La subida de la cesta de la compra se ha ido relajando mes tras mes en la provincia. Así, en el mes de julio, su incremento se limitó al 2,9%, su ritmo de encarecimiento más reducido desde octubre de 2021, cuando su ascenso fue de un 1,5%. Entre medias, alimentos y bebidas no alcohólicas han registrado incrementos de dos dígitos, que llegaron a ser de un 18,7% en febrero del año 2023, como consecuencia de los efectos económicos de la invasión rusa de Ucrania. Desde ahí y con ciertos altibajos, su tendencia ha sido a la moderación. Y de ser una de las principales causas de que el índice general de precios (IPC) estuviera disparado, en la actualidad el carrito del súper es uno de los componentes que lo está atemperando. Así, el IPC, el indicador que aglutina la evolución de los precios de los bienes más consumidos por los hogares, se situó en la provincia en el 3,4% en el mes de julio, de acuerdo con cifras que este martes ha hecho públicas el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que supone una reducción de una décima respecto al 3,5% de junio. La moderación de los alimentos básicos ha sido mucho más significativa, al pasar del 3,7% de junio al 2,9% de julio.
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En Málaga la cesta de la compra se encarece menos que en el conjunto de España. Ya lleva varios meses siendo así. En julio, el 2,9% de la provincia contrasta con el 3,1% nacional. Pero, al margen de este componente, en el conjunto de precios de los bienes que consumen las economías domésticas, el IPC, Málaga se vuelve a desmarcar de las cifras nacionales, de modo que el 3,4% malagueño choca con el 2,8% estatal. Porque en el conjunto de España, el IPC ha pasado del 3,4% de junio al 2,8% de julio.
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Si no es la cesta de la compra, ¿qué es lo que mantiene a los precios malagueños subiendo a mayor ritmo que en el conjunto de España? En el componente en el que hay una mayor diferencia entre Málaga y el país es el que aglutina la vivienda y a sus suministros, que en la provincia se ha encarecido un 7,6% en tasa interanual, frente al 3,2% nacional, como consecuencia de la subida del agua, que se cifra en un 14,5% interanual en Málaga. También hay una diferencia importante en la evolución de las bebidas alcohólicas y el tabaco, que en Málaga suben un 4,4%, frente al 3,7% nacional. Y si los restaurantes y los hoteles registran un ascenso del 5,1% en la provincia, en el país su subida es algo más reducida y se limita al 4,7%. Además, el ocio y la cultura se encarecen al 2,2% en Málaga, frente al 1,6% nacional. Y, mientras tanto, los precios de la sanidad suben al 2,6% en Málaga y seis décimas menos de media en España.
En todo caso, el IPC también se ha ido moderando desde que en el verano del año 2022 llegara a subir más de un 10% en la provincia. Lo ha hecho con altibajos, porque desde ese momento ha habido en algún mes en que se ha situado por debajo del 3%.
Pero, pese a esa relajación de los precios, sobre todo de los de los bienes más básicos, los alimentos, los salarios continúan perdiendo poder adquisitivo. De acuerdo con la última estadística sobre convenios colectivos publicada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social correspondiente al mes de julio, la subida que contienen los acuerdos firmados en la provincia es de un 2,61%, cifra que baja hasta el 2,43% en el caso de los convenios de empresa.
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Esto significa que, con respecto al IPC provincial del mes de julio (3,4%), los salarios pierden ocho décimas de poder adquisitivo, mientras que con respecto a la evolución de alimentos y bebidas no alcohólicas (2,9%) pierde tres décimas.
La subida salarial pactada por convenio en la provincia está en línea con la andaluza (2,65%), aunque se sitúa algo por debajo de la nacional, que roza el 3%, una cifra que sí supera en este caso el último dato de IPC a nivel nacional, que se situó en el 2,8% en julio.
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Hace un año, en julio de 2023, el IPC subía a ritmos del 2,7% en la provincia y los salarios pactados por convenio subían un 2,6%. A nivel nacional, el Índice General de Precios avanzaba un 2,3% mientras que el incremento retributivo acordado era de un 3,34%.
El gráfico sobre estas líneas muestra cómo han ido evolucionando los precios en la última década y cómo lo han hecho los sueldos. En los últimos cuatro años, las retribuciones de los trabajadores pactadas entre empresarios y sindicatos han subido menos que el IPC. En los dos ejercicios anteriores, en 2019 y 2020, caracterizados por unos precios muy deprimidos por el impacto de la pandemia que paralizó la economía y por la ralentización económica que la precedió, las retribuciones salariales pactadas por convenio crecieron más que los precios. Y en los cuatro años previos hubo variedad de situaciones. Pero el balance que arroja la década es que la inflación ha subido seis puntos porcentuales más que los salarios en la provincia.
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