¿Qué sitios del mundo tienen un clima parecido al de la Costa del Sol?

Es especialmente llamativo el hecho de que esta situación se produce, en el caso de Australia, en 'Sunshine Coast' («Costa del Sol Brillante», literalmente, y es clara la analogía del nombre con la malagueña Costa del Sol). Es una zona urbana ubicada en el sudeste del estado de Queensland, al norte de Brisbane (la capital estatal) en la costa del océano Pacífico. También se da esta situación en California (Estado Unidos); en Auckland, Christchurch y Wellington, en Nueva Zelanda; en Ciudad del Cabo (Sudáfrica); en Valparaíso (Chile) y en Shanghai (China). «Estos son los siete grandes 'hotspots' (puntos calientes) de la tierra, donde hay desarrollo y recursos y donde se está produciendo una gran concentración de la población».

Para analizar el fenómeno hay que tener en cuenta que el termo mediterráneo tiene un termostato, y es que en todos los casos hay un clima desértico a un lado y uno continental al otro. «En la lucha de esos dos bioclimas surge el termo mediterráneo», añade, y da lugar a lo que el investigador define como los «paraísos, edenes o 'xanadús' del planeta». La que Salvo denomina «economía del sol», la de las grandes firmas de tecnología de información y comunicación, buscan estas zonas para implantarse. En todos estos casos, coincide tanto el aumento exponencial de la población como la implantación de este tipo de compañías.

El problema es que con la crisis climática está subiendo mucho la temperatura, sobre todo en las zonas más cercanas al borde litoral, «y esto nos lleva a un piso bioclimático diferente, que es el inframediterráneo», aquel en el que durante el periodo seco la temperatura supera los 40 grados, propias de Argelia y Túnez, donde el verano tórrido produce una alta fatiga muscular y neuronal. «Ese es el riesgo que nos encontramos en Málaga ahora». Por eso, para buscar los nuevos yacimientos de suelo habitable con calidad, Salvo aboga por utilizar el indicador que supone el hábitat del palmito: «Donde se desarrolla esta especie no hay heladas ni se superan los 40 grados».

Lo que el biólogo ha observado es que la especie empieza a ascender por la fachada de la cornisa de la Costa del Sol y señala las zonas más confortables para vivir, que ya no están en la primera línea de playa, sino en la segunda: Benahavís, Casares, Ojén, Istán, parte de Alhaurín el Grande y Mijas. A su juicio, estos municipios ofrecen ya el mayor confort ambiental y, ante la carestía de productos energéticos, es donde menor consumo habría, porque las viviendas no necesitarán un exceso de refrigeración ni de calefacción. En ese entorno todavía hay grandes cantidades de suelo, urbanizable no desarrollado y no urbanizable, que vivirán un desarrollo de la construcción en los próximos años. «Ahora mismo hay más metros lineales de piscinas en la Costa que de litoral; la gente empieza a percibir que la masificación y el calor en la zona de playa empiezan a ser excesivos».

De ahí que, quien en otra etapa fue político y responsable del desarrollo de grandes infraestructuras, como el metro de Málaga, haga una reflexión final en ese sentido: «Ahora necesitamos más que nunca esta segunda década prodigiosa en la provincia, con el tren de la Costa y otras infraestructuras y equipamientos que den respuesta a esta nueva demanda».