Patricia Hidalgo, sexóloga, analiza la sexualidad en personas de tercera edad. SUR
Sexo a partir de los 60

Sexo en la tercera edad: «Para dormir bien recomiendo masturbarse antes que tomar una pastilla»

Patricia Hidalgo, Sexóloga y psicóloga ·

«Conozco a mujeres que han tenido su primer orgasmo a los 68 años», insiste a las personas mayores en que no abandonen el sexo

Lunes, 17 de octubre 2022, 00:22

'El derecho a disfrutar del sexo cuando nos hacemos mayores'. Es el enfoque elegido para la charla que sentará hoy, lunes, en una mesa a la sexóloga Patricia Hidalgo (Mendoza, 1970) con Héctor Márquez. Será en La Térmica, a las siete de la tarde. ... Antes, la experta atiende a SUR para una entrevista que repasa todos los aspectos que rodean al sexo en la tercera edad. Desde el dolor de espaldas hasta los problemas para lograr una erección.

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La conversación deja varias conclusiones. Una de las más notorias: las personas mayores pueden disfrutar mucho más del sexo de lo que se lo concede la propia sociedad, en la que el molde hegemónico de lo estético se erige como un gran lastre. Otra: el paso inexorable del tiempo hace que, en algún momento, todos seamos esa persona con la que nunca hubiéramos querido tener sexo.

–Sexo en la tercera edad. ¿Lo mejor llega al final?

–Lo mejor es siempre que se pueda disfrutar. Siempre que sea consentido y las dos personas quieran. Tener sexo es buenísimo. Bien con otro o con uno mismo. Y no lo digo yo, lo dice la ciencia porque lo que sucede en el cerebro cuando tenemos sexo es maravilloso. Todos los neurotransmisores se disparan.

–Visualicemos una pareja de edad avanzada en el plano sexual.

–Hay más tiempo, no hay que cambiar pañales, la mujer no se queda embarazada. Entonces, hay más espacio para disfrutar. Ya no tiene que ser todo rápido como, por ejemplo, en la adolescencia. Muchas veces, el sexo tiene mucho que ver con la inmediatez. Pero a medida que pasan los años tiene mucho que ver con la estimulación. Ya no alcanza solo con la fantasía para mantener una excitación. Hacen falta caricias, besos, una cena… En definitiva, hace falta crear el erotismo en sí.

–Decadencia física, menopausia, andropausia, perdida del libido, problemas de erección y dolores de espalda. Cuénteme algo apetecible sobre la vida amorosa en la avanzada edad.

–La falta de erección no tiene que ver con la edad. Si hay problemas físicos, hay que ir al médico. No por tener años, hay menos libido. Lo que se necesita es más tiempo. Lo demás son estereotipos estéticos.

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–¿Cuáles son los estereotipos que más pesan?

–El que más, es el del aspecto estético que acabo de mencionar. Se supone que lo bello no tiene que ver con lo viejo. Estamos en una sociedad de consumo en la que un móvil es lindo y al año que viene ya nos dicen que lo tenemos que cambiar. Esto, desgraciadamente, se traslada a las personas. Lo estético responde a la construcción que se ha hecho de ello en la sociedad y lo que no coincide con el modelo hegemónico de belleza queda fuera y nos sesga. Hay que romper esa construcción para apreciar toda la amplitud de la belleza.

–El sexo está en todos lados, pero hablar de sexo entre mayores sigue siendo un tema bastante tabú.

–El problema es que faltan espacios habilitados para hablar sobre ello. ¿Está habilitado el espacio para hablar de sexo entre mayores? Yo digo que no. Y las personas mayores son las que más disfrutan al hablar de sexo.

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–¿A nuestros mayores les vendría bien recibir educación sexual?

–No es que les venga bien, es un derecho. Existe el derecho al conocimiento integral del sexo. La falta de comunicación entre parejas y las dificultades para hablar de sexo en la intimidad se deben justo a que no ha habido una educación sexual. Entonces, hay una barrera muy fuerte en animarse a practicar sexo. Pero la sexualidad es comunicación. Y, previo a eso, hay que conocerse primero a uno mismo en el plano sexual. Algo que se consigue a través de la masturbación.

–¿Cómo afecta el sentimiento de culpa?

–Mucho. A esta edad para qué, yo ya soy mayorcita para esto, ya no necesito… Hay que romper con eso. Porque las mismas mujeres que me dicen esas frases van luego todas las semanas a la peluquería y se pintan los labios. ¿Para eso no eres demasiado mayorcita?

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–Conforme pasan los años y la pareja avanza, ¿el sexo pasa a otro plano?

–Hay un desplazamiento de lo que es el sexo puramente genital. Gana más protagonismo el cariño, el amor, el erotismo. En definitiva, la sexualidad en su sentido amplio.

