Retro Málaga 2023: Años de historia sobre ruedas

Para que Marty Mcfly pudiese viajar al pasado, este debía subirse a bordo de la máquina del tiempo DeLorean, basada precisamente en el automóvil deportivo fabricado por la empresa estadounidense DeLorean Motor Company. Sin embargo, para trasladarse a otra época fuera de la ficción, toda esta parafernalia queda reducida al simple acto de cruzar las puertas automáticas del Palacio de Ferias y Congreso, que durante este último fin de semana de enero acogerá la décima edición de Retro Málaga, el salón de vehículos clásicos y de colección más importante del sur de la península ibérica. Y es que la envergadura de este evento no es baladí, y si no que se lo digan al numeroso grupo de personas de todas las edades que desde primera hora de la tarde de ayer formaban una extensa fila en las taquillas para conseguir una entrada y ser de los primeros en disfrutar de este evento que reúne a los amantes más fieles de lo 'vintage'. Entre ellos se encontraba Francis Pérez, acompañado de su mujer, Cristina, y sus tres hijos, a quienes ha legado esa pasión por este mundillo que él comenzó a amar siendo tan solo un niño: «Mi amor hacia los coches empieza prácticamente desde que tengo uso de razón. A mis tres hijos también les gusta, aunque a la mayor no tanto, pero cuando me vio empezando el proyecto de restaurar mi BMW, que tiene 34 años, se empezó a animar con este tema», explica entre risas.

La pasión por los coches también le llegó en forma de herencia a Juan José Maldonado, quien no podía evitar emocionarse frente al SIMCA Rallye 3, un modelo que de alguna forma le transportaba directamente a su padre, fallecido en los años 70 cuando Juan José tan solo contaba con 11 años. «Entrar aquí es viajar al pasado, y es una forma de tener más cerca el espíritu de mi padre, como si estuviese dando vueltas conmigo», comenta emocionado, a la vez que recuerda cómo su progenitor, que comenzó a organizar el Rally de Gibralfaro en la capital y fue fundador de Escudería al Volante, le inculcó esta forma desde que era un crío ese amor por los coches y que hoy recuerda con nostalgia: «¡Cómo no voy a estar emocionado! Es acordarme de lo yo viví en aquella época, todo lo que me inculcó, las carreras o cómo se arreglaban los vehículos. Ver este coche es algo mágico, puede que solo haya ahora unos 13 o 14, y que además esté en tan perfecto hacen que te falten palabras para describirlo. Esto no es una reliquia, es una joya», añadía mientras se retiraba en busca de su hijo, a quien también ha transmitido esa afición por los automóviles.

Para esta décima edición de Retro Málaga, los aficionados podrán disfrutar un año más de una larga lista de exposiciones temáticas que también se encuentran de celebración, como el Peugeot 205, que para esta ocasión sopla 40 velas o el elegante deportivo Porsche 356, matriculado por primera vez en la primavera austriaca de 1948, y cuyo modelo también estará expuesto para que todo el que quiera pueda contemplarlo.

Bajo la atenta mirada de los numerosos visitantes que iban llenando cada vez más el interior del Palacio de Ferias y Congreso conforme avanzaba la tarde, se encontraba también la exposición 'El origen del paraíso', dedicada a la localidad de Torremolinos de los años 50, 60 y 70. «Todos los años procuramos reinventarnos, y para esta ocasión hemos pensado hacerle un homenaje al turismo y a Torremolinos, de donde somos muchos de nosotros. Aquí se pueden ver los coches que solamente se veían en la Costa del Sol durante la década de los 50 hasta los 70, algunos de ellos son piezas muy humildes, como un Fiat 500 de dos caballos, pero también se puede contemplar un Porsche», describe Salvador González. A diferencia de lo que ocurre en otros espacios, los coches que se exhiben no están a la venta, sino que se tratan de vehículos que los particulares ceden para exponer, «con el sacrificio que supone limpiarlos, traerlos y montar el stand», entre los que se encuentra un Fiat 1500 del propio González y que él mismo describe como su «coche hermano gemelo», ya que se matriculó el día de su nacimiento.

Para Emilio, un joven mecánico de la capital, contemplar de cerca este tipo de coches es toda una sorpresa, sobre todo cuando descubre toda la información que se esconde tras alguno de ellos, como es el caso del Jaguar 1961 que recibe de lleno a todos los que acuden al recinto. «No tenía mucha información sobre este coche porque soy muy joven, pero me ha sorprendido que sea un modelo tan caro, que tenga tanto reconocimiento y que sea tan significativo para la automoción. Es muy guay que esté aquí tan cerca y visible para todo el mundo, entiendo que la gente flipe tanto», asegura.

Pero aunque el mayor interés de los visitantes recaía sobre los vehículos que se encontraban en el interior, como los Porsche, Jaguar o Mercedes más clásicos, y que todos querían guardar en sus dispositivos móviles en forma de fotografía, lo cierto es que muchos se agolpaban en los diferentes expositores del recinto. En ellos se podían descubrir desde juguetes, hasta accesorios, pasando por piezas de repuestos aptas para este tipo de vehículos que, en muchos casos, ya no pueden encontrarse al estar descatalogadas o fuera del mercado de repuestos. «Este tipo de piezas no son para nada fáciles de encontrar, solamente puedes dar con ellas en ferias como estas», destacaba José, uno de los vendedores.

Es por este motivo por el que mecánicos como Pablo Moreno acuden a esta clase de eventos, una actividad que en anteriores ediciones realizaba con su padre -también mecánico- pero que ha decidido cambiar de acompañante este año, eligiendo a su novia Estrella, quien se decantaba por otro tipo de ocio, aunque disfrutaba viendo a su pareja contemplar la amplia gama de vehículos y piezas para su trabajo. «Aprovecho esta ocasión para comprar algunas piezas por si algún día traen al taller algún coche clásico para el que no tengamos alguna pieza, de esta forma podemos repararlo sin problema», explica.

Pero no todo son piezas o vehículos de cuatro ruedas, ya que las motocicletas también ocupan un gran espacio en esta feria de lo retro, especialmente las de la marca italiana Vespa, que atraían las miradas de muchos visitantes que traían desde casa un objetivo muy claro: poder hacerse con alguno de los modelos más antiguos que se encontraban en los espacios dedicados exclusivamente a la compraventa. Otros, sin embargo, se conformaban con contemplar algunos de los Vespinos que compiten en carreras de resistencia, como la que tendrá lugar próximamente en la I Copa Resistencia de series GP de este modelo de motocicleta, un evento que invita a revivir lo antiguo, animando a que «mucha gente saque sus Vespinos del trastero y les de una segunda vida» especialmente en unos tiempos donde «la mecánica está cogiendo el rumbo de lo electrónico», subraya José Aragón.

Asimismo, el salón Retro Málaga cuenta con un parking de automóviles clásicos en el que los aficionados pueden acudir con sus propios vehículos, creando así una de las áreas más atractivas del evento, que seguirá 'aparcado' en el Palacio de Ferias y Congresos hasta este domingo, desde las 10.00 hasta las 20.00 horas y cuyas entradas tienen un precio de 10 euros.

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