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Traer agua en barco se ha convertido en la constatación final de que la situación de sequía se complica. Los rigores del clima y la falta crónica de inversiones se han aliado y abocan a soluciones de emergencia. En este contexto, el asunto de los ... barcos cisterna, tanque o quimiqueros ha irrumpido en la agenda técnica y política. Las administraciones ya han iniciado contactos con las navieras y empresas del sector. Pero, ¿cómo es la operativa de traer agua por barco, algo que ya tiene en marcha Cataluña y que ya ha ocurrido a lo largo de la historia en lugares como Cádiz, Ceuta, Mallorca, La Palma, Vizcaya, Benidorm o Barcelona?
Miguel Ángel Díez, director gerente del Puerto Sotogrande, y marino mercante explica a este diario que este tipo de barcos pueden tener diferentes dimensiones. En general, hay dos dimensiones más estandarizadas: 40.000 metros cúbicos de agua potable o 100.000 de agua salobre, aunque este formato es casi imposible de encontrar disponible, según otros expertos consultados.
La razón del mayor espacio en en el caso de agua bruta se encuentra en que los condicionantes de maquinaria del barco para mantener la carga en buenas condiciones son menores. «Es agua que hay que clorar, por ejemplo, a bordo», añaden otras fuentes técnicas, que añaden que lógicamente los procesos de higiene y limpieza previa son clave.
Lógicamente, también hay embarcaciones más pequeñas, como la que ha servido agua durante dos veranos a 16 municipios de la comarca vizcaína de Busturialdea. En ese caso, el Dutch Spirit tenía una capacidad de carga de 4.000 metros cúbicos.
Por su parte, el contrato que acaba de cerrar Cataluña prevé un plan con 10 barcos y 2,6 hectómetros cúbicos mensuales al cinturón de la Ciudad Condal el próximo verano.
Los tanques son de acero inoxidable y pueden ser cuatro ó cinco. Están conectados con un 'manifold' que es la 'boca' de la tubería de a bordo. «El agua se carga a través de una tubería y se mete a presión en los tanques. Son barcos que se pueden dedicar a químicos y otros graneles», explica, Díez, que también apunta la necesidad de actuar con previsión. «Son unidades reducidas y es mejor ir reservando», abunda. En este sentido, la ley de la oferta y la demanda pondrá todo en su sitio, costes incluidos.
Sobre la operativa, Díez explica que es sencilla, que hay que realizar los cálculos de carga igual que otros graneles. «Se puede hacer la descarga en cuatro o cinco horas. Es un suministro fácil, rápido y limpio. Lo deseable, claro, es que lloviera», expresa. La duración del proceso está condicionada, lógicamente al caudal y a la potencia del sistema de bombeo a bordo, las características de la conducción receptora, etc.
El Puerto de Málaga está preparado a falta de extender la tubería que conecta con la red (Limonero, conexión con La Viñuela y bombeo de Rojas-Costa del Sol) hacia el muelle 7 ó 9. Cobra más fuerza el segundo, pero el primero tiene un calado de 12,5 metros y permitiría las operaciones, siempre según fuentes técnicas.
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