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El presidente de la Diputación de Málaga, Francis Salado, presentaba este jueves el presupuesto del organismo para 2022, pero a pesar del interés en centrar la convocatoria en las cuentas públicas, la sombra de Juan Carlos Maldonado -que se dio de baja de Ciudadanos hace unos días- oscureció parte de esta rueda de prensa.
Preguntado por los periodistas si era sostenible que mantuviera a Maldonado en su puesto tras afirmar que el presidente «no estaba a la altura», Salado no quiso aclarar si éste cesara en su puesto en los próximos días. A pesar de que en el pleno de este miércoles se evidenció la nula comunicación entre ambos, el presidente de la Diputación reconoció que había mantenido una «charla breve» con el exalcalde de Mijas. «Le he dado un tiempo para que reflexione», aseguró Salado. «Creo que lo merece».
El máximo responsable político de la administración local aseguró que «hasta la fecha» Ciudadanos no había pedido la expulsión de Maldonado del grupo naranja de la Diputación, de la que es único miembro tras la salida de Juan Cassá. «Cuando eso ocurra ya tomaremos las medidas que correspondan», avanzó, en referencia a si éste perderá toda la estructura de cargos de confianza que tiene hasta el momento. Eso sí, dentro de la misma habría que separar aquellos que le corresponden como vicepresidente a los que están contratados por el grupo. «La situación no me preocupa», ha sentenciado Salado.
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