–¿Las exigencias que nos ponemos a nosotros mismos en la cama caen con la edad?

–La edad es absolutamente liberadora para el sexo. Confirmado por las propias personas mayores. La penetración deja de ser el tema central, hay muchas otras cosas que se pueden disfrutar. Hay caricias, hay besos, hay tocamientos, hay sexo oral.

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–¿Algunos consejos prácticos para relaciones placenteras en personas mayores?

–Lo más importante es la comunicación. Yo recomiendo hacer un listado de las fantasías que tiene cada uno y luego comentarlas en pareja. Hablar es lo que nos permite saber qué le gusta al otro. En general, se puede poner en práctica todo lo que posibilita estimular los sentidos. Hay señoras mayores, por ejemplo, que me han dicho que el punto G se les ha pasado al oído. Luego, muchas caricias y muchos besos. La piel es el órgano sexual más extenso que tenemos. Se puede sensibilizar desde el pie hasta la cabeza. Todo suma. Conozco a mujeres que han tenido su primer orgasmo a los 68 años. Nunca es tarde.

–Pero hay leyes de la biología que parecen inamovibles. ¿Qué herramientas tiene el hombre mayor para garantizar una erección?

–La viagra conforma, junto a la pastilla anticonceptiva, nuestra revolución sexual. Si se tienen problemas de erección, primero hay que ir al médico. La viagra puede ser una alternativa perfecta. Lo importante es saber tomarla bien. La mayoría la toma justo antes de tener la relación y no es así. Hay que tomarla una hora antes y no comer mucho. Tampoco se puede beber alcohol.

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–¿Es partidaria de fijar un día y una hora para mantener relaciones?

–Se pueden planificar, sí, pero yo insisto en la importancia que tiene el erotismo para el sexo entre personas mayores. Ese erotismo hay que crearlo, implementando nuevas prácticas y creando ambientes favorables. Los cuadros con las fotos de los nietos y la mesita de noche llenas de pastillas es lo más antierótico que hay. Y para la mujer existen los lubricantes, si es que no existe la lubricación. Porque eso de que todas las mujeres dejan de lubricar a los 50 también es un mito.

–¿Los juguetes eróticos están ahí para tenerlos en cuenta?

–Las personas mayores compran muchos juguetes eróticos. Sobre todo, si la pareja es estable. Los juguetes suman, claro.

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–Hablemos de la masturbación en personas mayores. ¿Es una práctica que se puede seguir manteniendo?

–Sí. Es una práctica beneficiosa. Y es mucho mejor tener un encuentro con tu propio cuerpo que abandonar el sexo por completo. Yo he tenido a pacientes que me decían que eran asexuales. Luego, en una bañera, con espuma, con música… así han podido llegar al orgasmo a través de la masturbación. Recomiendo mucho más una masturbación antes que tomar una pastilla para dormir. La masturbación relaja a la persona y genera un estado de bienestar maravilloso.

–¿Con qué diferencia se vive la sexualidad en la tercera edad entre el hombre y la mujer?

–Tiene más exigencia el hombre por el tema de la erección y la fijeza. La pareja puede ayudar. Pero aquí hay que recordar que el sexo no es solo penetración, hay mil maneras de disfrutar.

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–Nuestra sociedad acepta mejor el envejecimiento del hombre que el de la mujer. Le pongo el ejemplo del hombre mayor, con canas, al que se le califica de atractivo.

–Esto es así. Vamos otra vez al peso que tiene el marco de lo estético. Leonardo Di Caprio se ve guapo ya con canas, aunque a lo mejor en su funcionalidad sexual ya está cambiando. En este sentido, las mujeres padecemos una doble violencia: ser mujer y ser vieja. Padecemos una exigencia estética brutal a no parecernos a lo viejo. De ahí que empiece el carrusel de las operaciones. Y eso que, en lo biológico, la mujer está favorecida. Pero, claro, no lo está dentro del modelo hegemónico.

–Un patrón común es el hombre que se separa de su mujer y luego se junta con alguien más joven. ¿Tiene que ver algo con el sexo?

–El hombre se habilita muchas veces al estar con alguien más joven. Un hombre puede estar con una mujer más joven. Pero si una mujer está con un hombre más joven está mal visto. Hay mucha connotación negativa sobre la mujer en sí.

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–¿Cree que hay machismo en el sexo en personas mayores?

–Claro. El problema del machismo es que la mujer se lo ha creído. Creemos que si tenemos 70 años ya nadie nos va a mirar. La mujer mayor se autodiscrimina porque compró ese machismo.

–¿El sexo prolonga la vida o es una afirmación exagerada?

–No sé si es una afirmación tan exagerada. Produce mucho bienestar. Por eso ya no hablamos de sexo y sí hablamos de salud sexual. El sexo es una de las patas fundamentales de nuestra salud.

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