excusa de que las pruebas de paternidad violan la nueva Ley de Protección de Datos de la Unión Europea (UE), en vigor desde mayo. La situación encierra a las familias en un laberinto cuya salida aún no vislumbran: «La nacionalidad se obtiene naciendo en España o teniendo padre o madre español. Cumplimos los requisitos, no entendemos por qué el Gobierno se ha desentendido de nosotros. Ahora nuestros hijos son apátridas sin asistencia sanitaria ni las vacunas que marca la ley española».

El Consulado no reconoce la nacionalidad española del bebé «por razones políticas», denuncian

Carlos y Mónica se sienten «impotentes» y descuentan hojas del calendario, conscientes de que, como turistas, únicamente pueden permanecer 90 días en Ucrania: «Ya llevamos más de un mes. Luego tendríamos que salir del país y volver a entrar. ¿Con quién vamos a dejar a nuestro bebé? Sólo queremos regresar a Málaga, presentárselo a nuestras familias y retomar nuestras vidas, porque tenemos una hipoteca que pagar y las vacaciones se acaban. Tendremos que pedir excedencias en nuestros trabajos». Las familias afectadas reclaman una solución «inmediata» y denuncian que dos de los niños están hospitalizados: «No nos creemos lo que nuestro país nos está haciendo. Nuestros bebés son menores, tienen derechos».

Miguel González, abogado de Universal Surrogacy, un bufete especializado en gestación subrogada con sede en Málaga, recuerda que los vientres de alquiler «no son ilegales en España, sino que no están regulados». Cada vez son más las parejas extranjeras que acuden en busca de una gestante ucraniana por el precio menos costoso del proceso en el país eslavo en comparación con otros, como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá, donde el procedimiento también es legal. Para más de 20 familias españolas, sin embargo, el que iba a ser el mejor viaje de sus vidas se ha convertido en una odisea interminable.

El Supremo avala la inscripción de los nacidos en vientres de alquiler en Kiev

Doménico Chiappe

Varias de las familias españolas que esperan una respuesta del Consulado en Kiev, para saber si sus hijos por gestación subrogada serán registrados como españoles, como hasta ahora se hacía, comenzaron a ser recibidas por el encargado de Asuntos Consulares, Rodrigo de la Viña. En estas reuniones individuales el funcionario les informó de que su oficina ha comenzado a consultar a la Agencia de Protección de Datos, al Ministerio de Exteriores y al Gobierno ucraniano para llegar a una solución, según una fuente de Kiev. «Hay que analizar cada uno de los casos de manera individualizada para ver si se cumple la legislación vigente y las directrices establecidas para llevar a cabo esa inscripción o no», insiste una fuente del Ministerio de Exteriores. Sin embargo, estas consultas del Consulado son generales, ya que las citas para entregar la documentación han sido asignadas a partir de los primeros días de septiembre, por lo que aún no se ha estudiado ninguno de los casos pendientes.

La incertidumbre continúa desde que la Embajada de Ucrania decidió, por propia iniciativa, anunciar la denegación de la inscripción de esos niños. «Es la Embajada de España en Kiev la que recibe toda la información sobre la existencia de irregularidades y pala praxis, y es el encargado de la sección consular el que decide tomar especial cuidado en este tipo de expedientes», ratifica la fuente de Exteriores. Los tribunales españoles y las oficinas de registro de los consulados se rigen por una sentencia de 2014 del Tribunal Supremo que sentó jurisprudencia sobre este tipo de casos. O al menos así se hacía hasta ahora, cuando la Embajada en Ucrania anunció que denegaría la inscripción consular. «El Supremo sentenció que debe inscribirse primero al padre biológico junto a la gestante, y luego la madre se presenta por adopción, que es justo lo que hacen los padres en Ucrania», explica la abogada Ana Miramontes, especialista en adopción y gestación subrogada. «Pero sin una resolución denegatoria no se pueden debatir los argumentos legales».

El caso dirimido por el Pleno del Supremo partió de la solicitud de anulación del registro civil de dos niños nacidos por gestación subrogada en Estados Unidos. La Dirección General de los Registros y Notarias los había inscrito como españoles pero la Fiscalía demandó. Durante el proceso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos también dio la razón a dos casos de padres intencionales.

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