El lunes 6 de octubre de 2008 y a pesar de tener los avales recogidos para optar a la reelección, Joaquín Ramírez se retiró de la carrera para un tercer mandato al frente del PP de Málaga con el objetivo de que pudiera llevarse a ... cabo la renovación que preconizaba el entonces líder de los populares andaluces, Javier Arenas. Elías Bendodo, que entonces tenía 34 años y era la mano derecha de Ramírez en el partido, fue el elegido para pilotar la nueva etapa en la provincia de la formación de centroderecha. En aquellos frenéticos días de llamadas, mensajes y reuniones, Bendodo, que era concejal en la capital, tuvo que conformar un equipo donde la principal incógnita era quién iba a ser su mano derecha como secretario general.
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El elegido fue, finalmente, Francisco Salado, a la sazón en aquellos días portavoz del PP en la Diputación de Málaga y líder del PP en Rincón de la Victoria. Pero, ¿cómo se produjo aquel nombramiento? De la forma «más rara que se pueda imaginar», recuerda al cabo de los años el hoy presidente de la institución provincial y alcalde rinconero, que se enteró de su nombramiento como secretario general tomando café en un bar y de improviso.
«Me enteré de que iba a ser secretario general al mismo tiempo que todo el mundo. Aunque en los días previos Bendodo me sondeó de manera indirecta yo no intuía que fuera a ser secretario general», rememora. Uno de esos días un grupo de integrantes del equipo de trabajo de Bendodo quedó a tomar café en un bar con quien iba a ser el presidente del partido. En aquella conversación surgieron los comentarios sobre quién debería ser su número dos y surgió el debate. «Elías lo zanjó diciendo: 'Yo ya tengo secretario general. Va a ser Francis'», cuenta Salado, quien se encontraba sentado justo a su lado en ese momento y se quedó impactado.
En el congreso provincial de diciembre de 2008, Elías Bendodo salió elegido presidente del PP de Málaga y Francisco Salado se convirtió en su primer secretario general (un puesto que luego han ocupado Margarita del Cid y Patricia Navarro en las sucesivas reelecciones de Bendodo al frente del partido). En el cargo estuvo hasta 2012, en que declinó repetir.
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En esos años se fue consolidando una alianza que a nivel institucional fraguó en 2019 cuando Salado relevó a Bendodo como presidente de la Diputación de Málaga tras la entrada de éste en el gobierno de la Junta de Andalucía como consejero. «En ese relevo no hubo un momento concreto en que se me dijera que yo iba a asumir la presidencia de la Diputación, se gestionó de manera natural ya que era el vicepresidente primero», recuerda el actual máximo mandatario del ente supramunicipal.
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